Ginés García Millán. Javier Naval
Actor

Ginés García Millán: «No estamos por la labor de sumar fuerzas y así vamos a salir todos perdiendo»

«Tenemos un país maravilloso en muchas cosas, un país de gentes estupendas, pero nos empecinamos unos y otros en machacarnos y en ponernos zancadillas», señala el actor

Antonio Arco

Murcia

Domingo, 8 de diciembre 2024, 08:07

Le pregunto:

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-¿Cómo se imaginaba que sería su carrera?

-No lo sé. Yo recuerdo que Paco Rabal me decía -imita su voz-: «¡Haz cine, Ginés, y conocerás mundo y mujeres!». ¡Pues eso! Yo pensaba en eso: en viajar a muchos sitios, en conocer ... gente y -vuelve a poner voz de Paco Rabal- ¡mujeres! [Risas]

Ha pasado ya mucho tiempo desde aquel consejo que le dio el universal intérprete aguileño, y en estos momentos Ginés García Millán (Puerto Lumbreras, 1964), gozoso y respetado actor de reconocida trayectoria en teatro, televisión y cine, disfruta de un momento muy especial: su interpretación de Max Estrella en el montaje 'Luces de bohemia', de Valle-Inclán, que Eduardo Vasco dirige en el Teatro Español de Madrid, le ha proporcionado críticas sobresalientes y pone cada noche al público en pie. García Millán da vida en sus últimas horas a Max Estrella, un miserable, anciano, ciego e incendiario poeta rebosante de verbo y de ingenio al que conocemos, junto a un golfo memorable llamado Latino de Hispalis [Antonio Molero], durante un recorrido nocturno que lo llevará a lugares emblemáticos de un Madrid herido por una revuelta social provocada por la precariedad de las clases obreras, que es reprimida salvajemente tanto por las fuerzas policiales como por una organización civil de mamporreros.

'Luces de bohemia', el montaje con el Eduardo Vasco (Madrid, 1968), que también ha creado su música y espacio sonoro, se ha estrenado por todo lo alto como director del Español, es un alarde de teatro fiero y exquisito para el que ha contado con un compacto y numeroso elenco de actores, y el buen hacer artístico de la escenógrafa Carolina González, el iluminador Miguel Ángel Camacho y la gran modista -así quiere él ser llamado- Lorenzo Caprile. Sobre el trabajo de García Millán, el crítico Aldo Ruiz, por ejemplo, señaló que «ha superado el reto con sobresaliente dotando a su Max Estrella de verdad, ternura y humanidad, en la que es, sin duda, una de las mejores actuaciones de su carrera». Un éxito que dejará huella y que permanecerá en cartel hasta el 15 de diciembre. No habrá gira.

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-¿Esa barba es suya cien por cien? [En vivo impresiona]

-[Risas] ¡Hasta el último pelo! Hay gente que cuando termina de ver la función y me espera a la salida del teatro se imagina que voy a aparecer sin ella, que es postiza. Pero no, mis meses de paciencia y de pasar mucho calor me ha costado. Cuando terminé el rodaje de 'La sombra de la tierra' [Atresplayer], la serie basada en la novela homónima de la actriz y escritora Elvira Mínguez, ya tenía un poquito y a partir de ahí se acabaron los afeitados; esta barba ha pasado un verano en Murcia que ni le cuento [ríe].

El otro día estuvo presentando una película de Concha Velasco en 'Cine de barrio' de TVE, «la disparatada y maravillosa 'Me debes un muerto' [José Luis Sáenz de Heredia, 1971], en la que también trabajan Manolo Escobar y el gran Agustín González». No podía decir que no a rendirle homenaje a la Velasco, con la que forjó un cariño y una amistad para siempre desde que ambos protagonizaron la serie 'Herederos' (TVE, 2007-2009). «Me llevé la sorpresa», cuenta, de que «rescataron de los archivos de TVE algunas imágenes de cosas que yo hice hace mucho tiempo, entre ellas las de un ensayo de un 'Hamlet' que interpreté cuando tenía 23 años y del que no me acordaba. Mi madre las vio y se llevó una gran alegría porque, según luego me dijo, estaba guapísimo [ríe]. Ya ves, el tiempo pasa muy rápido para todos, aunque esta profesión tiene de bueno que hay grandes personajes para interpretar en todas las edades. Y yo ahora estoy muy feliz de la mano de Max Estrella».

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España

«Tenemos un país maravilloso en muchas cosas, un país de gentes estupendas, pero nos empecinamos unos y otros en machacarnos y en ponernos zancadillas»

Cuenta García Millán que siempre se ha « entendido muy bien con Eduardo [Vasco], con el que ya había hecho un 'Hamlet' [(2004)] y un 'Don Juan Tenorio' [de Zorrilla, en 2008]. Claro, y cuando me planteó interpretar nada menos que a Max Estrella, que él fuese el director me daba tranquilidad, porque no es un personaje nada fácil, ni la función tampoco, muy al contrario, y quizá con otro director no me habría arriesgado a que el proyecto y yo pudiésemos salir rana [sonríe]. Para mí, Eduardo es un valor seguro».

Está muy contento: «Además de un gran reto, el personaje de Max Estrella es un regalazo. No sé si de haber dejado pasar este tren me hubiese llegado otro... Me apeteció mucho acercar este personaje a la gente, y me puse a ver cómo encajaba en mi agenda un proyecto teatral de esta potencia, que requiere de todas tus energías, sin importarme tener que renunciar a algún trabajo [audiovisual] que habría agradecido mi cuenta corriente [ríe]. Pero tuve más en cuenta a mi cuenta espiritual, y no me equivoqué en la elección. Estoy disfrutando como un crío».

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Imagen de una representación de 'Luces de bohemia' en Madrid. J. Nadal

-¿Cómo es Max Estrella?

-Un personaje que siempre tiene muchas cosas que decirnos. El otro día estuvo viendo la función [el gran director de escena catalán] Lluis Pasqual y comentaba que el texto tiene hoy todavía mucha más fuerza que cuando él dirigió 'Luces de bohemia' [en 1984, con José María Rodero encabezando el reparto], porque entonces España era otro país, con mucha más ilusión que ahora y con una energía totalmente diferente. Hoy, la obra hace que te cuestiones muchas cosas, te zarandea con una gran fuerza y te exige mucho, no sólo como espectador, sino también como persona. Max Estrella es un personaje infinito en el que yo siempre he encontrado una ternura, incluso una cierta alegría pese a todo lo que ocurre y le ocurre, que no veía reflejada en los montajes a los que había asistido. No es un personaje que ya tenga que estar muriéndose desde el principio, sino que tiene necesidad de vivir, aunque sea en la pura miseria, a la que contribuye el alcohol.

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Talento, dolor, comprensión

-¿De qué es consciente su protagonista?

-De su propio fracaso. Es un personaje con un gran talento artístico, con mucho dolor y con mucha capacidad de comprensión.

'Luces de bohemia'

«Ahí están la corrupción, la mediocridad, la podredumbre, la sensación de vacío...; hay muchos ejemplos cada día de la vigencia de todo eso»

-¿Y de qué modo se ve reflejada en la función la España actual?

-Ahí están la corrupción, la mediocridad, la podredumbre, la falta de ética, la sensación de vacío...; hay muchos ejemplos cada día de la vigencia de todo eso, y da la impresión de tratarse de un texto escrito la semana pasada; un texto muy crítico, con un lenguaje tan hermoso como violento a veces, oscuro otras, y siempre directo y brutal.

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-¿Y usted cómo la percibe?

-Ay, lo escribe Valle-Inclán en esta obra: «España es una deformación grotesca de la civilización europea», «¡En España es un delito el talento!, «En España el mérito no se premia. Se premia el robar y el ser sinvergüenza. En España se premia todo lo malo». Y ahí tenemos ese Callejón del Gato, donde «los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento». Y más cosas: «El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada». ¿Qué quiere que le diga? Tenemos un país maravilloso en muchas cosas, un país de gentes estupendas, pero también España es un país en el que nos empecinamos unos y otros en machacarnos y en ponernos zancadillas. Me parece que hay cuestiones realmente importantes en cuya defensa deberíamos ir todos a una, pero parece ser que eso de ir todos a una no va a ser una de nuestras mejores costumbres. No estamos por la labor de sumar fuerzas todos juntos, y así es muy difícil realmente avanzar y al final vamos a salir todos perdiendo, ¡ojalá no sea así!

Imagen de una representación de 'Luces de bohemia' en Madrid. J. Nadal

-¿Cómo está recibiendo el público la función?

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-Mucha gente de una cierta edad sale muy emocionada del teatro y se espera para darte las gracias y un abrazo, y eso es maravilloso. Y, por otro lado, muchísimos jóvenes que están estudiando la obra o que se acercan a ella por primera vez se emocionan viéndola y salen entusiasmados de la función, y eso es muy importante porque seguro que algo del maravilloso veneno del teatro se les ha quedado dentro para siempre, y estoy seguro de que serán unos grandes espectadores. Estamos muy felices de ver cada día lleno el Español, y además nos han hecho un regalo que nos ha llenado de alegría: ¡volveremos con las representaciones en el 2026!

-¿Ha visto la función Ana Belén? [Con ella compartió escenario en 'Kathie y el hipopótamo', de Vargas Llosa, y ambos protagonizaron un momento sublime cantando juntos una canción que provoca escalofríos de placer, 'Les feuilles mortes' -que Ives Montand inmortalizó-.

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-[Risas] ¡Sí, claro que sí!

-¿Qué le ha dicho?

-¡Pues qué me va a decir! [Sonríe]

-Yo qué sé.

-Me lo voy a callar por pudor, pero me quiere mucho, y yo a ella, y le ha gustado mucho. La reacción de mis compañeros está siendo también muy gratificante.

De García Millán, Eduardo Vasco, en conversación con LA VERDAD, destaca que, «además de ser uno de los grandes actores del país, me cuadraban absolutamente su sensibilidad y su manera tan especial de mirar a los personajes, para interpretar al Max Estrella que yo tenía en mi cabeza». En su caso, «se juntan una gran valía personal con su capacidad de entrega a nivel profesional, que incluye una actitud siempre respetuosa en el trato y una forma de trabajar absolutamente colaborativa».

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Con todo lo que dice Vasco del actor está de acuerdo la artista plástica, también lumbrerense y gran amiga de García Millán, Sonia Navarro, que también atraviesa por un importante momento profesional mientras prepara su próxima gran exposición en la madrileña Sala Alcalá 31, dependiente de la Comunidad de Madrid. «He visto la obra dos veces», cuenta con emoción, «y volvería a disfrutarla de nuevo si pudiera, pero es imposible conseguir entradas [ríe]. Lo que hace Ginés en esta función es algo muy grande, algo que sólo consiguen los mejores cuando, además, están en un momento de sus carreras en las que aúnan mucha sabiduría y experiencia, y ese es su caso». «Además», añade la artista, «hay una sensibilidad muy especial, una humanidad que te sobrecoge y que te atrapa, que recorre todo el personaje de Max Estrella y que es propia de él, porque Ginés es una persona de una calidad humana que no deja de sorprenderme. Yo estoy muy, muy, muy orgullosa de ser su amiga».

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