Zendaya y Polanski estrenan sus últimos trabajos

Tras tanta grandilocuencia propia de un político, una de las cosas que se camufla es el último trabajo del polémico, a su pesar, Roman Polanski, una disparatada comedia de argumento almodovariano, que dirige con pulso de dipsómano. Un zoo de privilegiados ricos se agolpa en un lujoso hotel para despedir el milenio. En 'The Palace', la Nochevieja atrae a un grupo de personajes que atesoran un inmenso y esplendoroso caudal de miseria humana.

Este 'Baile de los vampiros' (1967) de la élite mundial, mezcla viejas recauchutadas, ricos sin gusto, gánsteres de medio pelo e innumerables astracanadas, que acaba deviniendo en capricho de vieja estrella del rock, que es para lo que ha quedado Polanski. Eso a pesar de que por momentos sintamos la incomodidad de 'Lunas de hiel' (1992) o la seca violencia reprimida de 'Un dios salvaje' (2011). Si la sátira no logra hacerte reflexionar sobre la realidad, es que no funciona. Un gatillazo de un buen director.

Luca Guadagnino ya jugó con la sensualidad de los cuerpos sudorosos en su estupenda 'Call me by your name' (2017). Aquí hace lo mismo, pero con los cuerpos atléticos de los tenistas, que son los protagonistas de 'Rivales'. Contada desde el presente con viajes al pasado, nos narra el triángulo amoroso que forman una entrenadora, su marido jugador, y el rival de este (y examante). El venderla como 'soft' porno con Zendaya y Josh O`Connor como iconos sexys funciona para atraer espectadores. Pero es más que eso, y no lo digo sólo porque consigue que un partido de tenis no sea aburrido para los que nos aburre el tenis, sino por lo bien trabajado del texto, que acompasa la contextualización de las relaciones personales con la explicación de las tensiones deportivas y vitales.

El sosainas de Ryan Gosling y la edificante Emily Blunt protagonizan 'El especialista'. Gosling hace de doble de acción de una gran estrella, pero tras un accidente vuelve a los platós por el empeño de una Blunt con la que tiene un romance en modo 'Luz de luna'. El ritmo adrenalínico no permite que nos fijemos en los fallos de guion ni en lo endeble de la trama, pero no importa. Lejos de ser una experiencia inmersiva se queda en historia meta cinematográfica entretenida, un largometraje que sólo intenta que pasemos un buen rato, no cambiar la historia del Séptimo Arte.

'La Hierba del Diablo' no es una película de terror, es una pareidolia que nos hace creer que es una película de terror. En realidad es una estafa filmada que pretende ofrecer un thriller sobrenatural, pero en cambio nos castiga con noventa minutos de inanidad que sólo da miedo por el precio que pagamos por las palomitas. Un par de hombres son atraídos y atrapados por una extraña mujer en una casa alejada de todo. Eso tenéis que hacer vosotros, manteros alejados de ella, como un empresario de la manifestación del primero de mayo.

Llega también, para los muy cafeteros, un musical que viene de triunfar en los escenarios americanos, 'Rabos: el musical' (título desafortunado). Dos hermanos gemelos descubren que lo son y deciden reunir a sus separados padres. Es una macedonia, desinhibida y desafiante, apta sólo para los que entren en el juego que proponen, que mezcla 'Los gemelos golpean dos veces' con el estilo de Ryan Murphy.

Director´s Cut. Con motivo del Día del Libro volví a ver la deliciosa 'La carta final' (1987), magnifica adaptación de '84, Charing Cross Road', una de las más hermosas novelas epistolares que he leído. La correspondencia entre una escritora neoyorkina y un librero inglés a lo largo de décadas rezuma amor por los libros, humanidad y amistad. Ambos, libro y película, muy recomendables.

Que tengáis una semana de cine.