Con la lucidez del Sancho Panza cervantino, desgrana sin autobombo ni falsa modestia una vida dedicada a ponerse a disposición del otro y a defender a los más desfavorecidos desde su responsabilidad laboral y social. Con la literatura como santo y seña vital desde que ... su padre, un agricultor conquense, le recitara de memoria de 'La vida es sueño' a 'El médico a palos', Antonio Jávega Jiménez ha labrado una vida feliz que nunca se imaginó tener. Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Murcia, este 'murciano' nacido en Vara del Rey (Cuenca) confiesa que su primera vocación, quizá única, fue la de ser misionero claretiano -«no cura de misa y olla»- para hacer honor a la Teología de la Liberación que le marcó de niño y le llevó de Requena (Valencia) a Alagón (Zaragoza). Abandonado el seminario en solidaridad con un compañero y ya en Murcia estudiando la carrera, un amigo le abrió los ojos al arbitraje de fútbol, y un chaval con el que compartía piso le descubrió el funcionariado de prisiones.
Publicidad
Cabezota y vehemente, y enamorado de la montaña, 36 años en contacto con los internos de las cárceles de Fontcalent (Alicante) y Sangonera la Verde (Murcia I) le han enseñado a no tener prejuicios y a entender una frase que aún le resuena: «Vale el que sirve y servir es un honor». Cuajada su conversación de anécdotas y risas, atesora el coraje contagioso del voluntario dispuesto a reclamar el tiempo de otros, porque empeña el suyo propio, y la templanza del árbitro que media sin condicionar. Miembro de la asociación Psicólogos por el Cambio, fundada por su admirado Matías García y en la que es coordinador y responsable del Taller de Animación a la Lectura junto a Pascual Velázquez y Sofía Álvarez, su labor al frente de la biblioteca de la prisión de Sangonera la Verde, tras jubilarse de la Jefatura de Servicios en enero de este año, supone la culminación del sueño de vivir haciendo lo que ama: leer y transmitir lo que tiene de bueno la lectura para los internos. Implicado padre de un informático y una violinista, junto a su mujer Llanos vive en El Palmar sin olvidar nunca su Vara del Rey natal, de la que para orgullo de su padre llegó a ser pregonero.
Tras aprobar en 1988 las oposiciones al Cuerpo de Ayudantes de Instituciones Penitenciarias, hizo sus prácticas bajo la tutoría de Guillermo Miranda, del que tomó prestado un mensaje: «Con los internos, respeto y humanidad». Y añade, sin ápice de chanza quijotesca, que solo hay que mirar por encima del hombro a quien, caído en el suelo, haya que ayudar a ponerse en pie.
8.30 horas. Un amigo me hizo ser funcionario de prisiones, y dichosa la hora. Todo el mundo tiene derecho a la segunda, la tercera, la cuarta y la quinta oportunidad, pero algunos necesitan un periodo bastante largo para reflexionar. He conocido en prisión gente que merece muy mucho la pena, que cuando le has dado un poquito de proximidad y confianza se ha abierto en canal y te cuenta lo que ha hecho y lo que no. Todos podemos acabar en la cárcel. He visto a médicos, curas, alcaldes, políticos, policías, funcionarios de prisiones… También hay internos que se aprovechan de los más desgraciados, pero el buenismo institucional y la falta de criterio político hacen que a veces, desde Madrid, no se quiera ver que tenemos gente muy mala en prisión, aunque sea minoría.
Publicidad
12.30 horas. Hacemos diez salidas programadas con internos al año. Somos un grupo de funcionarios de prisiones que encabeza Juan Carrión, coordinador de Trabajo Social en la prisión y presidente de la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER). Otro proyecto que retomaremos y del que estoy muy orgulloso es 'El baile maldito repara el daño'. Cuatro años antes de la pandemia nos planteamos qué podían hacer los internos por la sociedad, y junto a Colectivo Paréntesis y con la hermana Josefa Vera, de Pastoral Penitenciaria, llevamos a nueve internos que han acabado en la cárcel por tema de drogas a dar charlas en institutos. Los silencios de los alumnos eran apoteósicos.
22.00 horas. Mi hija toca el violín y es concertino de la Orquesta de Jóvenes de la Ciudad de Murcia. Nunca pensé que me gustaría la música clásica, como nunca pensé entrar en el arbitraje o ser funcionario de prisiones. Para mí es una delicia oír el violín en casa mientras leo un libro. Ahora me ha dado por la novela negra y me está encantando. El año pasado tuvimos el lujo de que el festival de Novela Negra de Cartagena empezó en la prisión de Sangonera con la lectura de 'El quebrantahuesos' y la visita de Blas Ruiz Grau. Otro libro que ha calado en los internos es 'Cuerda de presos', de José Antonio Jiménez Barbero. Tenemos en la biblioteca más de 12.000 ejemplares y un maravilloso legado de 400 novelas publicadas entre 2020 y 2023 gracias a Antonio Parra y a Cartagena Negra. No envidiamos a ninguna biblioteca de El Palmar o de La Alberca. Todos los autores que van a la prisión nos dejan libros suyos o de otros autores. Es fundamental la literatura dentro de una cárcel, porque la mente nunca está presa.
Publicidad
9.00 horas. Cuando vine a estudiar a Murcia, vivía con tres compañeros de Villarrobledo. Uno era árbitro y yo iba a verlo al Barnés. Dichosa la hora en la que entré al Colegio de Árbitros. Me ayudó a coger un dinerillo, lo que compaginado con la beca que yo tenía hizo que mi padre prácticamente no se enterara de que yo estaba estudiando fuera. El fútbol es el deporte más bonito que existe. Exige sacrificio, preparación física, compañerismo... Es una escuela de valores impresionante.
18.00 horas. Este año, en mayo, Latecla Pianos metió el primer piano de cola que entró a un salón de actos de una prisión, por lo menos en la de Sangonera, en la historia. Pere se merece un monumento. Hicimos un concierto sobre Beethoven por el aniversario de la Novena Sinfonía. Fue maravilloso.
Publicidad
7.30 horas. Todos los viernes quedamos un grupo de funcionarios para hacer ruta por el monte, aunque yo salgo todos los días. Vamos al Relojero, a la Cresta del Gallo, a la Murallas de King Kong. Tener la montaña tan cerca es lo mejor que hay en Murcia. Me encanta pasear, porque cuando dejé el arbitraje dejé de correr. Mi mujer se ríe de mí y me dice que me quedé con el balón dentro porque había cogido peso. Medio balón.
13.00 horas. Nos juntamos un grupo de tres matrimonios y medio (porque uno de los maridos no viene casi nunca), para comer o cenar juntos en una parcela de una amiga, o salimos a cenar fuera. El sábado pasado, participamos en el concurso de paellas de El Palmar. Aún tenemos azafrán de pelo de La Mancha del que cultivaba mi suegro, que en paz descanse.
Publicidad
10.00 horas. De cara al verano es cuando más falta hacen las actividades de las ongs que trabajan con la prisión, porque los maestros que van de lunes a viernes por la mañana han terminado el curso. Durante el año, el taller de lectura lo hacemos los domingos de diez a doce porque no competimos con ninguna asociación ni actividad. Tenemos una especie de convenio con la Biblioteca Regional y con la Red Municipal de Bibliotecas de Murcia, concretamente la Río Segura, que son las que nos proporcionan los 25 ejemplares necesarios del mismo libro. En lugar de coger una obra de un autor que no voy a poder llevarme nunca allí para compartir su tiempo con nosotros, leemos a autores murcianos. Hasta ahora, ninguno nos ha dicho que a la cárcel no quiere ir. Los internos son tremendamente agradecidos. Saben que están donde están porque se lo han buscado, pero el hecho de que haya gente dispuesta a sacrificar su tiempo por pasarlo allí con ellos lo valoran tremendamente. Lo cierto es que estoy cobrando por hacer lo que más me gusta, por leer y transmitir lo que la lectura puede hacer por los internos. Gracias a esto he conocido un montón de gente que considero amigos: Antonio Parra, José Antonio Jiménez Barbero, Jerónimo Tristante, Paco López Mengual, Pepe Belmonte, Marita Funes, Paco Marín, Magdalena Sánchez Blesa o Fran J. Marber, entre otros. Para mí, mi vida es un lujo.
Infórmate con LA VERDAD: 1 año x 29,95€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.