Rubén Caral Alegre, diseñador de moda y artista, con las telas pintadas enmarcadas en La Innovadora. José Carlos Nievas

La huida de la oscuridad a la luz del diseñador Rubén Caral Alegre en una serie de sedas pintadas

Arte ·

El creador presenta este jueves en el espacio La Innovadora de Murcia su nueva marca y una exposición, 'Vida', compuesta por obras realizadas sobre unos tejidos muy difíciles de encontrar y de tintar en los que cuenta su momento actual: «Ahora me siento en un momento vital fantástico, me ha costado mucho, pero lo he conseguido»

Jueves, 27 de febrero 2025, 12:31

El diseñador Rubén Caral Alegre presenta este jueves, a las 19.30 horas, en La Innovadora (plaza de Santo Domingo de Murcia, número 8, pasaje del Piscis) su nueva marca, CaralAlegre, y una exposición de telas pintadas enmarcadas, en un encuentro abierto al público que será amenizado con una performance de Elisabeth Gómez, que bailará con las telas pintadas, con música pinchada por José Carlos Nievas, fotógrafo, dj y cofundador de La Innovadora, junto a Ricardo Sánchez Cuerda.

Publicidad

Cuenta Rubén, que fue compañero del gran modisto Alfredo Caral [diseñó el vestuario del personal de Iberia e hizo cine con Pedro Almodóvar; en 1982 se encargó del vestuario de 'Laberinto de pasiones', y un año después volvió a colaborar con el manchego en 'Entre tinieblas', cuyo vestuario es de Francis Montesinos y Teresa Nieto] hasta su fallecimiento en Murcia en 2021, que estos tejidos que ha utilizado son muy especiales, tienen un grosor distinto y no son fáciles de encontrar. La colección se llama 'Vida' porque coincide con «motivos vitales míos y motivos de inspiración en el trabajo, porque todo va unido». Cuando encontró estas sedas con un gramaje especial, «muy difíciles de encontrar», insiste, supo de inmediato lo que deseaba hacer.

El acto, abierto al público, será amenizado con una performance de Elisabeth Gómez, que bailará con las telas pintadas, con música pinchada por José Carlos Nievas, fotógrafo, dj y cofundador de La Innovadora, junto a Ricardo Sánchez Cuerda

Hace años ya se inspiró en el cosmos, en los planetas, ondas sonoras, soles... «pero esta vez quería hacer algo minimalista y que apareciera la vida cercana que hay alrededor, que para mí eran las luces de la naturaleza, que me reflejan y que nos invaden, pero también las luces artificiales, porque al final hay una especie de huida de la oscuridad hacia la luz. La prueba está en que por las noches encienden las farolas porque no queremos estar en la oscuridad total». Esto lo llevó a todos los niveles.

Rubén Caral Alegre coloca la última obra en la exposición. José Carlos Nievas

Coincidió este trabajo con un momento en que él también estaba saliendo de un tiempo de oscuridades en su vida. «Todo esto son los reflejos que yo veo en mi mente de las luces enfocadas en diferentes espacios, pero no solo las luces, sino los colores que utilizamos. Hay algo sentimental en mí, que busco las luces siempre en la oscuridad. Ahora me siento en un momento vital fantástico, me ha costado mucho, pero lo he conseguido». Ese microcosmos que nos envuelve y nos influye es lo que reflejan estas telas pintadas. «Aquí quería recoger esos mundos pequeños en trozos de telas pequeños».

Las telas empleadas recuerdan a aquellas que utilizaban los pescadores en Japón para reparar redes de pesca, que eran totalmente artesanales. «La textura de estas telas que yo he usado a mí me recordaron a aquellas, una seda con un gramaje gordo, que yo traté con un mordiente, un fijador, para que todavía fuesen más rígidas. Yo introduzco la tinta dentro de la tela, y hay una lucha con la tela, porque las tintas, dependiendo de sus características, se expanden de una forma u otra, y hay que pelearse con el tejido para que no se vaya. Y yo me peleo para que salga lo que yo quiero». Eso hace que tengan un toque de improvisación que todavía hace más original el resultado.

Publicidad

Ya con Alfredo Caral recuerda que pintaba tejidos, y sobre esos tejidos hacían vestidos, kimonos y camisolas, «porque eso, fabricar o elaborar tus propios tejidos, era como cerrar el círculo para un diseñador»

Rubén Caral Alegre, que viene del mundo de la moda y artesanal, no tiene ningún problema en que se vea el defecto artístico, que puede ser desde un borde mal cortado a que haya algo introducido sin intención. «Los defectos», insiste Rubén, «son un signo de autenticidad porque demuestran que los he hecho yo y no me van a salir todos iguales». «Yo soy de color, y es la primera vez que utilizo tonos monocromáticos muchas veces, que no es lo normal», advierte. Ya con Alfredo Caral recuerda que pintaba tejidos, y sobre esos tejidos hacían vestidos, kimonos y camisolas, porque eso, fabricar o elaborar tus propios tejidos, era como cerrar el círculo del diseñador. En La Innovadora, de hecho, hay fulares de algodón tintados a disposición de los interesados.

Este tipo de cosas suceden en La Innovadora, espacio de arte con fotografías, ilustraciones, cartelismo y objetos con sabor retro en exposición y venta, donde esta semana se inauguró también la exposición de fotografía de Manuel Zamora comisariada por Paco Salinas, una inmersión en la huerta surrealista.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Oferta de aniversario: 4 meses por 2€

Publicidad