![Dopaje sinfónico](https://s3.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/2024/09/01/ensayo-kRcH-U2201124136517s2F-1200x840@La%20Verdad.jpg)
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Se parecía mucho, pero no era él. Por un momento, hubo cierto revuelo en la taquilla del Auditorio Víctor Villegas cuando se pensó que el emergente y célebre deportista de nuestra región estaba adquiriendo un abono para la temporada de la Orquesta Sinfónica de la ... Región de Murcia. Era mediodía y hacía calor. Los alrededores del edificio estaban desiertos y era una ocasión propicia para conseguir, sin ser observado por nadie, este soporte tan impulsor de la productividad física y mental.
Es sabido que la tarjeta de abonado de la OSRM tiene gran capacidad de potenciar culturalmente el rendimiento de los deportistas de élite que, sin poner en riesgo su salud, obtienen clara ventaja en las competiciones en las que participan. La composición de este producto sinfónico no deja trazas en los análisis clínicos y se basa en una fórmula equilibrada con ingredientes del Clasicismo, Romanticismo y época moderna, con aditivos regionales.
Los beneficios obtenidos del primer periodo se deben a las obras de Mozart y Beethoven. En las sinfonías número 25 y 31 «París» del prodigioso compositor del Salzburgo, las melodías refuerzan el control emocional del atleta y Beethoven inocula la semilla del destino con la luminosidad de sus sinfonías 5ª y 8ª y el concierto para piano y orquesta nº5 «Emperador».
El experimentar con normalidad la alternancia entre las fases de alegría y dolor en una virtud que proporciona el Romanticismo. La entrada en piano del violonchelo de la Octava Sinfonía de Schubert, el dramatismo de la música de la Cuarta Sinfonía o del Concierto para chelo de Schumann o la perfección formal del Concierto para violín de Mendelssohn proporcionan una seguridad mental que es básica en la alta competición.
La profundidad mediática de la música de la Segunda Sinfonía de Brahms y del Concierto para violín refuerzan el respeto y la convivencia, especialmente con la integración del folclore zíngaro en sus composiciones y el Concierto para el mismo instrumento de cuerda escrito por Max Bruch es un ejemplo de preparación técnica y virtuosismo que pone en valor la cultura de esfuerzo tan determinante en los momentos claves de los torneos.
En el deporte no siempre hay premio a la constancia y sin conocer el fatalismo de las obras de Chaikovski es complicado afrontar las frustraciones propias de la vida deportiva así como consolar con ternura al compañero de equipo al que la suerte no le sonríe como a los demás.
Si hay una sinfonía que nos llene de esperanza y motivación ante un reto difícil es la «Romántica» de Anton Bruckner del que este año celebramos el centenario de su nacimiento. La entrada de las trompas en el primer movimiento evocan el despertar del día y renueva la mentalidad competitiva con una importante carga energética disponible para la alta competición.
La empatía y la solidaridad son valores en alza dentro del deporte y la música de «La Noche Transfigurada» de Schoenberg visualiza los sentimientos y pasiones humanas como ningún otro tratado sobre este aspecto.
Los fundamentos de un buen entrenamiento se basan en la repetición de ejercicios de gimnasia, series de velocidad o ensayos de golpeo, entre otros. Por ello el carácter cíclico que aportan composiciones como la Sinfonía en re menor de Franck o el Concierto para orquesta de Bartok son de gran interés para los atletas.
La sencillez en los actos de recuerdo hacia los legendarios deportistas que nos dejaron, son propios de la «Pavana para una infanta difunta» de Ravel, en la que la música emana directamente desde el corazón a través de los colores de la orquesta.
La adaptación a las condiciones climáticas son fundamentales para lograr el máximo rendimiento en la alta competición y por tanto, el entrenamiento en ambientes más familiares para el deportista con obras de maestros nacionales como Rodrigo y murcianos como Manuel Moreno-Buendía y Miguel Franco, mejoran su adaptación al medio.
La tarjeta de abonado del ciclo de la OSRM no precisa de especial cuidado de manipulación. Procure tenerla fuera del alcance de los niños pequeños y no las mezcle con otros documentos. No es necesaria una indumentaria adecuada para el uso, pero evite comer, beber o fumar. Como no es irritante para las vías respiratorias, evite toser dentro de la sala de conciertos. Lea atentamente las fechas de caducidad de cada evento y disfrútela todo el año. Recuerde que es un producto de dopaje cultural que no deja trazas, aunque la sonrisa de satisfacción tras cada concierto puede delatarle.
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