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El libro recoge el origen de Moros y Cristianos y del ritual de la Bendición de las Aguas, el Baño de la Cruz. Pedro Ballester Lorca. J. F. R.
Un libro póstumo de Ballester acerca las fiestas de la Vera Cruz

Un libro póstumo de Ballester acerca las fiestas de la Vera Cruz

Juan Antonio Sánchez Giménez completa el manuscrito del que fuera capellán del santuario caravaqueño durante varias décadas

Jueves, 31 de octubre 2024, 00:52

'Las Fiestas de la Vera Cruz en mayo' (Gollarín, 2024) ofrece una recopilación de los trabajos de investigación, análisis y reflexión que, sobre los festejos que se celebran en Caravaca en torno a la Sagrada Reliquia, llevó a cabo durante varias décadas Pedro Ballester Lorca (Totana, 1937-Caravaca de la Cruz, 2017), capellán-rector de la Basílica Santuario de la Vera Cruz de Caravaca, cargo que desempeñó desde 1973 hasta su jubilación en 2013.

Juan Antonio Sánchez Giménez (Caravaca, 1979), profesor de Geografía e Historia y apasionado de la literatura, de las fiestas y del patrimonio de Caravaca, ha sido el encargado de articular, organizar y completar toda la documentación, que llegó a sus manos por iniciativa de la Cofradía de la Vera Cruz, para que esta publicación pudiese ver la luz.

Gollarín publica esta obra, cuyos derechos pertenecen a la Cofradía de Vera Cruz, en la que se completa el manuscrito que el añorado capellán del Santuario inició a principios de los años ochenta, recopilando el material existente, actualizándolo y añadiendo contenido, porque gran parte de la información se encontraba fragmentada. El Espacio Cultural de CaixaBank en Caravaca de la Cruz acogió recientemente el acto en el que, junto al coautor, también participaron el hermano mayor de la Cofradía, Luis Melgarejo; el alcalde de Caravaca, José Francisco García; el profesor Francisco Romero y el editor Francisco Marín.

Marín destacó el «trabajo riguroso de revisión, de conceptualización y de diseño» y añadió que «es una obra enorme en la que vuelca su conocimiento, su sentimiento y su profunda admiración por el hecho festivo de Caravaca». Romero indicó que Ballester «fue un compañero, un amigo y, por supuesto, un referente para todos; gracias a él, los que hemos venido de fuera, pudimos entender y amar un festejo y conocer mejor este pueblo; no solo nos enseñaba el porqué histórico de las fiestas, sino el porqué de las emociones que suscitan». Melgarejo relató que el proyecto fue una propuesta realizada por los sacristanes de la basílica que tantos momentos compartieron con el capellán. Para el regidor, Ballester «marcó una impronta –afirmó– que va a permanecer, aunque él ya no esté».

Los contenidos

Sánchez Giménez anota que «don Pedro comentó a escribir este libro en 1982 y luego lo estructuró en seis capítulos, aunque algunos muy fragmentados; he completado estos apartados y he añadido otros tres capítulos, además de actualizar datos». «Ballester realiza una amplia introducción con un recorrido por los días de fiesta, para desvelar algunas claves para no iniciados como, por ejemplo, la diferencia entre disfrazarse y vestirse; y también muestra su empeño y preocupación por mantener la pureza y esencia de las fiestas, cuestión en la que insiste a lo largo de todos los apartados».

El primer capítulo está dedicado al marco geográfico e histórico definido por el autor como «una tierra de sierras ocres, dura, de frontera peligrosa y porosa frente al islam que ha dejado su marca en la psicología colectiva de la ciudad». En el segundo, se recoge el origen religioso de la fiesta de Moros y Cristianos, con especial atención al ritual de la Bendición de las Aguas, conocido popularmente como «el Baño de la Cruz».

Los dos capítulos siguientes se dedican al «hecho festivo caravaqueño» constituyendo una variante única y originaria, y lo que se conmemora con unos tiempos y espacios determinados. «Moros, Cristianos y Caballos del Vino cobran así su significado, siempre ligados a los rituales de la Santísima Cruz», insiste Ballester y refrenda Sánchez.

El quinto está dedicado a 'Orígenes, principio y desarrollo' y relata de manera cronológica, teniendo como referencia fechas como 1384 (primer baño de la Cruz), 1722 (testimonios del padre Cuenca sobre el Baño del vino, raíz del festejo de los Caballos del Vino), o 1881, año en el que se puede decir que queda establecida la estructura actual de las fiestas; como había poca información sobre la segunda mitad del siglo XIX, recurrí a artículos de Gregorio Sánchez Romero y Francisco Fernández García, que me abrió la curiosidad para investigar más a fondo cómo eran los Moros y Cristianos en este periodo, hallando descripciones y datos muy interesantes».

Hay otro capítulo sobre los Caballos del Vino, sobre la música y Los Gigantes y el Tío de la Pita.

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