El humorista gráfico Andrés Rábago 'El Roto'. Kai Försterling

El Roto: «¿España? Vamos hacia el desastre si intentamos ir cada uno por su lado»

«La agresión gratuita no va conmigo, ni el insulto me agrada», dice el viñetista, que hoy participa en el ciclo 'Cartagena Piensa'

ANTONIO ARCO

MURCIA

Viernes, 11 de mayo 2018, 12:41

Una viñeta suya bastará para inquietarnos. Una viñeta suya es muy probable que provoque al mismo tiempo una sonrisa y un pellizco en el estómago. Una viñeta suya estaba dedicada al paro juvenil, y junto a uno de esos personajes suyos, tan reconocibles, se leía: «Año 2023: joven de cincuenta y seis años esperando su primer empleo». Otra viñeta que también lleva su firma: una mujer intenta hacerle ver a un hombre que «detrás de los números hay personas». Pero él no duda la respuesta: «¡Pues que se aparten!». Y esta tercera refleja una verdad verdadera: el absurdo vive instalado en la economía, y en la política... Un hombre clama rodeado de agua: «¡Rescatadnos a los que estamos con el agua al cuello, no a los que nos ahogan!». Todas ellas son obra de Andrés Rábago 'El Roto' (Madrid, 1947). El dibujante y pintor estará hoy en Cartagena para participar en el ciclo 'Cartagena Piensa'. Con este motivo habla, con esa calma suya con la que se mueve cuidadosamente por la vida, con 'La Verdad' .

Publicidad

  • Quién Andrés Rábago 'El Roto'.

  • Dónde y cuándo Centro Cultural Ramón Alonso Luzzy, en Cartagena. Este viernes a las 19.30 horas. Dentro del ciclo 'Cartagena Piensa'.

-¿Dónde estamos?

-Moviéndonos, inevitablemente, en el territorio de la duda, que también lo es de la posibilidad, porque cuando ya todo lo damos por cierto queda poco por hacer. Hoy en día, prácticamente certezas no hay, porque todas las que teníamos se han ido desmoronando. Por lo tanto, una vez que todo se ha venido abajo, queda todo por hacer. Es un territorio incómodo, no nos engañemos, porque hay que construir sin que tengamos los planos adecuados para ello; bueno, vamos a intentarlo sabiendo que las cosas unas veces salen bien, otras regular, y otras mal.

«La enseñanza bilingüe está siendo un desastre porque los alumnos, ni están aprendiendo inglés, ni están aprendiendo español. Se trata de una estupidez soberana»

-¿Vive usted cómodo en este mundo nuestro?

-En este mundo nuestro, no creo que haya nadie que se sienta cómodo; vivimos en un mundo incómodo, sin asiento, en el que todos tenemos que estar, digámoslo así, de pie. No es un lugar cómodo en el que vivir, pero sin duda sí es un lugar interesante en el que estar vivos.

-¿Usted qué ha intentado?

-Comprender la vida, lo que sucede y lo que me sucede, en momentos muy diversos. Y lo cierto es que no he llegado a ninguna conclusión que dé por verdaderamente cierta; ni tampoco a tener el convencimiento de que hay vida después de la muerte, o de todo lo contrario. Si esa duda no hemos sido capaz de resolverla, eso significa que nuestra capacidad de comprensión y de conocimiento es todavía muy limitada.

Convencer

-¿Qué no intenta?

-Convencer a nadie de nada. Sé que es dificilísimo lograrlo porque, normalmente, no aceptamos que podamos no tener la razón. Yo, más bien, lo que hago es apuntalar, o al menos eso intento, una cierta comprensión de lo verdaderamente real, y una cierta visión de cómo deberíamos ser, de qué posición ética tendríamos que adoptar en la vida. Tengo muy claro que, casi con toda seguridad, no he conseguido modificar el pensamiento de una sola persona, ni tampoco lo he pretendido.

Publicidad

-¿Qué le inquieta?

-Tenemos hoy un grave problema de deshumanización, y esa deshumanización, este excesivo predominio científico técnico actual, nos está llevando en una dirección que, a mi modo de ver, es equivocada y está dejando al hombre sin sus mecanismos de defensa más sólidos; por ejemplo, la pérdida del sentimiento de la vida como algo sagrado es uno de esos procesos derivados de este cientificismo tecnológico. Y esto es de una gravedad extrema, infinitamente mayor que prácticamente todos los demás problemas que hayamos podido engendrar, y las consecuencias de ello ya las estamos percibiendo. Por desgracia, el desarrollo moral no es acorde al desarrollo tecnológico.

-¿Cómo es España?

-Un país complejo, no cabe duda. Lo que habría que hacer no es fragmentarlo más, sino intentar una reunificación entre todos los que habitamos el país; ¿España? Vamos hacia el desastre si intentamos ir cada uno por su lado. Por eso, creo que uno de los mayores problemas que tenemos ahora mismo en España es el tema de Cataluña, el más grave desde el 23-F, o incluso más. Hay que intentar acercar posturas y no seguir en la dirección en la que se ha estado yendo hasta ahora.

Publicidad

-Los independentistas califican a sus políticos encarcelados de 'presos políticos'.

-Eso es pura propaganda política. En realidad, a lo que estamos asistiendo es a la puesta en marcha de unos mecanismos de manipulación de masas que ya son prácticamente goebbelianos; en algunos de los movimientos políticos que se están dando vemos comportamientos casi prefascistas, en los que la manipulación y la propaganda tienen una fuerza casi coercitiva sobre el pensamiento libre de los ciudadanos.

-Se dice que tenemos la clase política que nos merecemos.

-De lo que no cabe duda es de que tenemos la clase política que hemos votado, y en ese aspecto hay una responsabilidad social enorme que no hay que perder de vista. De todas maneras, afortunadamente, esta situación se puede cambiar dentro de los procesos democráticos, y yo creo que se cambiará.

Publicidad

-¿Qué no se está haciendo bien en el terreno de la educación?

-Por ejemplo, la enseñanza bilingüe está siendo un desastre porque los alumnos, ni están aprendiendo inglés, ni están aprendiendo español. Se trata de una estupidez soberana que no entiendo cómo se mantiene en el tiempo.

-¿Qué se debió hacer durante la Transición y no se hizo?

-Creo que lo que hubiese sido necesario hacer, porque me parece que ya va a ser imposible, es haber juzgado en la medida de lo posible a los culpables de los crímenes cometidos durante unas décadas tan oscuras de nuestra historia. Pero no se hizo en su momento y, bueno, eso ya ha quedado ahí como una especie de mancha en nuestro historial democrático. También tengo que decirle que, con respecto al futuro de nuestro país, no soy totalmente pesimista; España ha cambiado de forma radical, y debemos mirar hacia el futuro y no estar continuamente presos de un espejo retrovisor que nos impide, quizás, saber qué territorio tenemos por delante.

Publicidad

-¿Cómo se defiende usted de los maleducados?

-Me retiro y los dejo pasar.

-Y a la hora de crear sus viñetas, ¿qué descarta?

-La agresión gratuita no va conmigo, ni el insulto me agrada. Me gustan los comportamientos civilizados, y no olvido que una multitud está compuesta por personas.

-¿El Roto qué procura?

-No dejar de disfrutar de la sensación de estar vivo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Primer mes por 1€

Publicidad