Carlos Piñana, músico y profesor en el Conservatorio Superior de Murcia. Miguel Peñalver
Guitarrista y catedrático de Guitarra Flamenca

Carlos Piñana: «No soy un guitarrista puro, ortodoxo o tradicional»

El músico cartagenero actuará el domingo en el Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión junto a la Orquesta Sinfónica de la Región

Nerea Adly García

Murcia

Miércoles, 31 de julio 2024, 00:53

De una de las sagas flamencas más importantes de España, de ahí viene Carlos Piñana (Cartagena, 1976), nieto de Antonio Piñana Segado (Cartagena, 1913-1989), una de las figuras clave en la transmisión de los cantes mineros. El patriarca de este clan familiar y artístico ... frecuentó en su infancia los ambientes de los cantes de su tierra natal, comenzando sus actuaciones en las reuniones de aficionados y en compañía de otros artistas locales. En 1961 se organizó por primera vez el Festival del Cante de las Minas de La Unión y Piñana fue el primer ganador del gran trofeo, la Lámpara Minera. A partir de entonces se convirtió en uno de los embajadores de los cantes mineros. Después de él, llegó su hijo, Antonio Piñana, un amante de la guitarra que transmitió su amor por el flamenco a sus hijos Curro, cantaor; Pepe y Carlos, guitarristas. Este último comenzó su andadura artística de la mano de su padre, con solo 10 años, a la par que comienza sus estudios de guitarra clásica en el Conservatorio Profesional de Música de Cartagena, adentrándose en los entresijos de la guitarra flamenca, en la que muy pronto comienza a destacar. Unos años después, en 1996, se hace con el primer premio y Bordón Minero en el Festival Internacional del Cante de las Minas. Ahora, Carlos Piñana [fue la pasada legislatura edil de Cultura en Cartagena con la alcaldesa Arroyo] regresará al festival, junto a la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia, para celebrar este domingo otra edición más del tradicional y especial festival.

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–¿Recuerda cuándo le picó el gusanillo por la guitarra?

–En mi casa de manera continuada había muchos encuentros con artistas de todos sitios, venían a aprender de mi abuelo los cantes de Cartagena o de La Unión. Recuerdo que esas reuniones en la casa familiar me encantaban, y lo que más me llamaba la atención era la guitarra. Mi padre al ver la atención que yo le daba a ese instrumento, decidió darme mis primeras clases de guitarra a los 10 años, y en aquel momento se despertó en mí una vocación, y una pasión por el flamenco. De manera paralela me matriculé en el Conservatorio, ya que quería aprender y evolucionar desde un punto de vista musical. Ya a los 16 o 17 años actué en mis primeros conciertos, y en el 96 gané el Primer Premio y Bordón Minero en el Festival Internacional del Cante de las Minas. Con tan solo 20 añitos.

LA VUELTA A LA CATEDRAL DEL CANTE

«Voy a entregarme al máximo para demostrarle al público de La Unión mi manera de ver y sentir el flamenco»

–¿Qué le viene a la cabeza, cuándo lo recuerda?

–Fue una sensación increíble, es algo que se ha quedado grabado en mi memoria para toda la vida. Recuerdo que iba con la esperanza de al menos llegar a la semifinal, ya que me preparé muy duro para el concurso. Esa noche se me dio especialmente bien, aparte el factor suerte siempre es importante, pero no me esperaba ganar. Salí llorando, no me lo podía creer, me acordé de mi abuelo, él fue quien creó el Cante de las Minas, así que imagínate el orgullo que sentiría mi abuelo desde el cielo. Después de esa edición he regresado varias veces a las galas como artista invitado, y este domingo estaré junto a la Orquesta Sinfónica. Para mí es un honor volver siempre, guardo muchos recuerdos y cariño al festival.

–¿Y qué queda de aquel Carlos Piñana de 20 años?

–La ilusión, es muy importante no perderla nunca. Las ganas de tocar, el compromiso con mi familia, con mi apellido, porque es algo que pesa mucho. Es mucha responsabilidad llevar el apellido Piñana y representar allá donde vaya lo que consiguieron mi abuelo y mi padre en el flamenco.

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–Es profesor en el Conservatorio Superior de Música de Murcia, ¿cómo ve a los jóvenes artistas?

–Cada vez más preparados, ten en cuenta que ahora vivimos en la era de las nuevas tecnologías, por lo que tienen un abanico de posibilidades inmenso para obtener una formación complementaria. Yo grababa las cosas con casete, y a partir del sonido te lo aprendías. Ahora no, con las pantallas es mucho más fácil. También hay más festivales y peñas, el flamenco ahora mismo goza de una excelente salud.

Carlos Piñana y la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia.

–¿Innovación o tradición?

–Yo soy de los que reivindica que el flamenco tiene que evolucionar, mezclarse y fusionarse con otras culturas. De hecho, es algo que practico desde hace muchos años, en mis discos puedes ver que siempre hay una fusión con otras músicas, como el jazz, el blues, y sobre todo con la clásica. De hecho, el disco que vamos a presentar este domingo en La Unión es un disco fusión con música clásica, ya que mi formación también se nutre de ella, fue grabado con la Orquesta Sinfónica y dirigido por su director, César Álvarez, un hombre muy versátil. Tuve mucha suerte, hay pocos directores de orquesta que se presten.

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CADA VEZ MEJOR

«Hay más festivales y peñas, el flamenco ahora mismo goza de una excelente salud»

–¿Cree que sus dos hijos tienen madera de artistas?

–A ellos les gusta escucharme, pero no son de ponerse a tocar la guitarra. A mi Gonzalo le gusta un poco más, es más, le di algunas clases... pero no los veo muy apasionados por la guitarra. Yo tampoco quiero que sea una obligación, para mí si era una exigencia de mi padre, pero porque él sabía que yo quería ser guitarrista sí o sí. Pero fue una etapa muy dura, no me gustaría que mis hijos pasaran por lo mismo.

Pasional y entregado

–¿Cómo se define?

–Soy un remolino, en el ámbito personal me considero muy pasional, me entrego mucho. Soy amante de mi familia, mis hijos, mi pareja. Eso es fundamental. En el ámbito profesional soy muy metódico y trabajador. Me identifico como un guitarrista híbrido, como los coches, que están muy de moda. [Ríe] Soy flamenco, pero me gusta mezclarme con otras culturas, por lo que no soy un guitarrista puro, ortodoxo o tradicional, además, no me gusta serlo. Recuerdo una anécdota con mi padre, cuando empecé a componer y a fusionar géneros, él se enfadaba y me decía: '¡No hagas eso, que no es flamenco!'. Para que no se enfadara componía la primera parte de la obra más tradicional, y en la segunda parte metía cosas más modernas.

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–El domingo está ya ahí...

–Sí, invito a todo el mundo a que venga al concierto en La Unión, voy a entregarme al máximo para demostrarle al público mi manera de ver y sentir el flamenco, para que vean un Carlos Piñana transgresor, moderno y tradicional al mismo tiempo. Van a sentir el flamenco junto a la música clásica.

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