Intriga de altura en 'Puntos suspensivos'

Diego Peretti, José Coronado, Cecilia «se me olvidó cancelar los mariachis» Suárez y Georgina Amorós son el escueto reparto de 'Puntos suspensivos'. Durante ella se desarrolla una trama de suspense psicológico urdida con inteligencia y sazonada con diálogos chispeantes, pero con más trampas que unas elecciones chavistas. Un escritor misterioso, que nadie conoce excepto su agente, se ve sorprendido en su retirado chale por la visita de un impertinente periodista (perdón por la redundancia). A partir de esa premisa se construye una especie de 'La huella' (1972), con sus juegos de ingenio y sus misterios no aclarados. Una lucha de mentes brillantes que salta del presente al pasado, no sabemos si para despistar al espectador o para regalarle un desenlace inesperado.

La reminiscencia teatral la encontramos en el espacio cerrado en el que transcurre la acción, un lugar solitario perfecto para misántropos y fallidos asesinos de Trump. Fotografiada con maestría, pues cada plano está perfectamente planificado para suministrarnos información en subtexto (como pasa con Spielberg), para resaltar los antagonismos, subrayar las frases y remarcar las interpretaciones de unos actores en estado de gracia. Todo es más misterioso, especialmente los personajes, de lo que parece a primera vista. Un notable alto hay que dar a este estreno, por sus protagonistas y el trabajado guion.

Es raro que tan arriba de estos artículos figure un documental, pero este viernes se hace la excepción por tratarse de un trabajo sobre uno de los personajes más mediáticos e interesantes surgidos en el último año en nuestro país. Hablamos del campeón de artes marciales mixtas (yo tampoco sabía que ese deporte existía hasta que ganó), Ilia Topuria, que es el centro de 'Topuria: Matador'. El metraje nos permite introducirnos en la vida privada y pública de este deportista, desde sus humildes orígenes georgianos hasta su triunfo actual. Se centra en los últimos meses de preparación antes de alzarse con el título, y lo hace con una fotografía cuidada y sacando a relucir el evidente carisma del personaje (que nadie espere descubrir a un intelectual). El film trata de ganar a los puntos la mística de 'Rocky' (1976), de no tirar la toalla para colocar el mensaje de 'Ali' (2001) y saltar al cuadrilátero de la leyenda como en 'Cuando éramos reyes' (1996). Por cierto, da gusto ver a un famoso de verdad, de esos que han conseguido algo, en un mundo de famosos metareferenciados que no han hecho nada en sus vidas.

Estoy un poco hasta las narices de las películas de terror, y lo malo es que quedan aún seis viernes de estrenos hasta Halloween, y cada uno de ellos, me temo, vendrá con una hija bastarda de 'Viernes 13'. El caso de 'Juega o muere' es paradigmático, pues con un planteamiento simple, un presupuesto bajo, unos interpretes justitios y muchas dosis de sustos, tratan de montar una película para dar saltos en las butacas, sin conseguirlo. El argumento mezcla una daga maldita, un grupo de adolescentes y el pueblo de Salem. ¿Qué puede salir mal? Asa Butterfield (un nuevo caso de brillante niño actor que pierde toda su gracia al hacerse mayor), encabeza el reparto que, por fortuna, va muriendo con la puntualidad de un metrónomo.

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Director's Cut. Nadie es perfecto, ni siquiera yo (sé que os sorprende), por eso se me olvidó comentar que 'Hotel Bitcoin' estaba rodada en parte en la Región de Murcia. Error subsanado por la Filmoteca Regional Francisco Rabal que el pasado miércoles, con la presencia de sus protagonistas Alejo Sauras y Vanesa Romero, proyectaron el film. Buena iniciativa con la que la Filmoteca sigue apostando por mezclar clásicos con el nuevo cine independiente y películas más comerciales, todo ello para acercar al público a la institución cultural de la Comunidad Autónoma con más visitantes. Que tengáis una semana de cine.