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El Servicio de Idiomas de la Universidad de Murcia cumple 20 años este 2024 con una amplia gama de cursos tanto de formación para la comunidad universitaria como no universitaria. Juana Sanmartín, responsable del servicio y presidenta de ACLES (Asociación de Centros de Lenguas de ... Enseñanza Superior) –casi 70 centros en España, entre ellos la UMU y la UCAM–, hace balance de este periodo. Hasta este miércoles (11 de septiembre) a las 00.00 horas está abierto el plazo para inscribirse (https://www.um.es/web/idiomas/) en los cursos de este cuatrimestre (septiembre-diciembre).
Los cursos 'online' que se ofrecen son inglés, francés, alemán, italiano, portugués, japonés, ruso y español para extranjeros. Además, se imparten cursos de preparación para las certificaciones de idiomas más demandadas (Cambridge, PLIDA, DELF y GOETHE) y cursos de expresión oral en inglés e italiano. Sanmartín participa esta semana en la Universidad de Durham (Inglaterra) en el congreso de CercleS (Confederación Europea de Centros de Lenguas en la Enseñanza Superior), –formada por 290 centros con 250.000 alumnos–, donde disertará sobre requisitos de idiomas para programas internacionales: «Un tema que nos preocupa aquí tanto en esta universidad como en todas las de la confederación: cómo podemos mejorar nuestras actividades y todo nuestro esfuerzo para estar más en consonancia con las directrices del Consejo de Europa».
Dice Sanmartín que se está haciendo poco para favorecer el multilingüismo, uno de los objetivos del Consejo de Europa, «ya que uno de los principales escollos para construir Europa son las lenguas, tanto en la movilidad laboral como de estudiantes, y con todas las políticas que se intentan hacer para encontrar un equilibrio entre la movilidad y el multilingüismo. Lo que estamos viendo es que intentando favorecer la movilidad estamos acabando en la hegemonía del inglés otra vez, y no es que eso sea malo, pero es cierto que el Consejo de Europa fomenta el multilingüismo. Y proteger la riqueza lingüística de Europa es lo que nos interesa».
–Este Servicio de Idiomas es un ejemplo concreto y eficaz de lo que hace la Universidad de Murcia en defensa del multilingüismo. El porcentaje de satisfacción del alumnado suele ser elevado.
–Aquí enseñamos ocho idiomas. Intentamos centrarnos en las necesidades de la comunidad universitaria. Hacemos formación de alumnos, y de personal también, tanto profesorado como personal técnico. Tenemos diferentes niveles, según los idiomas, porque la estructura es piramidal: empiezan muchos, pero siguen pocos. Y ofrecemos estos cursos para favorecer la movilidad internacional de nuestros alumnos, pero también están abiertos los cursos a todo tipo de personas, ya que ofrecemos cursos generales, y la universidad debe prestar servicio a la sociedad.
–El japonés, por ejemplo, es uno de los idiomas que pueden aprender a través de este servicio.
–Es uno de nuestros idiomas estrella, porque hacemos mucha difusión de la cultura japonesa. Nuestra profesora de japonés, Michiko Akaboshi, es muy activa, y hemos hecho tres festivales de cultura japonesa y en tres ocasiones hemos recibido la visita del embajador de Japón en España.
–La UMU es una de las pocas universidades que ofrece cursos 'online' de ruso en distintos niveles.
–En la oferta de cursos ofrecemos también ruso, con una formación estupendísima, y la profesora Fedora Croitor es muy competente, y la Universidad de Murcia es uno de los pocos sitios donde se puede estudiar ruso en la Comunidad de Murcia, porque todavía no está en las escuelas de idiomas. Sí que tiene grupos muy fieles de alumnos, porque cuando uno estudia un idioma como este al final la motivación es muy alta.
–ACLES ofrece como ventajas certificaciones de estos idiomas que son válidas a nivel administrativo y, además, más asequibles que en otras instituciones.
–ACLES es la Asociación de Centros de Lenguas de Enseñanza Superior, que se creó en el año 2000 y nació porque los centros de lenguas de las universidades somos estructuras en las que no se imparten enseñanzas regladas sino que son un apoyo al aprendizaje y a la certificación de lenguas en las universidades. Tenemos cierto margen de maniobra para organizar cursos específicos. Como cada universidad es diferente surgió esta asociación, cuando se hablaba de la creación de un espacio europeo de educación superior, y se vio esta necesidad de las certificaciones. El marco europeo para las lenguas es de ese mismo año 2000. Si queríamos que todos tuvieran más o menos un nivel homogéneo, las únicas certificaciones de pruebas estandarizadas estaban en manos externas, y teníamos el certificado de Cambridge y el Toefl si ibas a los Estados Unidos. Pensamos que en las universidades había conocimiento y recursos para tener nuestra propia certificación. Y así se hizo este modelo de certificación que hubo que describir y crear unas bases fuertes entre todas las universidades españolas y que se acabó llamando Certacles. A este modelo se pueden adherir las universidades españolas y pueden certificar el idioma y los niveles que crean oportuno. Nosotros certificamos cuatro niveles. El modelo es muy serio.
–¿Y qué aceptación tiene más allá de las universidades?
–Mucha aceptación, ya que los certificados Certacles se aceptan ya para el acceso a la función pública, en muchas comunidades autónomas. El precio es muy asequible, ya que presentarse al examen de certificación de nivel cuesta en nuestra universidad 50 euros. Nosotros podemos manejar las fechas de las convocatorias y las horas, no hacemos muchas anuales porque el modelo es muy riguroso, pero, al menos, hacemos dos convocatorias. Y ahora, gracias al consorcio entre varias universidades, a veces hacemos tres convocatorias. Estamos muy contentos con ACLES y con poder ofrecer estas certificaciones en la Universidad de Murcia.
–En muchas carreras universitarias los idiomas no forman parte de los planes de estudios.
–No, nosotros decimos que los idiomas son enseñanzas extracurriculares. Pero es cierto que cuando se detecta una necesidad en una facultad, el decano o el equipo decanal se pone en contacto con nosotros y si hay un nivel homogéneo organizamos un curso específico si hay alumnos suficientes. Para eso estamos, somos un servicio universitario, y lo hacemos también para el personal de las consejerías, auxiliares de servicio, personal que se encarga de atender a los alumnos en las secretarías. Lo hacemos a través del Centro de Formación y Desarrollo Profesional.
–¿Cuántos estudiantes tienen cada año en estos cursos de idiomas?
–Más de 2.000 estudiantes matriculados entre los dos cuatrimestres. Estamos contentos con estas cifras, e intentamos mentalizar a los alumnos de que hay vida más allá del inglés. De hecho, no en todas las universidades los programas se imparten en inglés, y no deberían impartirse en inglés. Es más, cuando un estudiante va a otro país es importante que conozca el idioma de ese país porque vivirá en un entorno donde se habla ese idioma y si quiere integrarse o tener una experiencia cultural que vaya a enriquecer su estancia debería llegar con un poquito del idioma ya aprendido. De hecho, en la Universidad de Murcia no dejamos salir a nadie a otra universidad de las lenguas que enseñamos sin conocer como mínimo un A1 en el caso de Portugal e Italia, por ejemplo. Eso en lenguas afines. Y en otras lenguas, por ejemplo en Alemania, nosotros exigimos que al menos tengan un A2 de alemán, ponemos ese requisito de salida para que la estancia de movilidad internacional sea de calidad.
–La enseñanza 'online' está resultando una experiencia buena. No se cortó con la pandemia.
–Habíamos tenido experiencias no muy buenas con plataformas, pero durante el Covid hicimos una transición intensiva, trabajamos muchísimo, aprendimos muchísimo, y para nuestra sorpresa cuando acabó el Covid pensamos que volveríamos a los cursos presenciales, y pusimos gran parte del programa presencial. Pero nos encontramos con que no había tanta demanda. Porque el curso 'online' tiene ventajas, ya que no tienes que aparcar, te puedes conectar desde cualquier lugar, y aprovechas ese tiempo. La verdad es que tenemos más cursos 'online' que presenciales, contra todo pronóstico. Los cursos son más baratos para los estudiantes y cuentan como créditos CRAU.
–Usted hizo Filología Hispánica, y acabó dando clases en 1990 en Eslovaquia, en un tiempo en que la URSS estaba desmoronándose.
–Sí, hice Hispánicas, en el año 90 todo era regulero en cuanto a empleo, y me fui a un programa de estudios bilingües. Por entonces abrían tres institutos nuevos en los Pecos, los países de Europa central y oriental. Yo fui pionera en ese instituto de Eslovaquia, fue un 'shock', hice el curso 90-91 y allí encontré lo que iba a hacer el resto de mis días. Tuve mucho apoyo del Ministerio y cuando volví empecé a dar unos cursos para estudiantes Erasmus y de programas internacionales, y en 2004 creamos el Servicio de Idiomas de la UMU, y le dimos un poco de forma a todos los programas. Trabajé un par de años en la Escuela Oficial de Idiomas, que se rige por un decreto ley, mientras que nosotros tenemos más flexibilidad, con personal fijo, magníficos profesionales, y atendiendo a las necesidades.
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