Marisa López Soria (Albacete, 1956), instalada en Murcia desde la infancia. Rodrigo Giménez

Marisa López Soria: «¿Dónde están esos niños independientes, con autonomía, traviesos, desobedientes, que hacen trastadas?»

Literatura ·

La autora especializada en literatura infantil y juvenil presenta este martes, en Murcia, su última obra, el cuento 'Como pez sin bicicleta', con ilustraciones de Sole Rodríguez, «un álbum ilustrado que viene a dar color a la vida, pero también a hacernos reflexionar sobre ciertos estereotipos de género»

Martes, 5 de noviembre 2024, 12:57

El Hemiciclo de la Facultad de Letras de la Universidad de Murcia, en el Campus de La Merced, acoge este martes, a las 19 horas, la presentación de 'Como pez sin bicicleta' (Abresueños), firmado al alimón por Marisa López Soria (textos) y Sole Rodríguez (ilustraciones). López Soria estará acompañada por Isabelle García Molina, Rosa Peñalver y Cristina Guirao. «Un álbum ilustrado que viene a dar color a la vida, pero también a hacernos reflexionar sobre ciertos estereotipos de género», asegura López Soria, con una trayectoria rotunda en el ámbito de la literatura infantil y juvenil en editoriales nacionales ('Félicette gata espacial', '¿Me das tu palabra?', 'Papi comeniños', 'Chocolate y besos', 'Payasa en el parque' o la serie sobre Berta) y también en narrativa ('Música para melocotones', 'Préstame un sueño', 'Un piercing en el corazón') y poesía ('En consideración te escribo' y 'Muy señores míos').

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'Como pez en bicicleta', según los editores, nos enseña, con sencillez y profundidad, que la felicidad no depende de seguir las expectativas sociales, sino de disfrutar de las pequeñas cosas y ser fieles a uno mismo. Este cuento, insiste López Soria, invita a los niños a valorar la diversidad familiar y a encontrar alegría en lo que verdaderamente importa. «Es un libro para los que se atreven a nadar contracorriente, solos o en compañía. Para personas únicas», insisten Marisa y Sole.

«Para ser felices nos bastamos a nosotros mismos, somos seres completos y no necesitamos que otro nos acabe», son algunas reflexiones que deja esta lectura. La protagonista es una niña sin nombre, puede ser cualquiera, a la que le encanta dibujar, y que oye cosas que se dicen su madre y sus abuelos en esos momentos en que ella aprovecha para hacer sus dibujos. La madre es bajista de un grupo musical, Hasta Aquí Hemos Llegao, y ella escucha que su abuela siempre le dice que tiene que echarse un novio y sentar la cabeza. Que a Verónica, la madre, le falta su «media naranja». Sin embargo, ante ese tole tole, la niña piensa que el amor es una cosa difícil, y, por lo que oye decir a los adultos, concluye que no siempre es necesario tener al lado a alguien para sentirse satisfecho en la vida.

«He adoptado la perspectiva de la niña e intentado entrar en su interior, desde su comprensión del mundo sin prejuicios ni estereotipos, y su perplejidad e intento de entender el lenguaje y visión estereotipada de los adultos»

Sole Rodríguez

Ilustradora especialista en igualdad de género

Cuenta Marisa López Soria a LA VERDAD que las palabras tienen imágenes y símbolos, sugieren y hacen a los lectores más menudos tirar del hilo, aunque no conozcan muchas veces su significado.

Sole Rodríguez, politóloga, especialista en igualdad de género con base en Barcelona, colabora por primera vez con la escritora murciana, nacida en Albacete e hija de la recordada poeta Josefina Soria, amiga de Carmen Conde. Las ilustraciones, realizadas en técnica mixta (acrílico, ceras, lápices), fueron abordadas con una lectura feminista, cuenta Rodríguez: «He adoptado la perspectiva de la niña e intentado entrar en su interior, desde su comprensión del mundo sin prejuicios ni estereotipos, y su perplejidad e intento de entender el lenguaje y visión estereotipada de los adultos (sobre todo representada por su abuela), dejando ver lo absurdo de esas imágenes en una mente abierta o libre de estereotipos. Mi trabajo es a partir de la mancha, intento indagar en las emociones de los personajes y para ello me ayudo del color y las sensaciones que transmiten las imágenes».

«Ha quedado un libro muy simpático, con una editorial pequeña que nos cuida», afirma López Soria, que asegura que los lectores que «hemos bebido de los libros sagrados, nos preguntamos hoy dónde están esos niños independientes, con autonomía, traviesos, desobedientes, que hacen trastadas».

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Ilustraciones de Sole Rodríguez en 'Como pez sin bicicleta'.

Según la autora y conocida formadora (sus talleres de El Club de la Cometa en la Fundación Cajamurcia), «los niños beben de lo que está alrededor como auténticas esponjas, pensamos que no nos escuchan, pero sí. Y se nos olvida que todos cuando nacemos llevamos una herencia filogenética, la herencia de nuestros 'tatatatatarabuelos' está y somos receptivos a lecturas que tienen que ver con nosotros, ya sea poesía, narrativa... es algo que tiene que ver con nuestro yo interior, que está ahí. ¿Por qué nos gustan más unas cosas que otras? Porque cada uno tiene sus vivencias y su yo interior, y una herencia, algo fundamental en la elección de las lecturas».

«El amor tiene muchas vertientes, muchos senderos transitables e intransitables, y hay que elegir, y tener esa formación que muchas veces nos dan los cuentos. Llegar a un discurso lógico, crítico y con sentido común es a menudo lo más difícil»

Marisa López Soria

Escritora

¿Los cuentos siguen ayudando a los niños a ver el mundo con otros ojos y a despertar en ellos el asombro? La escritora lo tiene muy claro: «¡Sí, por supuesto!». Porque, insiste, «el mundo Disney ha machacado el mundo originario de los cuentos, pero, evidentemente, hay mucha dependencia y confusión respecto a un tipo de literatura que tanto la educación como la escuela, lo normativo, el status quo, se ha ido cargando, y por eso vamos a la simplificación verbal, a los diminutivos, a las modas que nos dictan las editoriales... Los cuentos dan formación competencial, de juicio crítico, de ampliar nuestro lenguaje poético, de tener más recursos para la vida. Es curioso, pues ahí tiene que ver mucho con lo peyorativo de la palabra infantil. Este término significa también débil, inmaduro, incapaz, pero, en realidad, infantil es la inocencia, lo más puro, lo que no tiene malicia. Otra cosa es que te quedes toda la vida ahí, que sería una patología, el infantilismo. Observo que hay un juicio sobre lo infantil, que nos lleva a lo peyorativo, y las palabras son polisémicas, significan tantas cosas que hay que mirar muy bien el sentido que le damos».

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¿Y con el amor, qué hacemos? Para López Soria lo más polisémico de todo es el amor. «Tiene muchas vertientes, muchos senderos transitables e intransitables, y hay que elegir, y tener esa formación que muchas veces nos dan los cuentos. Llegar a un discurso lógico, crítico y con sentido común es a menudo lo más difícil».

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