José Luis Garci ganó el Oscar a la mejor película de habla no inglesa en 1983 por 'Volver a empezar', primer Oscar para nuestro cine y para una película en español.

En el ochenta cumpleaños del maestro Garci

Su carrera cinematográfica alcanza hoy el medio centenar de obras como director, productor o guionista, pero también es autor de cuentos, articulista y locutor

Sábado, 20 de enero 2024, 07:56

Quiso un poético azar, casi premonitorio, hacer coincidir, allá por mediados del mes de enero de 1944, el nacimiento de José Luis Garci con el rodaje por parte del maestro Billy Wilder de las últimas escenas de 'Double indemnity' ('Perdición'), una de las mejores películas ... de la historia del cine y quizá el mejor noir jamás filmado, a decir del propio cineasta.

Publicidad

Nacido José Luis García Muñoz (la versión apocopada de su apellido, con la que acabaría firmando sus obras, le viene de sus tiempos del colegio) un 20 de enero de 1944 en Madrid, en el seno de una modesta familia de clase media trabajadora, Garci fue un niño feliz. Y es en ese añorado y arcádico hogar en la calle Narváez, cerca de su adorado Retiro, donde se le trasmitirían muchas de las que se convertirían con el tiempo en sus pasiones vitales: el fútbol, el boxeo, el teatro, la radio, la literatura, la pintura, la música, los periódicos y, por supuesto, el cine.

Fue la participación a finales de sexto curso en su colegio, el Latino-Español, en la representación de la obra de Alfonso Sastre, 'Escuadra hacia la muerte', en la que haría las veces de ayudante de dirección y de actor, la que le llevó por primera vez a plantearse dedicar su vida a algo relacionado con «el teatro, el cine, el mundo del espectáculo o la literatura», como confesó a Andrés Moret en su completísima obra 'Una vida de repuesto. El cine de José Luis Garci'.

Sus personajes, casi teatrales, están dotados de «una profunda humanidad, criaturas que respiran, que sufren, que están vivas», en palabras del poeta Luis Alberto de Cuenca

Quizá esa definición suya del cine, «una vida de repuesto», -una de las más hermosas con las que se ha descrito al séptimo arte- la concibiera en alguna de aquellas muchas tardes en que acudía a los cines de la Gran Vía de Madrid tras salir del Banco Ibérico, donde comenzó a trabajar muy joven de auxiliar administrativo. Lo que sí sabemos por el propio autor es que fue en esa época cuando decidió que quería ser director de cine.

Publicidad

Sus primeros contactos profesionales con el mundo del celuloide comienzan a mediados de los años sesenta escribiendo crítica cinematográfica en revistas como 'Cinestudio', 'Reseña' o 'Signo', que compaginaba con artículos sobre literatura de ciencia ficción. Sólo era cuestión de tiempo que su pasión cinéfila orientara ese talento latente a la industria del cine, en la que comenzaría escribiendo varios guiones a partir de 1969: 'El cronicón', el corto 'La Cabina', coescrito con Antonio Mercero y con el que obtendrían un Emmy, varios episodios para Televisión Española de Plinio -adaptando los relatos del célebre Policía rural creado por Francisco García Pavón-, o de las películas 'No es bueno que el hombre esté solo' y 'Una gota de sangre para morir amando', entre otros.

Fue el productor José María González-Sinde quien le abriría las puertas a la dirección con tres cortos: '¡Al fútbol!' y 'Mi Marilyn', ambos en 1975, y 'Tiempo de gente acobardada', en 1976. Tras ellos vendría su primer largometraje: 'Asignatura pendiente' en 1977. Le seguirían 'Solos en la madrugada', en 1978, y 'Las verdes praderas' en 1979; tres obras que conforman un auténtico mosaico de la sociedad española de la época bautizado como la Trilogía de la Transición.

Publicidad

Se abriría así una larga carrera cinematográfica que alcanza hoy el medio centenar de obras como director, productor o guionista y, en no pocas ocasiones, conjugando todo ello a la vez. Una carrera trufada de importantísimos premios, entre los que se ha de citar necesariamente el Oscar a la mejor película de habla no inglesa en 1983 por 'Volver a empezar', primer Oscar para nuestro cine y para una película en español. Volvería a ser nominado en tres ocasiones más por 'Sesión continua', 'Asignatura aprobada' y 'El abuelo'.

Cadencia

Nadie podrá negarle a Garci las evidentes trazas de autoría (en su pleno sentido 'cahierístico') de su cine. Sus películas tienen un tempo narrativo característico, muy personal. Cuando entras en ellas pareciera que el tiempo se detuviera y comenzara a discurrir a menos revoluciones. Él habla de tranquilidad, de serenidad, de una huella. Su amigo Antonio Giménez-Rico lo denominó «cadencia». Una marca garciniana que advertimos igualmente en sus personajes, casi teatrales, pero dotados de «una profunda humanidad, criaturas que respiran, que sufren, que están vivas», en palabras del poeta Luis Alberto de Cuenca. También en sus decorados, sobrios pero efectistas, así como en la presencia constante de las propias obsesiones personales del regidor: el cine, el futbol, la radio, el boxeo, sus amigos, Madrid, Nueva York… Y, por supuesto, en la nostalgia vitalista que impregna casi toda su obra.

Publicidad

Pero Garci es mucho más que un cineasta. Es un excelente escritor de cuentos, artículos en prensa (cuenta en su haber, entre otros, con los prestigiosos premios González-Ruano o el Mariano de Cavia) y libros sobre cine. Sus piezas están compuestas con una escritura límpida y natural que casi pareciera desprenderse de su pluma, sin apenas esfuerzo. Y, sobre todo, es un gran comunicador y divulgador del cine tanto en prensa, radio como en televisión combinando sus enciclopédicos conocimientos sobre el séptimo arte con literatura, pintura, música o teatro en un fascinante ejercicio de erudición humanista. Mítico sigue siendo su programa '¡Qué grande es el cine!', que durante muchos años enriqueció la parrilla de La 2 de RTVE, pero que nos fue arrebatado por una ciega y mala política. Afortunadamente podemos seguir disfrutando de él en Classics donde repite su formato y, sobre todo, en el que es sin duda uno de los mejores programas de radio de nuestro país: 'Cowboys de medianoche', donde cabalgando con sus viejos amigos Luis Herrero, Eduardo Torres-Dulce, Luis Alberto de Cuenca e Inocencio Arias, nos regala cada semana un Innisfree radiofónico al que acudir para perdernos en sus verdes praderas. Larga vida al maestro.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Infórmate con LA VERDAD: 1 año x 29,95€

Publicidad