'Avatar' y 'Argentina 1985', dos apuestas opuestas para el fin de semana

Si nuestros políticos echan otro mes como el septiembre que termina, en vez de pagar impuestos nos acaban pagando a nosotros. Eso vendría muy bien para ir al cine a ver alguno de los estrenos de hoy, incluido un (innecesario) reestreno.

El cine, muy de vez en cuando, hace cosas extraordinarias. Cosas que te hacen pensar, pero también entretenerte. Películas con guion de hierro, actores en estado de gracia, director en modo maestro e historias con fuerza. Todo eso se da en la aplaudida 'Argentina 1985'. Lo que cuenta es conocido por todos los que sabemos quién es Naranjito. Tras la atroz dictadura militar que sufrió ese país, un corajudo fiscal, Julio Strassera, fue capaz de llevar ante un tribunal a los perpetradores de miles de asesinatos y desapariciones.

El responsable es el realizador Santiago Mitre, que ha hecho su mejor largometraje. No cuenta sólo el juicio, sino cómo se llegó a él a pesar de todos los impedimentos, rodeándose de jóvenes leguleyos valientes que, a modo de 'Los Intocables de Elliot Ness', consiguieron hacer justicia. El enfrentamiento con el deseo colectivo de meter la basura bajo la alfombra es como la de los alemanes con su pasado nazi en la muy recomendable 'La conspiración del silencio' (2014), y las dudas morales y el pulso ético nos traerá a la mente la imperecedera 'Vencedores y vencidos' (1961). Un soberbio trabajo de suspense, un viaje a lo que hay de tenebroso y de brillante en el ser humano. Definitivamente su protagonista, Ricardo Darín, merece siete Oscar.

Con la sobrevalorada e hipertrofiada 'Avatar' me pasa como con la democracia italiana, nunca entendí su éxito. Así que su reestreno en versión 3D no me lleva al éxtasis. Supongo que es menester esta fatalidad para preparar el aterrizaje de una secuela que me sobra tanto como la primera, pero que intentará volver a ser la más taquillera.

En realidad es un western futurista de indios y vaqueros luchando por la conquista de un Oeste interplanetario. Los buenos indios convertidos en pitufos gigantes y los vaqueros transformados en tecnológicos y malvados mineros. Yo no la veré, que bastante vergüenza ajena pasé con la escena del árbol sagrado la otra vez. No cobro plus de peligrosidad.

'La casa de papel' descubrió al mundo a El Profesor, interpretado por el soso Álvaro Morte, protagonista absoluto del thriller 'Objetos'. Aquí hace de un taciturno personaje, bastante misántropo, que rige una improbable oficina de objetos perdidos y que se dedica a investigar sobre ellos. Un hallazgo fortuito le hará iniciar unas pesquisas que se le irán complicando. Todo suena a ya visto pero al menos el final aporta algo diferente, lo que hace que no podamos devolverla sin más a la oficina de objetos perdidos (perdón por el fácil juego de palabras).

La película 'La chica salvaje' es básicamente la actriz que hace de esa chica, la brillante y desconocida Daisy Edgar-Jones. Todo lo demás no es que sobre, pero no está a su altura. Por eso se puede ver con cierto decoro la crónica de esta muchacha criada en las marismas de Estados Unidos por los años cincuenta, y que se ve implicada en un juicio. El retrato de esta marginada por la naturaleza y la sociedad tiene un toque onírico gracias a la cuidada fotografía.

Están de enhorabuena los amantes de arañar los reposabrazos de las butacas y esconder la cabeza en cada susto. Llega una película de terror, 'Smile', que hará pasar buenos malos ratos a los amantes del género. Tras una experiencia traumática, una psiquiatra empieza a introducirse en una espiral de miedo. El toque diferente es el que ya vimos en el Joker: una sonrisa puede ser terrorífica (sólo tenéis que fijaros en Berlusconi), y en esta película hay más falsas sonrisas que en una campaña electoral.

Para acabar nos ponemos intensitos con un filme francés titulado 'Fuego'. Un ex irrumpe en la nueva relación de su anterior pareja poniéndolo todo patas arriba. Juliette Binoche y Vicent Lindon forman parte de este triángulo en el que impera, a lo Madame Bovary, el deseo egoísta de ella que conduce a la destrucción propia y ajena. Para mí lo contaba mejor un bolero deliciosamente cantado por Ana Belén: 'Entre dos amores'.

Fuera de cámara os aviso de que la próxima semana vuelve 'La fiesta del cine'. Una buena manera de que las salas recuperen a esos espectadores que se han convertido en más huidizos que un recluta ruso. De lunes a jueves iremos al cine por 3,50 euros. Aprovechadlo (hacedme caso por una vez).

Que tengáis una semana, y un octubre, de cine.

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