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Hace 20 años que la Universidad de Murcia incluyó en sus estudios las literaturas francófonas. Maryse Condé (Pointe-à-Pitre, Guadalupe, 1937) estaba ya entre esas primeras lecturas escogidas. Su universo es un espejo de la situación de la mujer, desde distintas perspectivas; de la lucha por la identidad, de la oralidad y de la naturaleza en el Caribe. «Su obra presenta un cosmopolitismo y un nomadismo que es un reflejo de su trayectoria, de su propia existencia. Sus personajes, a pesar de la vida errática, vuelven siempre a los orígenes», ensalza la profesora de la UMU Antonia Pagán López, quien en 2014 dirigió la tesis doctoral 'Oralidad e identidad femenina en la obra narrativa de Maryse Condé', defendida por el profesor Isaac David Cremades Cano, siendo la primera tesis universitaria realizada en la universidad española sobre la autora. Pagán y Cremades son los coordinadores, de hecho, del estudio monográfico sobre Maryse Condé ['Regards pluriels sur l'écriture singulière de Maryse Condé'], en la Revista Anales de Filología Francesa, nº 28, de la UMU (disponible en el enlace web https://revistas.um.es/analesff/issue/view/18481). Un «humilde homenaje» a la insigne escritora guadalupense, Premio Nobel Alternativo 2018, y finalista este año del Nobel de Literatura.
Condé, de espíritu nómada, reside actualmente en Francia, aunque exploró distintos países africanos, y creyó encontrar sus raíces en el actual Malí. «Vivió en África justamente cuando todavía muchos de esos países no habían adquirido las independencias, un escenario un tanto inestable pero para ella muy interesante, puesto que enriqueció considerablemente su imaginario», destaca la profesora Pagán. Ese nomadismo de Condé, lejos de ser un obstáculo, ha sido un enriquecimiento para su creación literaria. «Es una de las pioneras de la literatura femenina en el Caribe. Ella aborda la desigualdad de la mujer en la sociedad, sobre todo en países del tercer mundo, porque conoce muy bien la realidad de África y de las Antillas, y eso le permite dar una visión justa de los personajes más oprimidos».
Cremades recuerda que cuando acabó la carrera de Filología en el 2000, ya se estudiaba a esta autora. «En una asignatura que impartía Antonia Pagán sobre literatura francófona femenina, trabajamos profundamente a Maryse Condé y me cautivó ya entonces su lectura, y la pasión que ella transmitía. Tanto me atrajo que hice la suficiencia investigadora sobre la oralidad en su obra, y eso me encaminó en la tesis, donde profundicé en el tema de la oralidad, de la feminidad y el espacio, y el universo de la naturaleza».
Cuenta Pagán que cuando se incluyó a Maryse Condé en los programas de estudio de la UMU en España era una autora poco conocida. «Entonces apenas se había traducido una obra suya, 'Tituba sorcière'. Ahora se la empieza a traducir. En 2019, Martha Asunción Alonso, una profesora que trabaja en Alcalá de Henares, defendió una tesis sobre Condé en 2018. [Cuatro años antes, en 2014, Isaac David Cremades lo hizo en la UMU]. Ella entró en contacto con la escritora, porque tenía en mente traducir su obra». Así que en 2019, Impedimenta publicó 'Corazón que ríe, corazón que llora. Cuentos de mi infancia', y en 2020 ha llegado a las librerías 'La vida sin maquillaje'.
antonia pagán lópez, profesora de la umu
Condé ha sido propuesta por los dos profesores como doctora Honoris Causa de la Universidad de Murcia, un nombramiento que servirá para reconocer la trayectoria de una escritora para siempre ligada a los estudios de francés en la venerable institución académica. Hoy, con 85 años, tiene una enfermedad degenerativa y su salud es muy precaria, aunque sigue dictando sus historias. Vive en el sur de Francia. «Empezó a escribir ya tarde, a los 40 años. Tuvo una vida accidentada. Se vio con una maternidad muy prematura, con apenas 17 años, cuando llega a Francia para estudiar, y se vio sola para salir adelante. Entregó al niño en adopción. Tuvo una enfermedad pulmonar que la obligó a permanecer en un sanatorio. Fueron años difíciles para ella, a pesar de venir de una familia burguesa acomodada de la isla de Guadalupe», relata Pagán. «No tuvo ayuda familiar. Para la familia era como una deshonra».
Maryse Condé tomó el apellido de su primer marido, el actor guineano Mamadou Condé, «por darle un padre a sus hijos y por tener un estatus social reconocido. Se instala en África con él. El matrimonio no funciona, con encuentros y reconciliaciones. Ella empieza a viajar por Guinea, Ghana y Senegal. Trabaja en lo que puede. Da clases de francés. Y a los 40 años llega a un acuerdo con su marido, los niños son ya adolescentes, y ella se va a Francia, donde termina sus estudios, hace el doctorado y empieza a escribir, y a tener mucho éxito con sus obras». Su vocación de escribir siempre estuvo ahí. Eso le contó Maryse Condé a la profesora Pagán en 2018 cuando coincidió con la autora en una presentación en Barcelona. «A ella de niña le regalaron 'Cumbres borrascosas', que le impactó tanto que cuando terminó de leerlo le dijo a su madre que ella quería escribir un libro como ese».
Pronto descubriría que la realidad era otra. Esclavitud, racismo, discriminación... Todo ello está en sus universales obras. Fue profesora en la Universidad de Columbia, donde dirigió seminarios de francofonía. Desarrolló la crítica –sobre la negritud, la antillanidad, la criollidad, la literatura negra (europea y africana, y la que se escribe en Francia de autores de colonias)–. «Una mujer negra transgresora, provocadora, con una ironía y unos matices riquísimos», anota Cremades.
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