Laureano Debat, autor de 'Casa de nadie' y 'Barcelona inconclusa'. Raúl Asencio
Escritor

Laureano Debat: «'Tendrías que escribir una novela sobre nosotras', me decían medio en broma»

El argentino presenta hoy en Murcia 'Casa de nadie', historia basada en su convivencia con dos prostitutas, madre e hija, en un piso de Barcelona

Sábado, 18 de marzo 2023, 09:30

Laureano Debat (Lobería, Buenos Aires, 1981) no fue un emigrante económico. Más bien un argentino con curiosidades. Barcelona no es solo de las Siervas de ... María, sino de mujeres que no abandonan nunca la ayuda del espejo como Sonia y Jimena. Barcelona, ciudad de tentaciones, y de adivinanzas para las que nunca hay fácil solución. Allí, donde la verdad se presenta desnuda, vendría a vivir Debat. Rentó un cuartito, y no tardaría en saber que sus compañeras de piso, chilenas, eran más que madre e hija. La casa estaba, en realidad, habitada por hombres con los que nunca volvería a coincidir en muchos casos.

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Funcionaba como en «una familia unida», con todos los estímulos olfativos que proporciona el lugar al que llamas hogar. Aunque era un putiferio. Que madre e hija ejercieran la prostitución en aquella casa de Barcelona, en realidad, era lo de menos, pues no dejaba de ser, como dice el narrador, «más que otro piso compartido entre desconocidos, con esa mugre, esa simbiosis y ese palimpsesto propio del choque de culturas, necesidades y voluntades».

Vademécum farmacológico

«Las veía reír y a veces llorar, y una posible respuesta era la medicación que tomaban»

Pasaron diez años de aquello, y ahora está él mismo más tranquilo, y pudo contar esa gran historia que el destino le puso por delante en un libro inaudito, 'Casa de nadie' (Candaya, 2022), que este sábado presenta en la librería Libros Traperos de Murcia, a las 12.30 horas, en compañía del escritor Rubén Bleda y de Olga Martínez, editora de Candaya.

En realidad, Debat llegó a España en septiembre de 2009 becado por la Generalitat de Catalunya para realizar un máster de literatura en Barcelona y sus olímpicas tentaciones. Debat aplicó a la beca porque había estudiado dos años catalán en el Casal Catalá de la ciudad de La Plata, acreditando un B2. Esa fue, en realidad, su primera oportunidad para conocer Europa y vivir en España. «Acabó el máster y decidí quedarme en Barcelona por muchos motivos, porque en realidad me faltaba mucho por conocer. ¡Y ya pasaron casi 14 años!».

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–¿Cómo era su vida en Argentina antes de esta decisión?

–Estudié Periodismo en la ciudad de La Plata, era profesor allí en la universidad, trabajaba en medios y eso, y escribía cuentos en revisas y cosas así. No había publicado todavía, estaba como convirtiéndome en escritor. Y el cambio más grande de haberme ido a vivir a Barcelona fue que acabé convirtiéndome en escritor. Aquí yo tomé conciencia. No fue una emigración económica como le ocurrió a muchos de mis amigos, en mi caso yo estaba relativamente bien, lo bien que se puede estar en un país que está en convulsión continua. Pero el cambio de país me abrió otras perspectivas y me dieron ganas de quedarme.

–¿Cómo le está yendo eso de trabajar de periodista en España?

–Siempre es muy complicado trabajar de periodista en todos lados. Yo he trabajado mayormente para medios argentinos desde España, y he escrito para medios de acá como 'Jotdown', 'Altaïr Magazine', 'National Geographic'... pero la mayor parte de mi trabajo ha sido para el diario 'Clarín' de Argentina, como colaborador muchos años en el área de Cultura. El periodismo te permite conocer, y entrar en un montón de sitios, y descubrir cosas fascinantes como viajar. Pero siempre fue precario... aunque estoy contento con el trabajo que hice.

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–¿Habría sido posible escribir 'Casa de nadie' sin esa perspicacia y curiosidad de periodista? Porque, en realidad, esa indagación sobre lo que ocurre en ese piso de Barcelona en el que iba a instalarse podría haber sido también el reportaje de su vida.

–Cualquier persona podría haberlo escrito sin ser periodista, pero creo que el hecho de ser periodista ha influido en algunas cosas. A mí me gusta del periodismo la escucha. Se habla incluso de «escucha activa». Pero yo he tratado siempre de ser escuchante activo. Y cuando yo conocí a las chicas traté de escucharlas todo el tiempo que pude y siempre y cuando ellas quisieran contarme. En ese sentido hay ahí una especie de entrevista, si se quiere, con las compañeras de piso. Porque todo lo que cuenta el narrador de 'Casa de nadie' sucedió. Quise contarlo como yo lo recuerdo, como yo lo viví, como yo lo percibí.

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–¿Y cuándo se dio cuenta de que estaba ante una gran historia? ¿Tomaba notas? ¿Hizo un diario?

–Cuando me dan la noticia de que son prostitutas ahí ya tuve una primera alerta de que aquello iba a ser una buena historia. Yo no las conocía todavía. Pero madre e hija ejerciendo en el mismo piso... ya empieza a abrirse una buena historia. Ahí empecé a ser consciente. Me contaron que venían de una casa acomodada chilena, cómo entra la madre después de la hija, los perfiles de cada una... ya pasaron semanas, y cada vez había más cosas, la historia tenía más fondo, más allá de que madre e hija fueran prostitutas eran personajes muy complejos, y, además, me empezaban a fascinar a mí. Empecé a tomar apuntes, bitácoras de la casa, y cada dos noches tomaba notas, y a partir de ahí fui pensando en la novela.

–¿Compartía con sus amigos estos descubrimientos sobre ellas?

–Sí, al principio mis amigos eran los compañeros del máster de creación literaria, todos estábamos con proyectos y todos querían conocerlas, incluso algunos las conocieron. Hay una escena de cumpleaños, y ahí había amigos y amigas que las conocieron. Cuando yo lo exteriorizaba acababa de tomar conciencia de la historia. Ahí empezaba a tomar dimensión la historia que yo vivía.

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–¿Cuánto tiempo vivió con ellas?

–Fueron, en total, nueve meses, y tal cual lo cuento en la novela. De febrero a octubre de 2010. A veces, Sonia me decía, medio en broma, medio en serio: «Tendrías que escribir una novela sobre nosotras». No sabía yo hasta qué punto era verdad o no. Pero hubo muchas idas y vueltas en la escritura. Cuando me decidí a escribir, les conté mi idea, y, con un poco de indiferencia, me dijo: «Gracias por acordarte de nosotras». Sonia siempre estuvo al tanto de que esto saldría adelante. Hace muchos años que ya no hablo con ellas. Sí sé que volvieron a Chile, y no las vi más.

–Recuerda que volver a casa en esos meses era como entrar en una furgoneta repleta de turistas en una excursión. ¿Llegó a tener contacto con los clientes?

–A todos los vi allí y nunca más me los encontré fuera. A Rubén sí, pero Rubén no era un cliente. Con algunos sí cené y lo cuento ahí. Perdí la cuenta de los hombres que pasaron por esta casa.

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'Barcelona inconclusa'

«Siento que no llegué a conocer del todo Barcelona, hay #un montón de realidades paralelas»

–¿Imaginó que Barcelona, tan bien promocionada, podía esconder tantas bolsas de pobreza y marginalidad? Ya Juan Marsé nos puso en antecedentes.

–Todavía no había alcanzado a imaginarme Barcelona cuando me cae esta historia. Sí sabía de la tradición literaria y de su prostitución, como en cualquier ciudad portuaria. En Argentina también existe este submundo de la prostitución ''escort'', pero no imaginaba que aquí iba a vivirlo de forma tan directa, en los camerinos. Siento que no llegué a conocer del todo Barcelona –hoy vive en Zaragoza–, hay un montón de realidades paralelas en la ciudad que ni se tocan. Eso me animó también a escribir 'Barcelona inconclusa', un libro de crónicas que hice durante tantos años, y en el que me preguntaba hasta dónde puede llegar nuestra imaginación porque siempre nos va a sorprender.

–El vademécum tiene que ver mucho con que estas mujeres pudieran tener un sueño tranquilo...

–Sabía que trabajaban de prostitutas, las veía reír y a veces llorar, y una de las respuestas era la cantidad de medicación que tomaban, y lo hacían de forma compulsiva, sin control. Quise injertarlo en la trama, como un descanso, pero conectado con la trama, y con la vida de la casa. Fue un desafío narrativo contar cómo era ese consumo.

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–¿Y dónde hallaban el placer?

–Dejo al lector esa respuesta. En el caso de Jimena, era una especie de placer generalizado, algo que nunca había vivido. Tenía una vida descontrolada, pero cuando tenía que cuidarse la salud para ella dejó de ser placentero. Cuando llegan sus niñas igual siente placer en la maternidad. Sonia tiene orgasmos culposos, pero su placer es escaso, solo busca una vida normal.

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