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Salvador Sobral, durante su concierto en Cartagena. Pablo Sánchez / AGM
Canta, corazón; canta, Salvador Sobral
Cartagena Jazz Festival

Canta, corazón; canta, Salvador Sobral

El artista portugués enamora en su paso por un Cartagena Jazz Festival que acabó rendido a su sensibilidad, talento y sentido del humor

Sábado, 2 de noviembre 2024, 08:49

Aunque no se esté quieto, salga y entre de escena, se cuele entre las butacas, suba y baje las escaleras, baile de manera desenfrenada y bromee sin descanso, el secreto de un concierto de Salvador Sobral está siempre en el detalle, en lo mínimo, en ... lo casi imperceptible. En el modo en el que las notas alzan el vuelo y se sostienen en el firmamento para, de forma sutil, acabar descendiendo sobre la mirada de un público absorto por el hechizo. El truco de magia, o, mejor dicho, de realidad, comienza en los segundos previos al nacimiento del primer sonido y se fija en los gestos, la mirada y, sobre todo, la capacidad que tiene para sumergirse de lleno en cada composición. Como si le fuese la vida en ello. Como si tratara de dibujar la melodía con sus manos sobre el lienzo del silencio. Como si más allá no hubiese otra cosa que eco. Como si cada uno de los instrumentos que le rodean fuesen una extensión de su cuerpo. Como si la contorsión fuese quiebre armónico. Como si el proceso de ir y observar lo que sucede alrededor de cada estribillo acabase siempre con una valiosa colección de maletas con las que regresar a casa. Como si las cuerdas vocales fueran escudo y pecho descubierto. Como si los focos iluminasen una ventana abierta con vistas al mar, la nieve y el desierto. Como si interpretar fuese poesía. Como si cantar no pudiese ser otra cosa que verdad.

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