Chumilla-Carbajosa, ayer en Murcia, es responsable de ''El infierno prometido', 'Zapping' y 'The Unmaking of (O cómo no se hizo)' Guillermo Carrión / AGM
Director de cine

Chumilla-Carbajosa: «En el confinamiento, encerrado con mis hijas, solo teníamos la opción de jugar»

El cineasta cartagenero organiza este jueves en el TCM un espectáculo musical con imágenes de 'Estrella y Ariadna', un proyecto que grabó en familia en 2020

Jueves, 8 de febrero 2024, 00:57

La semana de marzo de 2020 en que España declara el estado de alarma para gestionar la pandemia de Covid-19, Chumilla-Carbajosa (Cartagena, 1961) y sus hijas, Estrella y Ariadna, de 8 y 6 años, están en la casa familiar, antigua y grande, de ... Villanueva del Río Segura, en el Valle de Ricote. «Fue un 'shock', una cosa repentina para todos. Lo que más recuerdo es que en la televisión daban continuamente cifras de infectados y de víctimas. En ese contexto, encerrados, con clases 'online', solo nos quedaba la posibilidad de jugar. Ellas montaban en bici y esa escena me recordaba a los presos dando vueltas por el patio de la cárcel». Empezó a grabar. En algunas películas Chumilla ha hecho esto mismo: rodar directamente y jugar con ciertas improvisaciones. «Porque esto transmite mucha verdad y trabajas con gente que no son actores profesionales». «Todo ese mundo –evoca– se reducía a algo muy esencial: dos niñas, un confinamiento. Todo adquiría una dimensión muy concreta, pero al mismo tiempo muy universal. Podía ser el covid, o la tercera guerra mundial, o la peste negra. La infancia y su universo, en contraposición a ese mundo exterior al que ellas solo accedían a través de lo que mostraba la radio y la televisión».

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Más que un documental

Todo esto aparece en una película, 'Estrella y Ariadna', fruto de más de 250 horas de grabación y 29 meses de montaje y postproducción. Una combinación de cine, música, fotografía y videocreación. Este jueves, a las 20 horas, en el Teatro Circo de Murcia, se podrá ver un avance. De hecho, se anuncia como un espectáculo audiovisual con música en directo, en el que sonarán composiciones de Salvador Martínez García interpretadas por el pianista Pedro Valero y la cantante Esmeralda Grao. Entradas a 10 euros.

ASÍ EMPEZÓ

«Todo ese mundo se reducía a algo muy esencial: dos niñas, un confinamiento. Todo adquiría una dimensión muy concreta, pero al mismo tiempo muy universal. Podía ser el covid, o la tercera guerra mundial, o la peste negra»

A Estrella y Ariadna, Chumilla les ha grabado desde bebés, y las ha retratado, «pero no con vocación profesional». En este caso, la grabación del confinamiento de las dos niñas se prolongó desde marzo a mayo de 2020. La casa, sin apenas contacto exterior, era el lugar donde estaban a salvo.

«Aquello me permitió meterme en su juego, y ellas aceptaban que yo estuviera allí. De alguna forma era invisible para ellas, un 'flashback' que me permitía imaginarme cómo era yo jugando de pequeño. De repente, al mismo tiempo ellas se daban cuenta de que estaban en una película, y como se suponía que su tía, mi hermana, estaba enferma, que no era verdad, ellas se inventaban, improvisaban, jugaban, como hacen muchas veces los actores. En el 90% de los diálogos ellas son las autoras, yo intervine de manera muy homeopática para conducir la historia y darle un equilibrio narrativo. Pero sus juegos, sus dudas, sus peleas... todo eso tiene una carga emocional donde yo a veces no sabía si estaban fingiendo cada vez que peleaban y lloraban».

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La idea era que la experiencia diera lugar a algo diferente, no solo una película, sino un proyecto más abarcador que incluye, además de la película, una exposición fotográfica, y un espectáculo musical con composiciones originales de Salvador Martínez García, guitarrista y compositor y profesor.

–Todo es por puro placer...

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–Sí, el placer de hacer algo así. Porque queremos ver la emoción que puede producir la película, que aún tenemos que perfilar y que tendrá su recorrido cinematográfico, porque estamos aún en fase de postproducción. No es una proyección de la película con música en directo, porque la película tiene su propia autonomía, metraje, montaje... Hay escenas que no aparecen en la película y que se verán en el TCM. Hemos hecho selección y montaje pensando en el lugar donde lo vamos a poner. De hecho, pensando en el espacio expositivo, ese material en lugar de estar unido estará descompuesto y se podrán ver determinadas escenas en salas oscuras para hacer un recorrido con distintos estados anímicos y objetos que tenían las niñas en la casa.

–¿Qué es lo que más le divierte?

–Jugar con la multimedialidad. Coger una misma idea y darle una dimensión teatral, musical, cinematográfica, pictórica, expositiva. Esto lo estamos haciendo también con 'El bicho', que al final le vamos a llamar 'Meta-morfosis', que conecta más con el relato de Kafka, que no es solo la próxima película que voy a rodar con Enrique Martínez, Clara Sanchis y Emilio Gutiérrez Caba, sino un libro con ilustraciones, una exposición, una performance de Enrique Martínez, un concierto de Salvador Martínez con un cuarteto de cuerda... Es algo que siempre me atrae. Ese bicho es muy murciano porque se come las palmeras.

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–Busca experiencias creativas...

–Sí, poder expresarlas a través de lenguajes distintos, en vez de clasificarlas en teatro, película... a veces hay comunicación. Ciertos artistas, sin ser cineastas, trabajan con la videocreación, y luego se apoyan en piezas más físicas. Si tienes muchas tablas en el mundo audiovisual juegas con ventaja. Porque en el fondo un director de cine es alguien que tiene que tener curiosidad por otros lenguajes. A mí siempre me ha interesado la fotografía, y no tengo tiempo para dedicarlo exclusivamente a ella. Pero tanto Carlos Saura como Win Wenders han sido grandes fotógrafos.

–¿Cuándo saldrá adelante el proyecto expositivo de las fotos que encontró en Roma sobre el western que rodó Federico Fellini?

–Ahora estamos en habla con el Ayuntamiento de Roma, con el departamento de Cultura, para conseguir apoyo. También el de la Filmoteca Italiana. Vamos a editar un libro que recoja todo el material, textos inéditos. Calculo que saldrá para mitad de año, no sé si antes o después del verano...

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El sueño de Chumilla es vivir tres meses en un lugar distinto: la primavera en Chicago, el verano en Amsterdam, el invierno en Bahamas y el otoño en Berlín. «Tres meses es el tiempo justo para conectar de verdad». ¿Qué les parece?

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