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¿Qué sabemos sobre genética? ¿Cuáles son sus aplicaciones? Además de su valor esencial en el campo sanitario y para el desarrollo de fármacos, la genética permite también profundizar en nuestras raíces. ¿De qué forma? Lo explicará esta tarde María Luisa Galbis Martínez, profesora de Genética de la UMU dentro de la conferencia 'La genética aplicada a la genealogía: una herramienta de investigación histórica'. La cita es a las 20.00 horas en el Archivo General de la Región de Murcia.
Durante la charla, la experta se centrará en el Proyecto Genoma Humano, un programa de investigación internacional que se inició en 1990 y que fue un gran paso para dar impulso al avance de la tecnología genómica, lo que permite que en la actualidad se conozca el genoma de cientos de miles de individuos y que se haya abaratado el acceso a pruebas genéticas directas que ofrecen la posibilidad de identificar parientes entre los usuarios.
Galbis partirá de la experiencia personal para contar cómo una aproximación genética puede contribuir a resolver un caso de historia genealógica. Y es que la profesora especializada en genética de bacterias se adentró en la especialidad humana a raíz de que se pusiera en contacto con ella Hanna, «una chica británica dada en adopción que está buscando a sus padres biológicos» y que resultó ser prima cuarta de Galbis. Así se inició una investigación que le ha llevado a contactar con varias familias, entre ellas la de la historiadora Amalia Pérez-Juez y la de Iván Mbomo, nieto de José Epita Mbomo, un hombre guineano cuya historia es insólita por diferentes motivos.
«José Epita Mbomo nació en Guinea Ecuatorial. Sus padres murieron jóvenes y estuvo al cuidado de los religiosos claretianos en su país, recibiendo una dura educación religiosa», cuenta la genetista.
A principios del siglo XX los vuelos a motor eran un gran símbolo de poder. De Melilla partieron tres hidroaviones hasta Guinea capitaneadas por el comandante Rafael Llorente quien, «se 'enamoró' de Epita, un chico de 16 años, y se lo trajo a Los Alcázares para que adquiriera formación en la base aérea». En 1936, José Epita se casó con una cartagenera, Cristina Sáez, una valiente que se enfrentó al juicio social de la época. «Fue el primer negro que se casó con una blanca en Cartagena y posiblemente en España», indica Galbis.
Pero llegó la guerra civil y lo dinamitó todo. «El era comunista, además de africano, con lo cual le falto tiempo para salir de España». El matrimonio consiguió abandonar el país y se instaló en Francia. Allí, el protagonista de la historia encontró trabajo.
Un nuevo contratiempo: la invasión alemana. «Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, José Epita se unió al grupo local de resistencia contra los nazis, incluso parece ser que llegó a ser el jefe del grupo». Como consecuencia, «lo arrestaron y lo deportaron al campo de concentración de Neuengamme, en Alemania», explica Galbis. Allí sobrevivió trabajando de electricista y mecánico y, según cuenta su familia, incluso ayudó a la supervivencia de otros hombres proporcionándoles comida.
Siguiente capítulo: «Al final de la guerra, los nazis los metieron de prisioneros en un barco de lujo convertido en prisión, llamado Cap Arcona». Una cárcel flotante «bombardeada por una escuadrilla británica». Solo sobrevivieron «unos 200 presos entre los que estaba José Epita. El se salvó porque sabía nadar», resume Galbis. Finalmente, se reunió con su familia en la ciudad francesa de Mérignac, donde pasó sus últimos años hasta su fallecimiento, en 1969.
Desde el final del período bélico, José Epita «no quiso volver a Guinea Ecuatorial, según cuenta su nieto, Iván» pero «en verano, el año de su muerte, en 1969, cuando meses antes Guinea Ecuatorial había conseguido la independencia –el 12 de octubre de 1968– pasó por Los Alcázares». De esa visita se conserva una fotografía con varios de sus amigos.
La historia de José Epita Mbomo se dio a conocer gracias a la exposición organizada en 2021 por Javier Castillo, director del Archivo General de la Región de Murcia, titulada 'Deportados. Murcianos en los campos de concentración nazis', con documentación, fotografías y otros materiales de estas personas. Esta iniciativa propició la reunión de la familia Mbomo-Saéz en Los Alcázares.
Sobre la relación entre Hanna y José Epita Mbomo, «pensamos que la bisabuela de Hanna era hermana del abuelo de Iván, es decir, José, pero no todo nos cuadra». No obstante, durante esta conferencia divulgativa se podrán conocer más detalles sobre los últimos avances en este puzle genealógico en el que han trabajado estrechamente Amalia Pérez-Juez e Iván Mbomo.
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