Me hizo frío en el infierno las dos veces que fui
ALGO SUPUESTAMENTE ENTRETENIDO ·
No sé si a ustedes les pasa, pero más que cumplir años, yo lo que cumplo son ciclos musicales. Cuando una canción me dispara en ... el corazón por primera vez y libera por todo mi cuerpo su veneno, no puedo pensar en otra cosa. Tarareo la melodía por la calle, reviso una y otra vez la letra buscando encontrarme, definirme, sentirme parte. Saber que, sin conocerme, ese artista ha pensado en mí y en los vaivenes de mi vida para componerla.
Algo así me pasó con 'After Crisálida', de Luis Brea, canción que termina con el título de esta columna: «Me hizo frío en el infierno las dos veces que fui». Cuando la escuché tuve que volver varias veces a esa parte final, a saborear la ironía y a verme reflejado. La suerte, esquiva e impuntual; imploramos por ella y aparece cuando quiere. Siempre me he preguntado si la fortuna en la literatura (a la que me gustaría encomendar mi vida) hay que buscarla a través de la constancia y la dedicación; o si hay que esperar a cruzar una esquina y tropezarte con ella. Para responderme a esa pregunta siempre he escuchado a la gente que sabe, a los que, antes que yo, o han encontrado la suerte o han encontrado el talento.
Cuando era más joven, más contestatario y menos racional estaba loco por Charles Bukoswki. Yo también quería dejarlo todo, pillarme un apartamento enano, beber mucho whisky y escribir durante veinte horas al día. Luego, claro, creces, y ves que eso le salió bien a uno entre un millón. Los otros, o murieron de cirrosis o terminaron trabajando en algo que no les hacía felices. Yo crecí y tras leer 'La enfermedad de escribir' me di cuenta de que ni quería ser un escritor maldito ni me apetecía perder mi bonhomía por un carácter indómito.
Esta columna ha sido escrita mientras sonaba 'After Crisálida', de Luis Brea; y 'Los Tontos', de C Tangana y Kiko Veneno
Entonces, si la fórmula del éxito no está en trabajar a destajo, ¿está en rezar mucho y esperar la aparición divina? Con 33 años a mis espaldas no he podido contestar a esa pregunta. Lo que sí sé es que es una mezcla de pasión y de estar en el sitio adecuado. Porque si no, no se pueden explicar fenómenos como el de 'El Madrileño', de C Tangana, donde el talento es tan claro como la suerte de haber sabido valerse de un contexto perfecto para triunfar. Volver a los orígenes y pintarlos con los colores de la actualidad. Quizás esa es la respuesta a la x de la ecuación.
Espero que me queden muchos años por delante, en los que darme de bruces con la mala suerte y, al final, tocar en hueso. A la tercera va la vencida, y espero pasar calor en el infierno en mi próxima visita.
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