La última vez que vimos a Luz Arcas en Murcia fue hace cuatro años, en el Teatro Villa de Molina con 'Una gran emoción política', un trabajo sobre el recuerdo de María Teresa de León. Y así como hace cuatro años quiso remover la memoria ... colectiva bailando sobre la tierra, el pasado viernes 25 de octubre hurgó entre las raíces del folclore en el Teatro Circo Murcia con 'Mariana', esta vez con un Premio Nacional de Danza bajo el brazo. Va ya un año desde que estrenara esta obra, que fue coproducción y clausura de la XXII Bienal de Flamenco de Sevilla, con los cantes de arar, de trilla y las marianas como pretexto y los animales de doma y labranza como espejismo.
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La fisicalidad en la obra no es otra que la de la yegua, el caballo, el buey o la cabra. Luz Arcas, vestida con los arreos de un caballo, trilló el suelo girando sobre sus talones; caminó en zigzag, cruzando pisadas; trotó en círculos y coceó y escarbó sobre el linóleo con los metatarsos. En 'Mariana', la artista emplea todo un lenguaje animal aplicado a un cuerpo que no deja de ser humano y de mujer. Es todo un ejercicio mental sobre el cuerpo útil y de aprovechamiento, cuyo cansancio y esfuerzo se desdibujan para ser objeto de maquinaria e idealizaciones.
Cuándo y dónde: 25 de octubre de 2024. Teatro Circo Murcia.
Obra: 'Mariana'
Compañía: La Phármaco. Luz Arcas, dirección, coreografía e interpretación; Ernesto Artillo, vestuario; Jorge Colomer, iluminación; Pablo Contreras, espacio sonoro.
Nota: Bien.
La única emoción en escena es la de aquellos que festejan alrededor del cuerpo explotado, que en este caso y de rigurosa mención son Bonela Chico a la guitarra, Bonela Hijo al cante, Carlos González en la percursión y Abraham Romero con la corneta. Arcas es un mero recipiente de lo que el exterior proyecta sobre ella: el vigor de la mula, la lealtad de la yegua, la elegancia del caballo andaluz.
'Mariana' es el relato de un cuerpo desconfigurado que se resignifica solo a través de la valía de quien lo doma, lo carga, lo fustiga, y lo monta. Pero es también una disertación densa e insistente, en la que se recorre un circuito corto y cerrado durante cincuenta y cinco minutos. El público del Teatro Circo Murcia despidió a 'Mariana' en pie, entusiasmado ante la clarividencia del folclore rural y tradicional como antología social, aunque la mayoría no reconozcamos el olor del grano recién trillado.
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