La escritora uruguaya Carmen Posadas participa este jueves en el ciclo 'Mares de papel' de Mazarrón.

Carmen Posadas: «Escribir es lo único que sé hacer; para el resto de la vida soy una catástrofe»

La autora participa este jueves en el ciclo 'Mares de papel' de Mazarrón, donde charlará acerca de 'Cómo nace y se hace un escritor'

Lunes, 6 de septiembre 2021, 02:46

Lleva, reconoce sin reserva alguna, enfrascada en la reforma de sí misma toda su vida; intentando moldear, a base de empeño y tiempo, aquellos defectos que le lastran. Lo ha conseguido, especialmente con uno, quizá el que más le contrariaba: una «timidez casi patológica» que, ... de niña, le hacía tartamudear: «¡Si con doce años me hubiesen dicho que iba a dar conferencias y a hablar en público, habría pensado en que eso iba a ser imposible porque yo entonces era muda!». Carmen Posadas (Montevideo, 1953) fue, dice echando la vista a su infancia, una joven «extremadamente tímida, de las que cuando la gente me miraba me tiraba la Coca-Cola encima. ¡Un horror!». «Además –mantiene– era la fea de la familia. En mi casa son todos guapísimos y yo era como un conguito», añade. Aquello le hacía refugiarse a menudo en su cuarto para «escribir un largo y lacrimógeno diario» que fue el «comienzo» de su vocación literaria. «Siempre digo que lo que soy se lo debo a mis defectos», defiende la autora de 'Pequeñas infamias', título con el que ganó en 1998 el Premio Planeta, así como de una larga lista de novelas entre las que destacan, por su relato histórico, 'La leyenda de la Peregrina' (2020), en la que a través de esta joya repasa la vida de grandes mujeres de la monarquía española; 'La maestra de títeres', sobre Beatriz de Calanda; 'La hija de Cayetana', sobre Cayetana de Alba; y 'El testigo invisible', un relato en el que recoge los últimos días de la familia imperial rusa a través de una voz que conoció de cerca todo lo sucedido con el zar y sus hijos.

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Ahora escribe sobre La Malinche, la mujer de Hernán Cortés. Una indígena en cuya vida bucea con gran curiosidad Posadas con el fin de armar su próximo texto. «Me encanta aprender y la mejor manera de hacerlo es escribir libros sobre otras personas y épocas; es como meterte en la piel de gente muy ajena a ti, pero que por otro lado haces tuya», explica la escritora uruguaya, aunque afincada en España desde pequeña.

Conviene saber

  • Qué: Conferencia 'Cómo nace y se hace un escritor', con la escritora Carmen Posadas. Ciclo 'Mares de papel'.

  • Dónde y cuándo: En el Mirador de Bahía de Puerto de Mazarrón, el jueves, a las 21.00 horas. Aforo completo.

Carmen Posadas participa este jueves en el ciclo 'Mares de Papel' que organiza el Ayuntamiento de Mazarrón y coordina la periodista Lola Gracia. En él, Posadas hablará sobre 'Cómo nace y se hace un escritor', y lo hará a partir de las 21.00 horas en el Mirador de Bahía, escenario de este ciclo veraniego que, el próximo día 14, tiene previsto acoger su último acto: un encuentro con el escritor Juan José Millás y el paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga. Tanto para esta cita como para la de Posadas las entradas, de carácter gratuito, están todas reservadas. Los actos se podrán seguir en directo a través del canal de YouTube del evento.

PASIONES: «Me encanta aprender y la mejor manera de hacerlo es escribir libros sobre otras personas y épocas»

En México varios siglos atrás

«Escribir sobre la vida de otros es una muy buena manera –afirma Posadas– de comprenderse a uno mismo». Nos falta distancia, reconoce, pero «cuando ves proyectados tus mismos defectos y virtudes en otras personas te es mucho más sencillo entenderse». Habla Posadas de este aprendizaje personal a colación de sus últimos libros, en los que se sumerge en las vidas de personajes reales que, por uno u otro motivo, han llamado su atención: «Ahora estoy viviendo en México en el siglo VI», apunta haciendo referencia a su interés por La Malinche. Antes, se sintió fascinada por otros, y de todos, cuenta, ha aprendido que «existen dos tipos de personajes: los que intentan hacer las cosas lo mejor posible, y los malos, a quienes les encanta que la realidad se adapte a sus deseos y son capaces de cometer las tropelías más enormes».

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RECUERDOS DE NIÑA: «En mi casa son todos guapísimos y yo era como un conguito»

Agradecida a la vida por haber cumplido un sueño, el de ser escritora –«a la literatura se lo debo todo, es lo único que sé hacer; para el resto de la vida soy una catástrofe»–, Posadas imparte junto a su hermano Gervasio un taller de escritura que pretende ser guía para aquellos escritores que están empezando: «El taller es una de las cosas de las que estoy más orgullosa, porque supone ayudar a otros a cumplir un sueño que yo tuve hace muchos años. Escribir es un acto muy solitario, y en esa soledad no tienes en quién apoyarte. Ahora, cualquiera escribe un blog, lo cuelga en internet y a ver qué pasa, pero cuando yo empecé no era así. Queríamos ayudar a nuestros alumnos a descubrir todos los trucos, trampas y recetas a la hora de escribir, y no solo los míos, sino también los de otros escritores: la receta de Dickens, de Hemingway...».

Curiosidad y lectura

Según Posadas, «para ser escritor no es necesario ser extremadamente inteligente; si te fijas, hay libros escritos por tarugos que tienen mucho éxito». Y tampoco hace falta «ser extraordinariamente culto; a veces esos escritores que dan una gran cantidad de datos y cifras aburren a las ovejas. Pero hay dos cualidades importantes: una es la curiosidad, un escritor es alguien que se hace preguntas permanentemente; y otra, ser un gran lector. Es imposible ser un buen escritor si uno no ha leído mucho».

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No obstante, también hay que tener talento. «La ilusión de mi vida era ser como María Callas pero canto como una rana, por mucho que me empeñe, nunca voy a llegar muy lejos. Hay que tener talento, aunque sea pequeño, y el resto es trabajo, trabajo y trabajo», deja claro la escritora.

Hoy no es la niña que fue. Aquella timidez «era semejante a ir por la vida como esos prisioneros que tienen que cargar con una bola muy pesada en los pies. Haberme liberado me encanta; de pronto, me permitió descubrir muchas cosas que antes no podía hacer». Aun así, intenta conservar «la sorpresa». «Tener la capacidad de asombrarte es importantísimo. Con los años uno se fija menos en lo que sucede a su alrededor, repara menos en ello, pero para un escritor es fundamental hacerlo. Nuestro material de trabajo es la naturaleza humana», recuerda.

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También, «que los traumas en la vida sirven para resetear las prioridades», y sin embargo los largos meses de pandemia no han logrado, al menos cree ella, esa meta: «No hemos aprendido nada y me da mucha pena. En la vida si no aprendes algo, vuelve a pasar».

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