Así crean los belenistas obras de arte en miniatura que no pasan de moda

«El 90% de la producción va a tiendas de Madrid, Sevilla y Comunidad Valenciana, donde hay mucha tradición belenista, pero hay murcianos por todo el mundo que nos llaman para hacernos encargos», confirma la segunda generación de los Griñán sobre el destino de las más de 50.000 piezas que producen cada año. «Esto no es 'llegar y besar el Santo'; hay que tener mucha calma», señala Manolo sobre el proceso, que comienza con el diseño de los moldes a base de una mezcla de yeso y escayola. Es el punto de partida del que surgen las figuras de arcilla que se cuecen en un horno que puede llegar a alcanzar los 1.000 grados de temperatura. Después, llega el lienzado que, según explica Manolo, «consiste en vestir la pieza con tela de algodón que bañamos en una mezcla de cola y agua». Y, por último, se realiza el proceso de pintura con el que María Jesús da vida a los personajes del belén, en los que predominan el estilo hebreo y el barroco característico de Salzillo, imaginario murciano por excelencia cuyo legado mantienen vivo.

Lejos de pasar de moda, los hermanos Griñán afirman que las piezas que salen de su taller están en auge. En este sentido, resaltan la gran cantidad de clientes jóvenes, además de los de toda la vida, que cada año amplían su colección porque, según cuentan, «hay gente que no termina nunca de montar el belén».

Entre las personalidades que cuentan con estas obras de arte en miniatura, María Jesús señala que «en el Vaticano hay un nacimiento que una familia murciana le regaló al Papa Juan Pablo II». Al que suma otro que militares de la Región enviaron a La Zarzuela por la boda de los actuales Reyes de España. Tampoco falta la tradicional decoración navideña de los Griñán en las casas del cantante Alejandro Sanz y la soprano Montserrat Caballé. Un ejemplo de la proyección del arte belenista 'made in Murcia'.