![María Luisa Cayuela Fuentes, excelencia en el estudio de enfermedades raras](https://s3.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/2024/06/22/cayuela-kxj-U2205173739908kC-1200x840@La%20Verdad.jpg)
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Tercera de cuatro hermanos, criada en una familia numerosa y gregaria, recuerda una infancia y juventud feliz entre el barrio cartagenero Peral y las ramblas almerienses de Carboneras, siempre envuelta en el viento de Levante. Impulsiva, optimista y con una férrea actitud proactiva ante la ... vida, María Luisa Cayuela Fuentes es licenciada y doctora en Biología por la Universidad de Murcia (UMU), con una tesis realizada en el departamento de Genética bajo la dirección de Paco Murillo, además de investigadora principal del grupo Telomerasa, Cáncer y Envejecimiento del Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria Pascual Parrilla (IMIB). Ubicado su laboratorio-cuartel en el Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca, no duda en atribuir a su grupo, formado en regulación genética, biología molecular y celular, el logro de haber puesto a la Región de Murcia en el top nacional por el uso del modelo experimental de las larvas del pez cebra no solo para el estudio de patologías raras como la disqueratosis y las neutropenias congénitas y adquiridas, sino de todas aquellas en las que por una haploinsuficiencia los pacientes sufren degeneración neuronal. Soñadora y creativa, encontró su vocación mientras preparaba Selectividad gracias a su hermana Paqui, y desde entonces no ha tambaleado en su sueño de contribuir al conocimiento biosanitario con el objetivo de devolver la esperanza a familiares y pacientes, en su mayoría niños. Su brillantez, que reluce con fluorescencia en cada palabra, se ha forjado también gracias a sus estancias pre y postdoctorales en la Universidad de Glasgow (Escocia) y el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), en Madrid, y a su experiencia como investigadora visitante en el Harvard Stem Cell Institute, en Boston (Estados Unidos). Cuenta que allí no solo disfrutó de un ambiente de excelencia abrumador, sino que se decantó por implementar el modelo vertebrado de pez cebra en la Región y hacerlo extensible a otros grupos del país. Generadora constante de ideas, restauradora de muebles por afición y creadora de vídeos divulgativos en clave de humor, reclama más recursos para las nuevas hornadas de investigadores, muchos de los cuales acaban fuera de la ciencia a pesar de sus brillantes currículos. Implicada en la visibilización de las asociaciones de familiares de pacientes, no duda en acribillar a sus contactos con las demandas e iniciativas de 'crowdfunding' de esos padres que se topan cada día con la ausencia de tratamientos. Madre de tres 'vertebrados' de 12, 15 y 17 años, modelo personal que comparte con su marido, el también científico Victoriano Mulero, un poco por pudor y otro tanto por devoción no revela cuántas horas dedica a su trabajo ni suspira con resentimiento por los sacrificios realizados. Dedicada y líder, confía en la ciencia frente al negacionismo y con sentido del humor contagioso asegura que no le importaría ser Pedro Almodóvar en otra vida. En esta, a sus 53 años, sabe que todos sus esfuerzos seguirán centrados en la investigación que cambia vidas.
8.30 horas. Gracias a nuestro trabajo en telomerasa y diseño de RNA [ácido ribonucleico] nos estamos convirtiendo en un grupo referente de terapias avanzadas. Podemos aplicar nuestras investigaciones a otras patologías que no tienen nada que ver con nuestra especialización en hematopoyesis, envejecimiento y cáncer. Muchas de las enfermedades raras conllevan un deterioro neuronal, son discapacitantes y progresivas. Podemos utilizar el pez cebra para descubrir medicamentos que puedan ser candidatos para tratar las patologías, mediante el escrutinio de fármacos ya aprobados para su uso en clínica. Es lo que se llama reposicionamiento, y estamos preparados para probar una batería de 800 medicamentos en 3 o 4 meses. En desarrollar un fármaco se tardan aproximadamente quince años, y en reposicionar de uno a dos años, a veces menos. Se están identificando enfermedades raras a una velocidad increíble, se está mejorando el diagnóstico, pero sorprendentemente solo el 5% tienen tratamiento. Eso es un disparate. El reposicionamiento es barato y rápido y es una apuesta que hemos hecho. Nuestro sueño es, en un año o dos, dar buenas noticias a muchos pacientes.
14.00 horas. Tenemos una hornada de científicos que se van a la calle por los pocos recursos que hay. La investigación da esperanza a los pacientes, pero perdemos el talento en el que hemos invertido y el que está por venir, y desanimamos a los jóvenes. Son unos días negros para nuestro grupo; cinco investigadores con muchísima experiencia y currículos increíbles no han conseguido contratos de estabilización en la convocatoria Ramón y Cajal. Son profesionales top que se quedan de momento fuera de la ciencia.
12.30 horas. Los investigadores tienen que salir fuera y conocer otros laboratorios. Mucho de lo que sé me lo han enseñado los que a día de hoy sigo llamando jefes, desde Paco Murillo, catedrático de Genética en la Universidad de Murcia, a Leonard Zon, del departamento de Células Madre y Biología Regenerativa de la Harvard Medical School, y María Blasco, jefa de grupo de Telomerasa en el CNIO.
20.00 horas. Es necesario potenciar la vocación investigadora entre las niñas. Cuando tenía 18 años pensaba que el machismo estaba acabando. Ahora tengo 53 años y seguimos diciendo las mismas cosas. Es importante que las mujeres científicas sean referentes para las niñas, pero también para los niños. Tienes que llegar a los sitios porque te lo mereces, pero la mujer no llega a los puestos directivos. Lo más importante es que nadie te diga lo que puedes o no puedes hacer, y que tú confíes en ti. Creo que a veces las mujeres estamos mermadas de autoestima. Al hombre sí le han educado en el empoderamiento.
9.00 horas. Tenemos en el grupo tres doctores, tres predoctorales y un técnico. Hemos puesto a la Región en un lugar importante en el que no está nadie en España, y hemos ayudado a otros grupos a mejorar resultados gracias al pez cebra. La pandemia dio mucha visibilidad a la ciencia y la figura del investigador sale más en los medios, pero tenemos la obligación de explicar bien lo que hacemos y saber hacer ver a la sociedad que hay otras carreras que no son Medicina, como Biología, Bioquímica, Biotecnología o Química, que están implicadas en la investigación biosanitaria. Hay mucho negacionista y mucha desinformación.
18.00 horas. Somos unos privilegiados y todos podemos hacer mucho, cada uno según sus posibilidades. Estamos implicados con la Asociación Española contra el Cáncer, con Oxfam, tenemos apadrinado a un niño y en acogida a una niña saharaui gracias al programa Vacaciones en Paz. También mis hijos están picados por el gusanillo de la solidaridad. Intentamos apoyar en lo posible a las asociaciones de familiares de pacientes de enfermedades raras. La mayoría son madres, aunque también padres como Juan Carrión, presidente de FEDER, que sacan fuerzas de no se sabe dónde.
21.00 horas. Tenemos rituales familiares. Los viernes hacemos palomitas, preparamos una buena cena o la pedimos, y nos sentamos los cinco en el sofá, con el perro, a ver una película. La pandemia nos vino bien para recluirnos y hacer cosas juntos, y ahora intentamos hacer los viajes pendientes. Somos una familia muy gregaria. También necesito tener gente reflexiva a mi alrededor, con inteligencia emocional y alegría. Es la tónica de mis amigas, mis hermanas, mi madre.
10.00 horas. Me gusta salir a caminar y me ocupo del jardín. Me encanta pintar con brocha gorda y tunear muebles, porque tengo una paciencia enorme con las manualidades. También disfruto bailando, y he llegado a apuntarme a clases de flamenco. Por la noche, suelo ver películas románticas con mi hija y me hincho a llorar.
13.00 horas. Mi madre cocina todos los domingos, y solemos ir a Cartagena o a Lorca, de donde es la familia de mi marido. Como somos tantos, afortunadamente siempre tenemos algo que celebrar.
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