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'S/T'. Años 80. | Personajes con sol, tinta y rotulador. 1969. | Cabeza con sombrero. Collage sobre cartulina firmado en el año 68, año revolucionario en las calles de París.
Párraga, un genio local con muchos puntos ciegos por descubrir

Párraga, un genio local con muchos puntos ciegos por descubrir

25 años después. El Museo de la Sangre y el Ayuntamiento de Murcia recuerdan a José María Párraga, un tótem de la cultura regional, con casi 80 piezas, la mayoría inéditas

Domingo, 27 de febrero 2022

No puede ser que un aniversario tan redondo, los 25 años de la muerte de José María Párraga (Cartagena, 1937-Murcia, 1997), pase desapercibido. Porque es una figura trascendental en el arte contemporáneo en la Región de Murcia. 'Párraga 25 años después', que puede verse estos días en las salas del Museo del Cristo de la Sangre y del Laboratorio de Arte del Carmen (LAC), es la exposición que viene a recordarnos quién fue uno de los murcianos más originales del siglo XX.

El comisario de la muestra es el profesor de Arte Contemporáneo de la Universidad de Murcia, ensayista y poeta Pedro Alberto Cruz, que asegura que si el Ayuntamiento de Murcia y el Museo de la Sangre no se hubieran puesto manos a la obra el aniversario de Párraga, el 13 de abril, «habría sido completamente olvidado».

'PÁRRAGA 25 AÑOS DESPUÉS'

  • Qué Casi 80 obras, la mayoría inéditas, de José María Párraga con motivo del 25 aniversario de su fallecimiento.

  • Dónde Museo Cristo de La Sangre (El Carmen) y LAC.

  • Horario De lunes a viernes de 10 a 13:30 y de 16 a 19 horas.

Cruz, director del Museo de la Sangre, guía a LA VERDAD por esta propuesta que descubre a un Párraga, seguramente para muchos, «poco conocido». En 1998, un año después del fallecimiento, en las salas de arte de la Comunidad Autónoma de Verónicas y San Esteban, ya se organizó una exposición como homenaje [comisariada por los críticos de arte Pedro Alberto Cruz Fernández y Mari Trini Sánchez]. «Entonces yo ya ya escribí [evoca Pedro Alberto Cruz Sánchez] un texto bastante amplio, de unas 70 páginas, analizando su obra. Es un artista que conozco bastante bien. La casa de mis padres durante mi niñez era uno de los centros de la Movida de los 80 en Murcia. Yo allí pude conocer a Perico Pardo, Lolo, José María Párraga, Bárbara Carpi...». Párraga era, como todos los Cruz [Ángel Cruz, hermano de Pedro Alberto, es coordinador de la Filmoteca Regional 'Francisco Rabal'], un cinéfilo. «Recuerdo [descubre el comisario de 'Párraga 25 años después] que entonces ya había vídeo, y antes de acostarnos solíamos ver una película de los Hermanos Marx. Párraga entraba, se sentaba con nosotros, y se pegaba panzadas de reír. Era una persona cercana y desinhibida».

En 'Párraga 25 años después' encontramos pinturas, dibujos, collages, pirograbados... «El pirograbado quizás sea lo más estable dentro de su producción»

Con Párraga sucede algo paradójico, que el personaje es conocido y tiene influencia en el ambiente cultural, si bien su obra, aprecia Pedro Alberto Cruz, «es una especie de isla, no solo dentro del arte regional, sino del arte español», desde finales de los 50 hasta finales de la década de los 90. En los primeros años de producción de Párraga, a partir de 1956 y de los años 60, en España las corrientes que predominaban eran el informalismo, que era la principal vanguardia; la figuración crítica; el realismo metafísico de Antonio López y su grupo; y todavía estaban los ecos de la Escuela de Madrid y sus paisajes castellanos. Y Párraga no se ajustó a ninguno de ellos».

Si hubiera nacido en Madrid...

Él crearía un lenguaje que es verdad que capturó miles de influencias, «pero las digirió y las metabolizó de tal manera que creó un lenguaje absolutamente personal y eso hizo que no crease escuela». Al no crear escuela y al morir su estilo con él ha sido un personaje influyente en el ambiente cultural murciano, «si bien como artista realmente no», sostiene el comisario Cruz, «más allá, naturalmente, de la enorme calidad que tiene su obra. Si hubiera nacido en Madrid sería una de las referencias imprescindibles del arte español contemporáneo».

1/ Bodegón de florero y limón, acrílico sobre tableta de los años 60. 2/ Mujer con pez y frutero, técnica mixta, año 1969. 3/ Mujer con misa, acrílico sobre tableta de los años 60.

El Párraga que aparece en esta muestra no es aquel trillado y asimilado en la memoria de los murcianos. La mayoría de obras expuestas aquí [la familia Ayala Martínez, fray Francisco Pastor Valls, Enrique González Semitiel, Mariano Ruipérez y Maravillas Ruiz son particulares que han aportado piezas] son inéditas y son rarezas. «Es muy difícil establecer una conexión estilística o denominador común entre una obra y otra. La selección corresponde, principalmente, a finales de los años 50 y principios de los 60, época de mayor fervor experimental de Párraga, y donde va cambiando prácticamente de una obra a otra su estilo». En 'Párraga 25 años después' encontramos pinturas, dibujos, collages, pirograbados... «El pirograbado quizás sea lo más estable dentro de su producción», afirma el comisario y articulista de LA VERDAD.

«Si un artista necesita unos años para dominar una técnica, Párraga lo hacía a los cinco minutos de aprenderla y luego la desechaba. Eran para él técnicas de usar y tirar. Eso es lo que hace de él un artista tan extraordinario»

pedro alberto cruz

Comisario de la exposición y director del Museo de la Sangre

 

«Hay collages y dibujos de una genialidad bárbara, hay piezas de carácter religioso, etnográfica, referidas a costumbres de la ciudad de Murcia que no suelen ser actuales. Hay naturalezas muertas, obras que rozan la abstracción, aunque él nunca llegó a serlo, pero estuvo muy cerca de conseguirlo y aquí se muestra. Y era un reciclador nato, trabajaba con todo tipo de materiales que tuviese a mano, y la verdad es que le salía todo genial. Si un artista necesita unos años para dominar una técnica, Párraga lo hacía a los cinco minutos de aprenderla y luego la desechaba. Eran para él técnicas de usar y tirar. Eso es lo que hace de él un artista tan extraordinario. Si habría nacido francés en aquella segunda mitad del siglo XX hoy estaríamos hablando de un referente».

El cuerpo

En aquel texto de 70 páginas que escribe Pedro Alberto Cruz Sánchez para la exposición que comisariaron sus padres había un Párraga para la eternidad. Pero, ¿qué descubre ahora el crítico 25 años después de su fallecimiento?

«Hay una constante en todas sus obras, por más que estilísticamente varíen, y es cómo transformaba el cuerpo de las figuras: él lo agranda, lo acorta, mutila, funde el cuerpo con otros objetos, y eso es una constante. Es una de las cosas que me han llamado siempre la atención, sin dejar de sorprenderme: cómo el contorno de sus figuras actúa prácticamente como un sismógrafo de su estado de ánimo. La manera que él tenía de construir la figuras y perfilarlas, ese contorno traduce de una manera milimétrica cómo era el estado de ánimo de Párraga en cada momento. Eso ya lo sabía, y escribí y teoricé en su momento y lo relacioné con mil fuentes, pero lo que me ha seguido sorprendiendo es que a priori parece que Párraga es un artista que ya está cerrado, finalizado de estudiar. Aunque con las piezas que hemos seleccionado la exposición sí constituye una especie de laberinto en el que cuando te adentras parece que te estás perdiendo porque no encuentras al Párraga que ya conocías. Es, sin duda, una figura que tiene muchos puntos ciegos todavía, y que siempre tienes alguna cosa por descubrir, y es lo mejor que se puede decir de un artista un cuarto de siglo después de su fallecimiento».

«Una de las cosas que me han llamado siempre la atención, sin dejar de sorprenderme, es cómo el contorno de sus figuras actúa prácticamente como un sismógrafo de su estado de ánimo»

No descarta Pedro Alberto Cruz organizar visitas guiadas a la exposición antes de su finalización, prevista para el 28 de marzo. «Lo anunciaremos a través de la página web del Museo de la Sangre», hace saber.

Son cerca de 80 obras, la exposición más abarcadora que ha organizado hasta ahora el Museo. Y, además, en cuanto sea desmontada las obras volverán a colgar en los aposentos de sus propietarios. «De modo que hay que verla, es ahora o nunca», anima Cruz. Párraga es un eterno imán de emociones, un tótem cultural, un icono local que reía con Groucho Marx.

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