
Ester Cerdán: «El tiempo es el auténtico lujo; eso que no se puede comprar con dinero»
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«Me preocupa mucho cómo gestionar y cómo regular el uso de la tecnología en los niños pequeños»Suele ser habitual que a Ester Cerdán (Murcia, 1982) le cambien el nombre cada dos por tres y le llamen Laura. Porque Ester Cerdán es ... la CEO y cofundadora del exitoso sello de alta costura murciana Laura Bernal, además de su cara más visible, y la cosa lleva a confusión para un lego en la materia. Lo que ya empieza a ser inconfundible es el estilo que caracteriza sus diseños, que ya están presentes en la primera plana de armarios de una lista de celebridades coronadas por la Reina Letizia y la Princesa Leonor, y a las que siguen nombres como Isabel Díaz Ayuso, Anne Igartiburu, Lara Álvarez, Macarena Gómez, Nuria March, Marta Sánchez y Sandra Barneda, por poner solo algunos ejemplos. Acaba de recibir el Premio 'Igualdad es Murcia' del ayuntamiento capitalino por su compromiso con la igualdad, el liderazgo y la superación personal. Hace poco también fue reconocida por su trayectoria profesional y su impacto en el sector empresarial por Colabora Mujer, ha sido nominada varias veces en el Top 100 de Mujeres Líderes y en 2022 fue galardonada con el Premio Mujer Empresaria que otorga la Organización Murciana de Mujeres Empresarias, Profesionales y Directivas y Caixabanx.
A esta trayectoria y a esta mujer elegantísima, claro, -de sonrisa impertérrita en la cara, energía contagiosa, feliz madre de dos hijas y empresaria de éxito que un día decidió romper con su trabajo de tonalidades grises en la consultora Deloitte para dar rienda suelta a su creatividad-, se le puede aplicar el mismo lema destinado a captar potenciales clientes en su web: «Vuela sobre el ruido, sobre el silencio. Laura Bernal, el arte de volar». No se puede decir que la cosa no tenga sentido.
-Está en racha.
-Sí, la verdad es que sí. A veces estas cosas se juntan. Para mí los premios están fenomenal, es un reconocimiento a tu trabajo, pero no mido las rachas por si me dan un premio, cinco o ninguno. Al final son coincidencias de muchas cosas y a veces coinciden en el tiempo. Y otras veces son muy merecidos y no llegan. Ahí hay otros factores también.
-Madre, esposa, empresaria y diseñadora de moda, se define en redes. ¿Cómo llega a todo?
-Como todas las mujeres trabajadoras. Haciendo una gran planificación de nuestro tiempo. Esforzándonos mucho, trabajando muy duro y con una organización alemana para que todo pueda suceder, porque el día tiene 24 horas para todos y para todas. Por supuesto, contando en la vida personal con una pareja, que en mi caso tengo la suerte de tener un marido [Jesús] que es un padre corresponsable que está plenamente implicado en la educación de sus hijas [Laura y María]. Y por supuesto teniendo un buen equipo en la empresa en el que pueda delegar determinadas funciones.
-Veinticuatro horas el día para todo el mundo. El verdadero regalo. La importancia del tiempo.
-Para mí, es el bien más preciado. El tiempo es el auténtico lujo. Eso que realmente no se puede comprar con dinero. Es obligación y responsabilidad de cada uno saber cómo gestionarlo. Yo es lo que más valoro, porque es lo que menos tengo.
-Perder el tiempo, ¿es un lujo demasiado caro?
-Para mí perder el tiempo es un vicio demasiado caro. Pero invertirlo en la familia, en amigos o en vacaciones es una necesidad, no un vicio. Al final hay que buscar el equilibrio. Y una vida profesional plena también requiere de una vida personal plena que te dé esa felicidad, que sea el motor para seguir luchando por tus proyectos. Y para eso es muy importante encontrar ese equilibrio, sobre todo en el caso de las mujeres y sobre todo cuando eres madre porque, si tus hijos no están bien, lo demás no importa.
-Las madres que son autónomas no conocen días libres ni bajas laborales.
-[Risas] No, no. Pero también es verdad que, cuando tu familia y tu trabajo son tu pasión, todo se lleva con una sonrisa.
-¿Agradecida a la vida? ¿Qué le ha dado?
-¡Todo! La vida misma, la salud, la suerte de nacer en una ciudad como Murcia, y no en Kabul (Afganistán), donde las mujeres no podríamos acceder a la educación, ni formar una empresa, ni encontrar un trabajo, ni elegir nuestro destino. Si te comparas con lo que existe en el mundo, una mujer nacida en España, con salud, debe ser una persona muy agradecida. Todos tenemos problemas y dificultades todos los días. Pero una cosa es esto y otra cosa es que tú, por tener salud, un trabajo y una familia que te quiere sea un motivo más que suficiente para dar gracias cada mañana.
-Su familia tenía tiendas de moda y Laura Bernal fue soñándose en casa de la pequeña Ester, ¿no?
-Siempre digo que Laura Bernal es el fruto del sueño de una niña. No sabría decirle el momento exacto en que la moda empezó a apasionarme. Siempre he vivido toda la infancia rodeada de moda, asistiendo a desfiles, viajando con mis padres cuando compraban telas por el mundo. Cuando eres una niña, esto te atrapa y lo ves fascinante. Mi padre me traía retales y yo con eso hacía vestidos para mis muñecas. Mi abuela me enseñó a bordar y a coser. Era mi pasión.
-Pero estudió Derecho. ¿Por qué?
-Yo veía el esfuerzo que hacían en mi casa, todo lo que conllevaba. Y mis padres me decían: 'hija, tú estudia, que esto es muy duro'. Y eso se me queda grabado. A pesar de que la moda siempre ha sido mi pasión, siempre he sido muy curiosa, siempre me ha gustado leer. Me marcaron mucho 'El Principito' y, más de adolescente, 'El ocho'. De pequeña ganaba concursos de cuentos, de debate... Me encantaba aprender y estudiar. Sacaba muy buenas notas sin esfuerzo. Ir a la universidad era lo normal. Estudié Derecho porque quería ayudar a las personas. Luego también estudié ADE porque me parecía muy útil, y además viniendo de una familia empresaria dedicada al mundo de los negocios. Siempre he pensado que el saber no ocupa lugar.
-Fichó por la consultora Deloitte. ¿En qué momento se lía la manta a la cabeza con su propia empresa de moda?
-Yo estaba fenomenal. Pero un día se me encendió la bombilla y dije: ¿todos los días de mi vida van a ser así de iguales? Yo soy una persona muy creativa y esto era siempre lo mismo. Despacho, ordenador, traje gris... Me di cuenta de que estaba rodeada de trajes grises y azul marino [risas]. De que las mujeres con las que convivía en una posición de liderazgo tenían una necesidad. Me sentía preparada para emprender y no temía fracasar porque tenía mi carrera para poder volver a trabajar.
-¿A qué se niega?
-A cualquier tipo de encargo que cosifique a la mujer o que la denigre, que no la ponga en valor. Mi prioridad es que mis diseños hagan brillar a la mujer. He dicho que no a muchos encargos que no se ajustan a nuestros valores de respeto a la sostenibilidad y a los derechos humanos.
-¿A quién le gustaría vestir?
-Vestir a la Reina Letizia y a la Princesa Leonor ha sido mi mayor ilusión, porque no hay mejor Marca España. Pero, si tuviera que elegir a alguien de fuera de España, porque aquí nadie podría superar a la Reina ni a la Princesa, me parece maravillosa y muy inspiradora Kate Middleton. Cómo ha demostrado su profesionalidad, cómo es capaz de compatibilizar familia, trabajo y vida pública con una sonrisa, con mucho estilo, y ser ejemplo para muchas ante la adversidad de su enfermedad.
-¿Una modista que viste a la Reina de España es la reina de la moda?
-Yo me siento muy orgullosa de vestir a la Reina. Pero Reina solo tenemos una, y es ella. Las demás hacemos muy orgullosamente nuestro trabajo, y vestir a la Reina o a la Princesa te hace referente en tu sector, eso sí.
-Un éxito total.
-El verdadero éxito es vivir en paz y ser feliz. Todo lo demás va y viene. Hay que saber disfrutarlo y aprovecharlo, pero también saber que ese éxito tan notorio juega al escondite, aparece y desaparece, y tú tienes que hacer tu trabajo con la misma excelencia siempre, suceda el éxito o no.
-¿Qué se ha pasado de moda?
-Yo creo que la base de una colección debe ser una moda atemporal, aunque luego tenga un toque rabioso de tendencia. La base de un armario de una mujer elegante y sofisticada debe ser un buen fondo de armario que sea bonito hoy, mañana y dentro de tres años. Las prendas de Laura Bernal no pasan de moda. Para mí el verdadero lujo son esas prendas atemporales que te acompañan a lo largo de tu vida, siempre con toques de modernidad. Lo que hoy es rabiosa tendencia, mañana no vale. Esto no va conmigo porque yo defiendo un modelo de moda sostenible.
-¿Qué no se pondría nunca usted para salir de casa?
-Unos pantalones pirata. Han sido tendencia y lo volverán a ser. Cada mujer debe elegir las tendencias que la realcen y saquen su mejor versión y eso no viene marcado tanto por la moda sino por otros factores como la fisionomía, el estilo de vida...
-¿Chándal?
-Claro, yo hago deporte.
-Será un chándal monísimo.
-Estará en el 'top 5', por lo menos [risas]. La elegancia es saber vestir en cada situación. Si vas a hacer deporte, hay que vestir ropa deportiva. Si vas a una boda o a un evento de trabajo tienes que ir con un Laura Bernal.
-Y a la boda sin zapatillas deportivas, claro.
-Son muy cómodas, pero no procede. Vestirte bien para un evento es un símbolo de educación y respeto hacia las personas que celebran ese evento. Por eso existe el 'dress code', como muestra de respeto y aprecio hacia el anfitrión.
-El otro día un señor afeó a Zelensky que no se pusiera un traje para visitar a Donald Trump en la Casa Blanca.
-Bueno, el pobre tiene mucho que reivindicar, y hay que tener en cuenta que la ropa habla. Bastante tiene con lo que tiene, y a él se lo podemos permitir. Siempre hay excepciones.
-En una entrevista reciente, preguntamos a la diseñadora de moda jubilada Elena Benarroch si se había comprado alguna vez alguna cosa en Shein. No sabía ni lo que era. ¿Usted sí?
-Ay, yo sí, sé lo que es, porque al final tengo otra edad y estoy metida en redes sociales y tengo que estar al día de lo que pasa en el sector y todo lo que tenga que ver con la moda, aunque no tenga nada que ver contigo. Pero vamos, jamás he comprado ni compraré nada en estas plataformas. Ni muerta. Y creo que, si la gente supiera lo que hay detrás, tampoco lo haría. Si tu presupuesto es muy pequeño para invertir en moda porque no te puedes permitir otra cosa, siempre tienes otras opciones. Opciones más sostenibles, más responsables con las personas, más éticas, más locales a las que puedes acceder. El problema es que hay personas que quieren comprarse 365 camisetas, una para cada día. Y para eso tienes que tener el Banco de España para podértelo permitir. Es un tema de educación. Esas camisetas, además de horrorosas, son cero sostenibles, con un tejido malísimo, no se han fabricado éticamente, no producen empleo local, no ayudan a nadie, destruyen el planeta... ¿Por qué quieres ser partícipe de eso? Porque nadie te ha contado lo que hay detrás. Si lo supieras, con ese mismo presupuesto te comprarías dos camisetas monísimas que no se autodestruyen al día siguiente cuando las metas en la lavadora. Siempre digo que es mejor tener menos, pero que sea bueno y de calidad. Pero ahora las redes sociales hacen que la gente quiera cambiar de 'look' cada día, cuando eso es imposible. Yo podría cambiar de 'look' cada día porque me dedico a la moda, y por principios no lo hago. No es necesario, no deberíamos verlo normal. Una prenda, para ser sostenible, debería tener por lo menos 30 usos. Hay que educar a las nuevas generaciones en invertir, no en gastar.
-¿Cómo se puede luchar contra este tipo de plataformas desde la alta costura?
-Es imposible. Al final, lo único que te puede diferenciar es la excelencia, aportar valor.
-El empoderamiento, ¿qué es?
-No me gusta mucho esa palabra porque se está utilizando con tintes políticos, y que a la mujer nos roben nuestras cosas para utilizarlas con fines partidistas no me va bien. Se trata de poner en valor la gran contribución de la mujer a la sociedad, defender lo que es justo. Que se nos trate con igualdad. No es empoderar a la mujer. Es que se respete sus derechos. Poner en valor el esfuerzo, el trabajo y la determinación de las mujeres para el progreso no solo de las mujeres, sino para la sociedad en su conjunto. Ni más ni menos.
-La desigualdad.
-El problema que tenemos todas las mujeres es cuando decidimos ser madres y estamos desarrollando una carrera profesional, este es el punto más difícil. Yo siempre cuento que para mí lo más complicado fue no perder mi puesto en el mundo de la moda cuando decidí quedarme embarazada. En la moda nos regimos por temporadas de 3 y 6 meses y un embarazo dura nueve meses. Para mí fue una preocupación muy grande. Yo trabajé hasta el último día. La maternidad implica renuncias, y eso es lo que tenemos que evitar. Cuando eso no suceda, el mundo será igualitario.
-Muy urgente, ¿qué es?
-Como madre de dos hijas, me preocupa mucho cómo gestionar el uso de la tecnología en los niños muy pequeños. Cómo regular ese acceso, a nivel gobierno. Hace falta mucha educación. También me preocupa cómo conseguimos que esta igualdad que estamos alcanzando en el mundo real se traslade al mundo digital. La mayoría de los desarrolladores y programadores informáticos son hombres. Necesitamos potenciar las vocaciones STEM en las nuevas generaciones. Las aplicaciones de inteligencia artificial del futuro van a estar programadas por hombres, y van a tener un sesgo enorme, con información parcial.
-Un sueño.
-Ver a mis hijas felices, libres y capaces de conseguir lo que se propongan sin límites ni restricciones.
-Y vestidas con Laura Bernal.
-Por supuesto. Porque Laura Bernal es moda para mujeres que vuelan alto y eso ayuda a conseguir tus sueños.
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