![Juan José Lara, humanista clásico y dinamizador cultural](https://s1.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/2023/11/25/lara-kARF--1200x840@La%20Verdad.jpg)
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Más allá de la inteligencia o el bagaje cultural, sin desdeñarlos, valora en quienes le rodean las miradas y las voces propias, y una actitud de escucha que cultiva para sí mismo como un tesoro. Equilibrista entre el humanismo clásico y la modernidad digital, se presume en Juan José Lara, doctor en Filosofía, escritor y buscador diurno de belleza, una capacidad de liderazgo que sella con su marca personal cada paso y proyecto. Asumió la dirección de la Biblioteca Regional de Murcia (BRMU) en los últimos coletazos pandémicos, con el reto de impulsarla definitivamente al siglo XXI como un centro cultural de referencia, fresco, dinámico, vivaz y conectado a todo tipo de público y formatos.
Su frenética y rica agenda de actividades, objeto de presentación de temporada al estilo de una filmoteca o un teatro, no es sino un reflejo de la propia identidad de su responsable, ávido siempre de novedades, impaciente ante lo rutinario y autocrítico para aprender del error y avanzar. Vibran en él la pasión por el mar que le vio nacer en Cartagena, el gusto por la lectura –quizá mayor si afuera llueve–, la fascinación por viajar, el aroma de librerías y mesones castizos, la familia como definición absoluta de hogar. Enfrascado en mejorar y ampliar la oferta cultural de una institución por la que han pasado desde Álex de la Iglesia a Elvira Lindo, pasando por Juan Gómez Jurado, Paloma Sánchez-Garnica, David Trueba, Mariola Cubells o Paco Roca, reclama para su equipo, unos setenta funcionarios, el mayor de los méritos. Contagiado por el lenguaje de las redes sociales, avanza nuevos ciclos y propuestas sin terminar de soltar prenda. Y es que este filósofo y acicate cultural ha hecho virtud de su necesidad de nuevas ilusiones.
6.00 horas. Madrugo mucho, soy diurno desde siempre. Nunca estudié de noche, todos los mitos respecto a los litros de café para estudiar, e incluso las anfetaminas, para mí son historias exóticas que nunca viví. Desayuno leyendo la prensa, la regional y algo de la nacional. Tengo la gran ventaja de vivir cerca del trabajo, así que voy andando.
18.00 horas. Mi jornada laboral está marcada por la agenda de la biblioteca. Trabajo muchas tardes, pero la mayoría son palos con gusto, con gente muy interesante de escuchar y conocer. De los grandes autores que ya no están vivos, me hubiera gustado tener a Borges en la biblioteca. Mi sueño es escribir una gran novela, porque he sido en general narrador de mecha corta, de relatos. Toda persona que escribe, con excepciones como Borges, aspira a tener esa obra de al menos 200 páginas con la que acabar satisfecho. Hasta ahora, mi mayor logro académico ha sido defender la tesis doctoral. Me ha dejado un poso de rigor y un gran respeto por la academia. Sigo creyendo en el futuro de las universidades públicas.
15.00 horas. Suelo comer en casa. No cocino mucho, soy el típico niño mimado que se vuelve a casa con los táperes. Mi madre cocina como los ángeles, sobre todo el zarangollo. Tengo la suerte de tener una familia muy unida, tenemos cientos de nochebuenas al año.
20.00 horas. En Murcia hay mucha oferta cultural. No sé hasta qué punto esto ha penetrado en el discurso nacional, pero yo diría que la Región, actualmente, es una referencia en actividades culturales. En la Biblioteca nos ha pasado, y nos ha dado mucha rabia, que una cita importante se ha solapado con otra de la Universidad o del Ayuntamiento. Es bueno que haya tanta oferta, aunque quizá convendría mayor cooperación para que no sucedieran estas cosas. Cuando llego a casa, cansado, me gusta ver el telediario y tener mi momento cinematográfico, con una serie o una película como 'La gran belleza', de Sorrentino.
8.00 horas. No soy nada maniático ni supersticioso. Si se me olvida el móvil en casa no vuelvo a por él. Me considero un usuario medio de redes sociales, las utilizo sobre todo con afán divulgativo. Creo que el mundo ha perdido algo de encanto con internet en general y con las redes y los móviles en particular. Sin embargo, para una institución como la BRMU son un instrumento de comunicación imprescindible y una parte más de su idiosincrasia. Pretendemos que las redes y la cartelería sean un reflejo de lo que es la biblioteca: una institución fresca y alejada de formalismos innecesarios. Tenemos creativos muy profesionales.
13.00 horas. Necesito dosis de novedad constante. No soy nada de ceremonias ni rituales. Si se establece la típica reunión de «vermú todos los jueves», soy de los que falla al tercero. Creo que es muy difícil conocer gente interesante y, según uno se va haciendo mayor, descubre que a lo largo de la vida no se conoce a tanta gente interesante, lo que no significa necesariamente ser culto, ni siquiera inteligente, sino tener una mirada y una voz propias. No puedo decir que me haya decepcionado ningún autor o que alguno me haya parecido un gañán, aunque cuanto más divos son menos contacto tienes con ellos. Otros me han parecido aún más talentosos de lo que esperaba, como David Trueba.
19.00 horas. Es cierto que nuestra agenda de actividades genera tensión entre los estudiantes, pero la labor de una biblioteca pública no es servir como sala de estudio. En horario de mañana, priorizamos el estudio y la investigación, pero si el Gobierno regional quisiera que fuera una sala de estudio no la dotaría del maravilloso fondo bibliográfico que tiene, ni destinaría los recursos que destina a fomento de lectura. Si no atraes a los usuarios, esos fondos se quedan en las estanterías; y tampoco puedes organizar solo actividades sin ofrecer fondo bibliográfico. Que el Ministerio nos eligiera como anfitriona en el Día de las Bibliotecas es la muestra de que estamos consiguiendo ser una auténtica biblioteca del siglo XXI.
12.00 horas. Necesito como desestresante viajar. Me canso rápido de ver el mismo paisaje, la misma habitación. Planeo el típico viaje de verano, largo y lejano, pero a lo largo del año hago muchas escapadas, aunque sea a Gandía, a Cuenca. Solo tener otro cielo encima de mí me deja nuevo. Creativamente también lo noto, porque cuando estoy escribiendo algo es mi manera de desatascar. Además, me gustan mucho los hoteles, viviría en uno. Tengo muchas ganas de ir a Israel, aunque ahora no es el momento, y a Cuba.
9.00 horas. Mis fines de semana suelen dividirse entre la lectura, la bici, la familia y los paseos con mi sobrino de cuatro patas, 'Olegario', el perro de mi hermano. Las cuatro cosas son mi psicólogo particular. Pienso que el día que me falten mis padres va a ser un poco como no tener casa, como encontrarme a la intemperie. Tengo dos hermanos médicos y yo soy el único humanista, pero no hay ovejas negras, cada uno es una oveja blanca a su manera.
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