El pintor Nono García en su estudio en Mula. Martínez Bueso

Dedicarse a la pintura sin desgastarse

El muleño Nono García muestra 'Estudios' en la Ermita de San Roque de Fuente Álamo, una serie de acuarelas que rinden homenaje a las mesas de trabajo de artistas como Pedro Cano, Torregar, Nicolás de Maya y Rosana Sitcha

Josemi Vazquez

Martes, 30 de abril 2024, 00:09

Para cualquier artista, el estudio –independientemente de si es una habitación pequeña o una nave de grandes dimensiones– es el punto de partida de toda ... obra. Sin embargo, ¿cuántas veces se ha replanteado el espectador la importancia del espacio que ha dado lugar al cuadro que está contemplando? Nono García –Antonio García Sánchez (Mula, 1972)– es uno de esos artistas que, a través de 'Estudios', –su nueva exposición, que estará disponible hasta el 26 de mayo en la sala de exposiciones Ermita de San Roque (Fuente Álamo, Murcia)–, refleja esas mesas de trabajo sobre las que duermen los tubos de pintura ya exprimidos, así como otros materiales con los que trabajan los diferentes artistas a los que homenajea.

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A pesar de que lleva ya muchas exposiciones a su espalda, nunca abandona ese sentimiento de duda, pues «al final, el trabajo que tú haces en el estudio es solitario», confiesa el pintor muleño: «Siempre está la incertidumbre de si a la gente le va a gustar o no, si es el camino acertado o me estoy equivocando». Por suerte, esos fantasmas que intentan minar su seguridad, se desvanecen cuando llega el momento de exponer y contempla el recibimiento de su obra por parte del público.

Para Nono García, 'Estudios' es un homenaje al oficio del pintor. «Mucha gente cree que los pintores pintan en sus ratos libres, pero pintar de verdad y vivir de la pintura es un oficio muy complicado, que requiere muchas horas y frustraciones. Para mí es el mejor trabajo del mundo, pero psicológicamente se sufre mucho», admite mientras se quita sus gafas de montura fina plateada y hace el amago de limpiarlas.

«Siempre está la incertidumbre de si a la gente le va a gustar o no, si es el camino acertado o me estoy equivocando»

Todas las piezas de esta exposición son acuarelas. A través de ellas, el pintor pretende hacer conocer no solo cómo es su mesa de trabajo, sino la de sus compañeros con los que mantiene contacto día tras día. «Cuando comencé a pintar la muestra, empecé con unos tubitos pequeños de acuarela que había en mi estudio. Cuando llevaba cinco, me di cuenta de que era todo un poco egocéntrico. Entonces les pedí a mis amigos que me pasaran una foto de sus tubos, de sus mesas de trabajo, y fue así como empecé a dar forma a lo que es hoy 'Estudios'», confiesa el pintor muleño.

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Tubitos

Amigos como Pedro Cano, Martínez Cánovas, Nicolás de Maya o Rosana Sitcha son algunos de los pintores homenajeados por el artista. «He intentado captar la esencia del trabajo de ellos retratando sus tubitos de acuarela, de acrílico o de óleo. Son todos muy distintos», declara Nono García. Por ejemplo, los tubos más pulcros y limpios son los de Rosana Sitcha, y eso es algo que ya se ve en su pintura, en la que utiliza un estilo impoluto, cuidado y delicado. Luego hay otros más exprimidos, arrugados, manchados, como los de Torregar.

'La mesa del pintor II'. Obra en acuarela perteneciente a la exposición 'Estudios'. Nono García

El pintor Pedro Cano, gran amigo y compañero de Nono García, ha sido una pieza fundamental en esta exposición. «Cuando le llamé, me dijo que era todo un detalle ver su mesa al lado de la mía. Además, él me aconsejó, cuando estuve en su estudio, cositas que podía mejorar para la exposición». El único inconveniente perceptible por el pintor muleño es el pequeño espacio que ofrece la sala. «Esto es solo el inicio de un proyecto», adelanta. Pese a que se le han quedado muchos estudios en la recámara, como los de Nicolás de Maya, Martínez Cánovas o Torregar, tiene claro que «tengan estudio grande o no, seguro que tienen una mesa llena de cacharros y de chismes interesantes para pintar, con objetos arrugados, manchados, sucios, exprimidos. Eso es lo que me interesa. No me interesa que sea todo pulcro o limpio. Seguro que si voy al estudio de todos ellos, encontraré algún rincón que retratar que me parecerá maravilloso», afirma.

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La pintura de Nono Garcia parte de la idea de retratar naturaleza muerta y bodegones. «Empecé pintando paisaje, pero siempre volvía a pintar los objetos que tenía a mi lado. Me fascinaba retratar la importancia de lo que nos rodea, la huella del tiempo en los propios objetos. Ellos también tienen su historia».

Realismo nostálgico

Si hay algo que hace distinto su estilo de otros artistas, es la forma en la que juega con las luces, creando una sensación de realismo nostálgico que transporta a quien contempla sus cuadros a ese momento del día en el que los rayos del sol invaden la habitación y la dotan de luz natural.

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«He cambiado de estudio hace un año y en este hay mucha luz. El otro que tenía era casi un zulo», comparte con ánimo. El sabor del café de la mañana, la música de Pink Floyd de fondo, el embriagador aroma de las plantas que lo decoran, los bocetos en papel sobre el caballete esperando a ser terminados y una luz natural que colorea todos los rincones del estudio son los factores que inspiran a Nono García para crear las obras que hoy se disfrutan.

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