pilar martínez mañogil
Sábado, 14 de mayo 2022, 08:55
Cuando el laureado escritor murciano Ginés Sánchez (1967) se embarcó en esta aventura era consciente de que tenía una buena historia, aunque no sabía si encajaría bien. Un año más tarde, la novela 'El mar detrás' ha sido la escogida, de forma unánime, por el ... jurado de los Premios SM, para alzarse como ganadora del premio Gran Angular, uno de los más prestigiosos a nivel nacional de literatura juvenil. Un galardón que, desde 2007 con la escritora Marta Zafrilla, no recaía por estas tierras murcianas.
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El nombre de Ginés Sánchez es reconocido por títulos como 'Las alegres' (XXIII Premio Libro Murciano del Año 2020), 'Lobisón', 'Los gatos pardos', 'Entre los vivos', 'Dos mil noventa y seis' y 'Mujeres en la oscuridad'. Historias, todas ellas, enfocadas a un público adulto, de ahí la singularidad de 'El mar detrás', su primera novela juvenil. Un experimento que, a simple vista, es evidente que le ha salido de maravilla aunque no por ello ha estado carente de retos. «A la hora de contar determinadas cosas, íbamos un poco a ciegas porque no sabíamos hasta dónde podíamos llegar, sobre todo, en los momentos de crudeza», recuerda el autor. Al final, tuvo que contenerse y no ser tan detallista.
La novela 'El mar detrás' narra la historia de Isata y Dibra, dos adolescentes de un campo de refugiados que inician una investigación para descubrir el paradero de su amigo desaparecido. «En esta obra, el todo termina por comerse la parte», admite su creador porque, aunque es una historia detectivesca, el contexto es totalmente determinante. De ahí que sea un libro totalmente legible para los adultos. «Es una historia adulta con protagonistas jóvenes». En ningún momento, el autor infantiliza el conflicto porque considera que a los jóvenes se les puede plantear todo. «Los jóvenes tienen una gran capacidad de análisis y comprensión. Si vas a escribir para ellos tienes que ser un poco pícaro y contar la historia de forma que les entre». Ya después, prosigue, se puede añadir de fondo la lección, crítica o problema que se quiera abordar. «Es una historia interesante para enganchar a los chicos, para que descubran una realidad que la mayoría no conocen y enseñarles que esas cosas existen y le pasan a jóvenes como ellos».
Para Ginés Sánchez construir los personajes ha sido más sencillo que el proceso de documentación, del que se ha encargado su pareja, la también escritora Cristina Morano. Ella estuvo investigando a través de internet, voluntarios de organizaciones no gubernamentales de ayuda humanitaria y refugiados porque necesitaban saber cómo era el día a día de un campo y cómo funciona para ambientar correctamente la trama. «Es una parte que requería de muchos detalles».
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Gracias a esta información, el autor ha podido plasmar tanto la vida diaria, como la visión en conjunto del mismo y peculiaridades jurídicas y administrativas. «La gente estuvo muy dispuesta a ayudarnos y solo podemos estar agradecidos, y no solo por ayudarnos a nosotros sino por la labor tan importante que hacen».
Cuando se está haciendo el trabajo de documentación, rememora, se aprenden y descubren muchas cosas como, por ejemplo, el patrón representado por el personaje de Samir. «Él es la persona que lo consigue todo, es un personaje muy típico en este tipo de campos».
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'El mar detrás' tiene varios protagonistas. Dos de ellos son Isata y Wole, dos niños que son, señala su creador, pequeñas deformaciones de personas reales mezcladas entre sí. El personaje que sí es totalmente inventado es la adolescente Dibra, que surge de una fotografía de una niña en un campo de refugiados. Ella es mucho más sutil porque representa el concepto de heroína, por eso, está mucho más intacta y, a su vez, es más académica. Sin embargo, Dibra no representa en ningún momento a todas las adolescentes del mundo, ni es la salvadora de todas las niñas. «Al final Dibra no tiene los problemas de todas las adolescentes sino que tienes los propios, que son muy concretos, y los que determinan al personaje». Una vez más, recalca, la cuestión en la que radica todo son los límites que impone el propio formato, las cosas que se pueden hacer y las que no.
Isata, Dibra y Wole son adolescentes pero su perspectiva de la vida es diferente a la del resto. «Los protagonistas son adolescentes pero no son como los que estamos acostumbrados a ver, estos están rotos, de ahí que su proceso de crecimiento y descubrimiento y su punto de vista partan de que ellos tenían una vida y la perdieron». Quizá, uno de los elementos más complicados de esta novela no fue solo averiguar cómo era un campo de refugiados o qué grado de crudeza está permitido sino bajar al universo adolescente y saber cuáles son sus necesidades. Para el autor, 'El mar detrás' puede resumirse en dos frases. Por un lado, quiere decirles a los jóvenes que deben preocuparse por sus amigos y nunca dejarlos atrás si pasa algo. Por otro, quiere recordarles que no se conformen con el 'status quo' porque siempre hay una posibilidad de seguir luchando y caminando. «Este tipo de mensajes surgen en el propio transcurso de la novela», no es algo que se plante desde el principio.
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Después de esta aventura, Ginés Sánchez adelanta que su próxima publicación será para adultos y no descarta continuar con la literatura juvenil. «Ahora me planteo si tiene sentido hacer otra o no, pero seguramente sí intentemos escribir más cosas, sobre todo, ahora que sabemos hacia dónde vamos y cómo se hace».
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