Artista. El cartagenero Mariano Rosique, que en noviembre cumplirá 23 años, en un aula del Conservatorio Superior de Música de Murcia. Guillermo Carrión / AGM

Mariano Rosique Ramírez, banda sonora para una vida de superación

La semana de ·

Perseverante, fan acérrimo de Beethoven y consciente de los retos que le supone tener trastorno generalizado del desarrollo, el joven pianista cartagenero sueña con terminar el Grado Superior en el Conservatorio de Murcia

Domingo, 2 de junio 2024, 07:10

Se le ilumina la voz cuando habla de su familia y de la música, y hace suya una fórmula de superación compuesta por un 98% de perseverancia y un 2% de talento. Con tan solo 7 años, y tras probar inicialmente con la flauta dulce, ... Mariano Rosique descubrió en la academia Músicos de su Cartagena natal, de la mano de la profesora María José Linares, que el piano iba a ser su mejor aliado de vida. Cuenta con naturalidad y precisión que tener trastorno del espectro autista (TEA) le supuso un sobreesfuerzo a la hora de entrar en el Conservatorio Profesional de Cartagena para realizar el Grado Medio -logro que consiguió a la tercera intentona-, y que actualmente cruza el Puerto de la Cadena dos y tres veces por semana para estudiar el Superior en el Conservatorio de Murcia.

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Meticuloso con la puntualidad y algo impaciente, recuerda como una de sus mejores experiencias su reciente actuación en el Auditorio Nacional de Música, en Madrid, con motivo del 60 aniversario de la asociación Plena Inclusión España, un evento que compartió con más de treinta artistas con y sin discapacidad el pasado 28 de abril. Echa en falta poder actuar más ante el público, por lo especial que le hace sentir, y reclama más oportunidades para hacerlo dentro y fuera de la Región.

Finalista en 2022 del concurso regional Entre Cuerdas y Metales, en la especialidad de Música de Cámara, en junio de ese mismo año recibió una de las becas Superarte que concede la fundación Grupo Sifu, gracias a la que participó en la Gala más IN, el espectáculo inclusivo más importante de Europa, con actuaciones en Barcelona, Madrid, Palma de Mallorca y Málaga. Enamorado de la ciudad portuaria, la pesca, el senderismo y los trucos de magia con cartas, muchos han sido los obstáculos a los que se ha enfrentado desde que empezó Educación Infantil.

En su trayectoria formativa no han faltado los episodios de 'bullying' y las repercusiones que en su autoestima han tenido la falta de formación y empatía de algunos docentes. Sin un ápice de resentimiento, pero con resolución, explica que su sueño personal, además de escuchar en directo la Novena de Beethoven, es que sea la sociedad la que se adapte a las personas con discapacidad y no al contrario, y que pueda seguir aprendiendo y mejorando, a su ritmo. Un paso más allá van sus padres, María Ángeles y Mariano, que 'estudiaron' Bachiller de Ciencias al mismo tiempo que su hijo y que han echado mano de más de un profesor particular: lo que a un neurotípico sin discapacidad intelectual le supone dos horas diarias «a él le cuesta seis u ocho».

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Un deseo compartido por padres e hijo es que la Administración cree plazas de empleo público para personas con trastornos del desarrollo y que en las enseñanzas artísticas, igual que ya existe en muchas universidades, haya plazas para personas con discapacidad y departamentos que trabajen específicamente con chavales con dificultades. Consideran los tres que los currículos son muy rígidos para la flexibilidad que necesita este alumnado, y que hay que humanizar la educación cambiando los tiempos y poniendo en el centro aquellos valores que sirvan para empoderar al alumno y levantar su autoestima. En poco más de 22 años, Mariano Rosique ha aprendido la mejor lección dentro y fuera del arte: es normal que todas las personas, afortunadamente, sean diferentes y diversas.

Lunes

11.00 horas. No tengo ni una actuación pendiente, porque las oportunidades de actuar en público son escasas. Me gustaría participar en más galas y conciertos inclusivos, pero organizar algo así, como la actuación por el 60 aniversario de Plena Inclusión, es muy complicado. Lo principal para mí fue subir al escenario y notar que todo el mundo estaba pendiente. Te sientes muy especial. Por otro lado, es una oportunidad de mejorar y seguir aprendiendo. Fue fantástico conocer a otros artistas diversos y a sus familias. Cada uno de nosotros llevamos una historia de superación que contar. Son días muy intensos de ensayos y pruebas, pero merece mucho la pena, es muy enriquecedor. Me gusta rodearme de gente que es igual que yo, que tiene aficiones y dificultades parecidas a las mías. La música para mí es la evasión de la realidad. Es la mejor compañía que tengo. A veces es mi única amiga.

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Martes

8.00 horas. Me levanto temprano porque tengo que coger el autobús para irme de Cartagena al Conservatorio de Murcia. Intentan condensar las clases en los menos días posibles, para eso la jefatura de estudios se porta estupendamente. Mi sueño profesional es obtener el Grado Superior de Música, y quiero que me dejen seguir aprendiendo, pero a mi ritmo y según mis necesidades, para formarme como músico, tanto solista de orquesta como intérprete de piano individual. A las personas que tenemos TEA y dificultades en muchos aspectos, todo nos supone un sobreesfuerzo y no hay ayudas, salvo unos minutos adicionales de tiempo. No hay adaptaciones ni flexibilidad en los contenidos, y eso debería cambiar.

Miércoles

14.00 horas. Suele cocinar mi madre, aunque a veces me dice que me ponga a preparar platos sencillos, como una tortilla francesa. Mi comida favorita es el entrecot con patatas fritas. Después de comer hago un descanso, porque en esa hora de la siesta no puedo tocar para que los vecinos no me regañen. A partir de las cinco, vuelvo a practicar el repertorio otra vez. A veces salgo a andar para ayudar a mi madre con la compra o visitar a mis abuelos.

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Jueves

12.00 horas. Admiro a Beethoven, porque fue una figura importante tanto en la historia de la música como en la historia del arte. Cualquier persona, sea músico o no, sabe quién es. Es un ejemplo de superación. Tenía una discapacidad, como es la sordera, pero eso no le impidió componer la Novena, una pieza que trascenderá. Mi sueño personal es que la sociedad vaya haciendo cambios y que nosotros no nos adaptemos a ella, sino que ella se adapte a nosotros.

Viernes

18.00 horas. Todas las ciudades en las que he estado son espectaculares, y cada escenario tiene algo único y especial. En todas ellas he aprendido cosas y conocido gente nueva que tiene el mismo interés por la música. Mi ciudad favorita y en la que quiero actuar más es Cartagena. Es donde he nacido, donde vivo, y me encanta el puerto, la Semana Santa, las fiestas de Carthagineses y Romanos y todo su patrimonio histórico.

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Sábado

9.00 horas. En verano, suelo pescar en la playa o en el Faro de Cartagena. Me he apuntado a una asociación, Zancadas sobre Ruedas, para hacer senderismo los fines de semana por los montes de la zona. Suelo ir a conciertos y me encanta escuchar música clásica, sobre todo la Novena sinfonía y la segunda de Mahler, 'Resurrección'. La ópera me encanta. Hace unos años, mientras estudiaba el grado medio, participé en una 'big band' tocando jazz y bossanova. También escucho The Beatles, ABBA, Mecano, Maná y Queen.

Domingo

16.00 horas. Me gusta rodearme de la familia, que es la que siempre está conmigo en los momentos más difíciles y me defiende de cualquier cosa mala que me ocurre. Mi madre estuvo siempre conmigo cuando estuve ingresado en la UCI por un problema de corazón grave el año pasado. También disfruto estando con gente que tiene gustos parecidos a los míos. Me hacen sentirme menos diferente. En realidad, todos somos diferentes, pero eso hay que mirarlo como algo normal y positivo.

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