Eduardo Balanza, ayer, en el centro de Murcia, donde contó a LA VERDAD su nuevo proyecto con Pedro Guirao, Ópera Parque. Nacho García
Artista multidisciplinar y director de arte del documental 'El compromiso'

Eduardo Balanza: «Murcia es más Brooklyn, Queens o Berlín de lo que la gente cree»

Este miércoles interviene con Crudo Pimento en Murcia Inspira, y acaba de lanzar con Pedro Guirao el laboratorio artístico Ópera Parque

Miércoles, 12 de marzo 2025, 01:08

Al polifacético artista Eduardo Balanza (Murcia, 1971) –graduado en medios visuales, estudió Cine Documental y Guión cinematográfico en la Escuela Internacional de Cine y Televisión ... de La Habana 1992-1993 y completó su formación en la School of Visual Arts de Nueva York en 1999–, la última Feria de Arte Contemporáneo de Madrid (ARCO) le ha parecido «una buena edición, y lo cierto es que no recuerdo una mala edición; la de 2023 me aburrió más, me resultó sosa, pero solo eso». Es conocido por sus proyectos multidisciplinares –identidad y música son los puntos de partida–: videos, instalaciones, libros de artista, fotografías y esculturas. Estos días ha recordado a Abraham Hurtado –«éramos uña y mugre», fallecido de forma repentina en Grecia en diciembre de 2024– y Stephan Bose, con los que llevó al 'stand' de la Consejería de Cultura y Turismo en ARCO en 2010 un tanque de cartón, un T34, «el arma rusa tendón de Aquiles del III Reich, el tanque que tomó Berlín». «¡Maldito sea el momento en el que empecé a leer sobre la Segunda Guerra Mundial!», reconocía «el estratega Balanza, vestido de militar 'de paseo', color caqui, mientras sostiene una máquina percutora. Falsos uniformes para un falso tanque», recogía Gontzal Díez en su crónica publicada en LA VERDAD. Hoy batalla otras guerras, con el uniforme del compromiso, del ingenio incontrolable y del creador en constante búsqueda de la oportunidad.

Publicidad

Balanza, que tiene 53 años, ha sido el director de arte de un documental sobre la faceta musical de Emilio Aragón [humorista, actor, escritor, payaso, músico, cantante, presentador, productor, director de cine, guionista, compositor y empresario audiovisual], que se estrenará, seguramente, a la vuelta del verano bajo la dirección de Norberto López Amado. «Tengo temporadas que me activo más que otras, y me apetecía hacer cine porque llevaba años sin hacer dirección artística, quizás desde 2012 o 2013». El documental ficcionado 'El compromiso' es un trabajo hilado en torno a la figura de Maurice Ravel y del payaso Miliki, padre de Emilio Aragón [contó en 'La matemática del espejo' a Carlos del Amor que le prometió en vida dominar y ejecutar un concierto completo del compositor francés, sin cumplirlo a tiempo]. Balanza ha puesto en marcha en Beniaján (Murcia), con Pedro Guirao [con el que dio cinco conciertos en Monotón, Cuartel de Artillería, gracias a su invento, un órgano que genera sonidos producidos por altavoces vibradores conectados a planchas. El resultado: un conjunto de ritmos, ruidos, atmósferas y disonancias], Ópera Parque. Es un laboratorio artístico en la calle Alejandricos, 17, que nace con la intención de aunar arte y ciencia.

«Queremos que sea un espacio donde aunar el arte con lo etnográfico, la naturaleza, la tecnología y la ciencia. Es un híbrido al que vamos a invitar a más artistas y programadores que estén explorando estos campos. A mí ahora, de repente, Murcia me parece un sitio interesante, muy punky, de frontera. Ya me lo parecía, un lugar sin límites. El desarrollismo acabó con lugares alucinantes en la ciudad y la huerta», le duele. ¿Qué haría si tuviera las llaves de la ciudad? ¿Sería esto un quilombo? Dice Balanza que hay que tener «un control lógico sobre las emociones y sobre la historia, o se nos va de las manos el nacionalismo absurdo. Murcia tiene un patrimonio botánico brutal, es alucinante. Yo haría más jardines y más sombras, no podemos negar el cambio climático y estamos a tiempo de reaccionar a pequeña escala. En el otro lado, Murcia es también un ejemplo de lo que no se puede hacer con el patrimonio material». Trabajó con el IMIDA en un proyecto de investigación comisariado por Miguel Mesa del Castillo sobre el futuro de la seda antigua.

Este miércoles, en el bar Pura Vida de Murcia, Cervezas Alhambra vuelve a abrir una puerta a la creación sin prisa con un nuevo encuentro de Murcia Inspira guiado por la fuerza del sonido y la experimentación musical. Eduardo Balanza y Crudo Pimento son los invitados a sumergirse en un viaje sensorial. Balanza [Beca Leonardo 2017 en la categoría de Artes Plásticas y Arte Digital] construye «un arte que desdibuja las fronteras entre lo visual y lo auditivo». Su obra es «una exploración de la memoria, la identidad y la radiofonía como espacio de resistencia. En sus piezas, el eco de la publicidad, la literatura o las conversaciones callejeras se entrelazan en un collage sonoro que desafía lo preestablecido». Crudo Pimento, dice la cervecera, «es un laboratorio musical en evolución. Raúl Frutos e Inma Gómez Pardo han hecho del riesgo su seña de identidad, creando instrumentos con materiales insólitos y reinventando texturas sonoras a partir de objetos cotidianos. En su propuesta, tradición y vanguardia se dan la mano en una vivencia visceral que transforma cada actuación en un territorio inexplorado».

Publicidad

–¿Cómo consigue llevar una vida ordenada? Parece tener siempre mil cosas en danza...

–No llevo más de tres proyectos en marcha, tengo 53 años y hay que ir a nadar y salir con los colegas. He viajado mucho y he tenido parejas, parejas. Antes fumaba, el cigarrillo es un fumigador de la vida.

–Ópera Parque. ¿Qué debo saber?

–Lo que queremos es abrir también conexiones con la Región de Murcia. Colaborar con otros colectivos, como AADK en Blanca y Dinero Estudio [espacio creativo intermedial en la huerta de Murcia, en Cabezo de Torres]. Murcia es un sitio con una potente ebullición artística, el área metropolitana tiene más de medio millón de habitantes, y hay que pensar también más allá en otros grandes municipios como Cartagena. Murcia es más Brooklyn, Queens o Berlín de lo que la gente cree. Y eso, o la gente no lo ve, o no lo queremos ver ni saber. Yo tuve un buen estudio en Barriomar, y ahí me di cuenta de la cantidad de idiomas y acentos que cualquiera podía llegar a escuchar.

Publicidad

MULTILINGÜISMO

«Tuve un buen estudio en Barriomar, y ahí me di cuenta de la cantidad de idiomas y acentos que cualquiera podía llegar a escuchar»

–Un objetivo.

–Con Ópera Parque la idea es conectar con esa red de otros artistas que se han asociado y que no tienen cabida en espacios culturales más oficiales, que no caben por ejemplo en el Centro Párraga. En mayo vamos a abrir la primera exposición.

–¿Es posible vivir del arte?

–Yo trabajo ahora con pocas galerías. En España he trabajado con T20, Artnueve, Yusto Giner... y tengo ahora una marchante noruega que me mueve cosas. El arte no empieza ni acaba en las galerías, aunque el mercado del arte y ARCO son una pata de la mesa importante. ARCO cumplió una función maravillosa en los 80 y 90, cuando no había centros de arte, y la gente sigue yendo con esa inercia, y lo cierto es que ARCO es una feria con validez, fuerza y prestigio, pero como feria, no es una bienal. Se ven cosas, pero ahí convive todo. No es el Reina Sofía, ni el Macba de Barcelona. Yo voy todos los años, y sin exponer.

Publicidad

HIPERACTIVIDAD

«No llevo más de tres proyectos en marcha, tengo 53 años y hay que ir a nadar y salir con los colegas»

–Usted ha trabajado mucho en Berlín, donde vivió casi cinco años, y en Noruega, donde mantiene proyectos, ha hecho residencias y producciones.

–Trabajé mucho en Berlín como escenógrafo para compañías con Vegard Vinge e Ida Müller en el Volksbühne de Berlín, en su peculiar y polémica saga sobre Ibsen. En 2023 fue la última vez. La escenografía me da de comer, también el cine y la publicidad. Hay muchos artistas disciplinares, y yo tuve la ventaja de estudiar dos o tres cosas.

–¿Usa transporte público?

–Tengo bono de transporte público para moverme por Murcia y pedanías, y también bici eléctrica, la ciudad es plana. Lo peor es el verano, solo eso.

–Ustedes han alquilado una nave para este proyecto. ¿Puede sacarse más partido artístico al patrimonio industrial?

Publicidad

–Por supuesto. Si somos capaces de sujetarlo un tiempo de la especulación urbanística, si no lo derriban para hacer casas, en todas las pedanías hay espacios muy interesantes.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

El mundo cambia, LA VERDAD permanece: 3 meses x 0,99€

Publicidad