Viajando a la luna con Scarlett Johansson

De delantero tenemos 'Fly me tot he Moon' (ya sé que está prohibido beber te y ver 'The Crown', pero no puedo evitar que el título este en inglés), que además de una canción con una versión estupenda de Frank Sinatra con la que finalizaba 'Space cowboys' (2000), es la historia imaginada del Apollo 11. Según ella alguien tuvo la ocurrencia de filmar un falso alunizaje por si salía mal el real. Gasolina para los conspiranoicos.

Scarlett Johansson es la publicista y Channing Tatum el jefe de misión. La operación de relaciones públicas y las tensiones amorosas entre ellos esconden más ironía de lo que parece, y más intencionalidad que su amable envoltorio sugiere. Una comedia romántica dirigida por el especialista en el género Greg Berlanti, que ya nos dejó la recuperable 'Love Simon' (2018). Os hago spolier: llegamos a la Luna.

Los moteros con chupa de cuero han llenado la cinematografía hollywodense y ocupado por eso un lugar en el imaginario colectivo. Aún pasean por nuestros recuerdos el Marlon Brando de la seminal 'Salvaje' (1953), o resuenan las motos que llevaban Hopper y Nicholson en 'Easyrider' (1969). Aprovechando el terreno abonado, Austin Butler, buscado sucesor de James Dean, protagoniza 'Bikeriders. La ley del asfalto'. Aquí juega de titular de una banda de motoristas liderada por un férreo tipo interpretado por Tom Hardy, que los somete a rondos de atracos. La espiral de violencia y delincuencia en la que van cayendo conforme se convierten en una secta de la gasolina pone en peligro el amor del chico con una chica, el tan traído cuento de la Bella y la Bestia. No revelaré si tendrá un final salvífico como Don Juan, o de perdición. Lo que sí diré es que la cosa va demasiado al ralentí, lo que hace que nunca acelere demasiado y uno acabe preguntando cuánto falta.

'Strangers capítulo 1' es una película para sacarle tarjeta roja, algo esperable si su director es el resucitado Renny Harlin, un realizador que sólo ha usado sus años en barbecho para depurar su técnica de hacer malos largometrajes, y cuya vuelta es tan incomprensible como el fuera de juego. Una parejita enamorada es atacada en una cabaña del bosque por unos extraños seres. Es un film que te quita las ganas de visitar pueblecitos de la América profunda y en la que acabas pidiendo al árbitro la hora. Con todo, lo peor no es lo trillado de la historia, la violencia gratuita o lo rutinario que resulta, lo peor es que quieran hacer tres más.

Hayao Miyazaki es el Nico Williams del manga y un virtuoso del dibujo que sigue de moda, motivo por el que se reestrena 'El castillo ambulante' en su vigésimo aniversario. Sophie es una joven con aspecto de anciana por un hechizo que busca la ayuda de un brujo, pero lo malo es que el mago también necesita la suya, como el de Oz. Se detecta la trazabilidad de toda la obra de Miyazaki en este film que tenéis la aprovechable ocasión de ver en pantalla grande.

Director's Cut. Teniendo en cuenta lo futboleros que estamos este fin de semana podéis hacer un tercer tiempo con cuatro películas sobre el tema: 'Evasión o victoria' (1981), que narra la fuga de un campo de concentración gracias a un partido; 'Quiero ser como Beckham' (2002), que nos relata los sueños de unas chicas por ser jugadoras; 'Días de fútbol' (2003), que nos recuerda las pachangas con amigos; y 'Fuera de juego' (1997), donde se explica mejor que en ningún sitio el fanatismo futbolístico.

Que tengáis una semana, y una final, de cine.