Un directo con mil acentos

Matthieu Saglio (Francia, 1977) es el violonchelista de los mil acentos y solo hay que escuchar su último disco grabado en directo la pasada edición del Festival Internacional de Jazz San Javier para verificarlo. El músico francés, afincado en Valencia, publicó a finales del año pasado 'Matthieu Saglio Quartet & Guests. Live in San Javier 2021'. La crónica sonora de un espectáculo que contó con invitados de lujo (Camille Saglio, Isabel Julve, Abdoulaye N'Diaye y Carlos Sanchis) y sus compañeros de banda (Steve Shehan, Christine Belhomme y Léo Ullman). Un trabajo que ha cosechado, según su autor, muy buenas críticas en Europa. «El disco ha entrado en una red que se llama World Music Charts Of Europe de la que forman parte cuarenta radios nacionales de Europa», comenta a LA VERDAD. Un hecho que siente como un reconocimiento del sector.

Al margen de la prensa, sus fans también lo han acogido con entusiasmo, y lo sabe gracias a los mensajes que recibe y le «llenan de alegría». No obstante, apunta, hay otra parte misteriosa que –como artista– no sabe bien quiénes son pero compran sus discos. «Hay mucha gente por ahí».

El 23 de julio fue un día muy especial en la vida del músico y compositor francés porque llevaba mucho tiempo queriendo grabar un directo con la banda que le acompaña en su nuevo proyecto. «Quería grabarlo porque son unos músicos maravillosos y estoy muy ilusionado de trabajar con ellos y quería reflejarlo en un directo». No obstante, quería que fuese una cosa especial, un momento que tuviera «cierta transcendencia». Por eso, cuando fue invitado al Jazz de San Javier no dudó. Era un escenario que conocía de cerca porque actuó en varias ocasiones con la formación Jerez-Texas. «Conocía el sitio y su magia, por eso sabía que ese era el concierto que quería grabar». Dicho y hecho.

Con mimo y minuciosidad, Matthieu Saglio escogió un «repertorio especial» para que los invitados se lucieran bien y, de paso, estrenó varios temas. El resultado es un directo impecable capaz de atravesar la fibra sensible de los espectadores. «Me hacía mucha ilusión sacar este directo en ese momento porque han sido dos años difíciles para hacer conciertos y creo que tiene una resonancia especial».

Contra viento y marea, el francés continúa al pie del cañón. Tiene ya algunas fechas confirmadas en Bélgica, Vitoria, Valencia, Alemania y Austria. Los conciertos de verano están todavía en el tintero, a la espera del desarrollo de la pandemia aunque hay un problema añadido, el embudo. «Las cosas que se están programando son de hace un año, así que hay que esperar a que se desatasque el embudo».

Mientras espera a que todo vuelva a su cauce natural, ya está componiendo un nuevo trabajo pensando, una vez más, en los invitados con los que le gustaría contar. «En el anterior soñaba con algunos invitados y para el siguiente me atrevo a seguir por el mismo camino, a ver si lo consigo». Aún habrá que esperar para escuchar su nuevo álbum pero, espera, no para tocar.Instantes que añora más de lo que puede expresar con palabras después de dos años de pandemia. «Cuando subo a tocar es un momento de disfrutar y felicidad extrema y pura».

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