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Raquel Garod.

Raquel Garod: «Necesitamos la luz del arte y la cultura»

La creadora escénica representa mañana en el Teatro Circo Murcia 'La bailarina que sí bailaba siempre', sobre la violencia machista, el dolor y la memoria

Martes, 24 de noviembre 2020, 02:09

Una noche escribió: «El borde de la copa de vidrio besa mi labio inferior. Llega el momento de apurar el último trago. Lleva todo el poso de esta noche. Es lo más parecido a un beso que puedo llevarme a la cama». Este es uno de los desgarros, físicos y emocionales, que cuenta en escena la mujer protagonista de 'La bailarina que sí bailaba siempre', de la dramaturga, creadora escénica y actriz Raquel Garod, nacida en 1992 y formada en la Escuela Superior de Arte Dramático de Murcia (ESADM). Mañana, a las 20.00 horas, en el Teatro Circo Murcia (TCM), la artista representará este monólogo que escribió en 2017 y que obtuvo una Mención de Honor en el I Premio Internacional Dramaturgia Invasora, convocada por Ediciones Invasoras.

La puesta en escena de 'La bailarina que sí bailaba siempre' cuenta con el diseño de iluminación de Jesús Palazón, con quien Garod, en 2019, decidió apostar, «a pesar de ser conscientes de las limitaciones comerciales que existen en torno al teatro contemporáneo en pleno siglo XXI, y del panorama teatral en torno al cual gira el gremio de las artes escénicas en Murcia, por crear una compañía de teatro centrada en la creación escénica contemporánea, en nuevas dramaturgias y nuevos lenguajes expresivos». A este atrevimiento le pusieron por nombre Luciérnagas 24 Producciones.

Tome nota

  • Espectáculo: 'La bailarina que sí bailaba siempre'

  • Dónde y cuándo: Teatro Circo Murcia (TCM). Mañana (miércoles) a las 20.00 horas

La intérprete, quien desde 2011 ha estado compaginando «mis procesos interpretativos y de creación escénica con la exploración de nuevas dramaturgias», cuenta que 'La bailarina que sí bailaba siempre', en la que encontramos «fragmentación del pensamiento y del contenido, desestructuración de la forma, lenguajes poéticos...», nació de «la necesidad de manifestar como mujer –no por alardes sexistas ni activismos modernos, sino porque es lo que soy y es algo que me atañe y me duele–, las consecuencias de vivir con la violencia machista y de género, pero sin apelar a los códigos estrictamente realistas». «Para ello», explica, «decidí crear un espacio subconsciente y femenino, que atendiera a qué sucede cuando se sale, por suerte, de esa experiencia». Atender «a qué ocurre en la mente de una mujer que ha vivido ese maltrato y lucha cada noche por no reencontrarse con los infiernos que va omitiendo por supervivencia emocional». «Esos infiernos», precisa, «se manifiestan a través de la metáfora de una mujer que era bailarina, y sí bailaba siempre, y un hombre que se hace el bailarín y que no baila nunca. La resiliencia tira de uno mismo, pero a veces, esos reencuentros golpean la vida mucho más fuerte que la propia violencia. Desde aquí es desde donde se impulsa la historia de 'La bailarina que sí bailaba siempre'».

«Apostamos por montar en Murcia una compañía centrada en la creación escénica contemporánea»

En este espectáculo, «el texto dramático sirve de partitura textual para la creación y se interpreta desde este personaje mujer/cuerpo expresivo que va mudando su estado en función de las partes conscientes o subconscientes de la historia». Está creado «en parámetros de espacio vacío, donde los sentidos y significados vienen dados por lo ya citado y por la iluminación escénica, crucial y determinante para la expresión total de la escena».

«Creo», indica Garod, «que la oscuridad es inmensa. Y que necesitamos la luz del arte y la cultura para vencer esas umbrías. Que precisamos de espacios para sentir de nuevo, reflexionar de nuevo, viajar a mundos interiores nuevos... Para ser humanos. Por eso, y a pesar de todo y con todo, seguimos creyendo en luciérnagas».

Abuso(s)

'La bailarina que sí bailaba siempre' es un canto contra toda violencia, invasión del otro, abuso de poder, anulación de la personalidad. Contra los amores tóxicos, la toxicidad del amor, el dejarse atrapar, vencer, aniquilar, humillar, golpear. Cuenta la protagonista: «Glass está empezando a apretar mi mano con demasiada fuerza. Glass está empezando a apretar mi mano con excesiva fuerza. Hace que me sienta el hueso. El suelo se abre en fractura. Se abre en fractura. Me está empezando a hacer daño. Glass me está empezando a hacer daño y quiero soltarme. Me está haciendo daño. Quiero soltarme». Lo reconoce Raquel Garod: «Había un hombre que una vez se hizo el bailarín y no bailaba nunca. Había una mujer que era bailarina y sí bailaba siempre. El baile estaba muerto. Yo lo supe siempre».

«La oscuridad es inmensa. Y necesitamos la luz del arte y la cultura para vencer esas umbrías»

Además del texto de 'La bailarina que sí bailaba siempre', publicada en 'Ágora 127, Revista Teatral Mexicana,' y también disponible en Amazon, Garod es autora de otros títulos teatrales entre los que figura 'El Grito', «un texto dramático a partir de la serie 'El Grito' del internacional artista plástico ecuatoriano Oswaldo Guayasamín».

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