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No existe ninguna regla válida para deambular con éxito por la vida. Cada persona tiene una carga genética única que se combina con las variadas circunstancias ambientales salpicadas por el destino. El conjunto de disciplinas y artes que constituyen las humanidades, otorga un análisis amplio ... de los importantes valores que desarrollan a los individuos de una sociedad.
El jazz es un estilo musical que ofrece una visión múltiple de la compleja realidad que vivimos y de cómo pensamos, imaginamos y nos emocionamos. Aunque en el ámbito de la medicina son numerosas las publicaciones científicas que relacionan el jazz con las habilidades quirúrgicas, organizativas y comunicativas, los fundamentos de este popular género musical son extrapolables a la existencia individual y colectiva en general. La improvisación, el liderazgo, el encuentro, la idea de equipo y la gestión de los errores se convierten en recursos esenciales a incorporar en la mochila con la que nos movemos diariamente.
Improvisar consiste en oír ideas en el cerebro y tocarlas en un instrumento de una manera natural. En la vida hay que manejar lo inesperado tomando decisiones que combinan lo ortodoxo y lo espontáneo. El músico de jazz selecciona recursos musicales desde su propia biblioteca dinámica y el arte de improvisar se convierte en una interesante fuente de conocimiento. Nosotros, a medida que adquirimos experiencia, somos capaces de tomar decisiones y de comunicarnos adecuadamente con los demás.
Concebir el error como una oportunidad es una lección básica del jazz. El miedo a ser censurado por un fallo no existe cuando se interpreta música entre amigos. Tenemos que aprender de la anécdota de Miles Davis cuando otro colega tocó una nota errónea y él, sin juzgarlo, llevó la música en otra dirección ante la fascinación de todos.
Por otro lado, no hay un espacio comunicativo tan interesante como el de una jazz session. El arte de la conversación se basa en principios tan básicos como el silencio en la escucha atenta, el permitir que el otro hable, la curiosidad propia de una actitud abierta y compartir opiniones con los demás. Duke Ellington afirmó que un músico no podía tocar en su banda si no le demostraba que sabía escuchar.
Además, en el jazz no se deben tocar «butter notes», entendidas como notas de rutina. Una vez más, las aladas palabras que describió Homero como útiles por su significado y buen propósito, hacen presencia en un arte donde el crear un espacio comunicativo se basa en la observación, la reflexión y el control de lo que se dice.
Otro aspecto fundamental en el jazz es el swing o sincronización rítmica de la interpretación conjunta. En la realidad, formamos parte de equipos, mucha veces multidisciplinares, en los que reconocemos nuestra misión y compartimos un ideal común, tal y como ocurre en una equilibrada jazz band.
En un equipo es fundamental que cada miembro conozca las competencias específicas, la definición de los objetivos y la estrategia del mismo. Para generar una confianza mutua y sujeta a reglas no negociables es fundamental que el liderazgo lo asuma uno de los músicos. Un líder ya sea en una jazz band o en otro modelo de organización, debe de ofrecer apoyo al equipo, facilitar la formación de los integrantes y siempre predicar con el ejemplo. En definitiva, debe de servir al grupo y promover un clima de seguridad colectiva en la que todo el mundo participe confiando en el compañero.
Y si el lector piensa que hablamos sobre una utopía, que lo llame jazz.
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