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Alicia Gaya, hija del pintor y escritor Ramón Gaya (Murcia, 1910-Valencia, 2005) y de Fe Sanz Molpeceres (Madrid, 1908-Figueras, Gerona, 1939), profesora de Lengua y Literatura, está estos días de visita en Murcia, la tierra natal del Premio Velázquez de las Artes 2002, que recuerda su figura con un museo, el Museo Ramón Gaya, en la plaza de Santa Catalina de Murcia. Este espacio cultural dedica desde este viernes una exposición a 'Alicia', con obras de Ramón Gaya y de Cristóbal Hall, el pintor inglés que fue para ella también un padre durante el exilio del artista murciano en México y Europa.
Alicia Gaya vive desde hace décadas en Portugal, y esta visita a Murcia le hace especialmente feliz por ver reunidas obras sobre ella de sus dos padres, el biológico y el adoptivo. A Hall se refiere Alicia como «mi padre inglés», que murió cuando ella tenía 10 años. «Los dos son importantes», aseguró Alicia Gaya en Murcia. Tuvo cuatro hijos -Cristóbal, Fe, Duarte e Inés- con un portugués, Carlos Albuquerque. En su casa siempre hubo obras de Cristóbal Hall y Darsie Japp, amigos de la familia, y por supuesto de Gaya.
«Claro que recuerdo cuando me pintaban», hizo saber Alicia a los periodistas durante la inauguración de la muestra. «La primera vez yo tenía 4 o 5 años, estábamos en el comedor, vivíamos en Jamaica, donde hacía mucho calor, y estaba sentada con una caja de galletas y una fruta. De repente, sin querer, me cayeron unas lágrimas, y mi padre se levantó un poco asustado y me dijo: 'Voy a buscar a tu madre'. Desde entonces entendí que la pintura para los pintores es muy importante. No es un oficio, es más», explicaba Alicia, que hablaba en este caso de Cristóbal Hall, con el que se crio mientras su padre vivía exiliado en México desde el fin de la guerra civil española. Su madre, Fe Sanz, murió en el bombardeo de la estación de ferrocarril de Figueras, mientras trataba de huir con tantos otros refugiados españoles a Francia.
Cuenta Rafael Fuster, director del Museo Ramón Gaya, que esta muestra es inédita, ya que presenta los retratos de Alicia pintados por sus dos padres: seis realizados por Ramón Gaya y tres por Cristóbal Hall. «Es la primera vez que estas obras se exhiben juntas, sirviendo como testimonio visual de una historia de pérdida y reconstrucción a través del arte. Hay a su vez otras obras de ambos autores, entre ellas destacan los homenajes de Gaya a Hall o el último cuadro que Hall pintó pocos días antes de morir», indica Fuster.
Además, se incluye material documental, como cartas de Hall a Juan Guerrero (el cónsul general de la poesía para Federico García Lorca), entre ellas, la última que le escribió y no llegó a mandar tras su repentina muerte.
Alicia Gaya sobre Cristóbal Hall
Hija de Ramón Gaya
«También el visitante podrá disfrutar de fotografías, catálogos y recortes de periódicos con noticias sobre Gaya y Hall», celebra Fuster, comisario de esta propuesta, que ha contado con el asesoramiento de uno de los mayores expertos en la figura de Cristóbal Hall, M. Vicente Maestre Galindo, quien realizó un trabajo de investigación ya indispensable sobre el el pintor inglés, bajo el título 'Ventanas adentro', sacado de un poema de Gaya.
Como complemento, este viernes también se ha inaugurado una segunda exposición en otra sala del museo, Sala María Zambrano, con parte de la colección privada de Alicia Gaya, que incluye cuadros de su padre de la última etapa. «'Alicia' es una exposición única», entiende Rafael Fuster, «que no solo reúne la obra de estos dos artistas excepcionales, sino que también arroja luz sobre una historia de amor, exilio y reencuentro a través de la pintura».
La historia de Alicia Gaya, como recordó LA VERDAD en un reportaje titulado 'Una bomba separó sus vidas', está marcada por la guerra, la separación y el reencuentro, y el arte ha servido como un puente entre el pasado y el presente, asegura el Museo. Cuenta Fuster que Alicia Gaya Sanz nació en Valencia. Sus padres, Ramón Gaya y Fe Sanz, se conocieron en Cuevas de Almanzora (Almería). Él trabajaba con el Museo Circulante de las Misiones Pedagógicas; ella, profesora de literatura.
Su historia quedó trágicamente marcada por la Guerra Civil española. En 1939, Fe Sanz murió en un bombardeo en Figueras mientras intentaba huir con su hija de dos años. Alicia sobrevivió y fue acogida en París por Carmen Muñoz, esposa de Rafael Dieste. Entretanto, Ramón Gaya, exiliado en Francia, fue rescatado de un campo de refugiados por Cristóbal Hall, un pintor inglés y viejo amigo suyo, quien lo llevó a su casa en Cardesse, cerca de Pau. Allí, la esposa de Hall, Trinita Japp, viajó para recoger a Alicia y llevarla con ellos, convirtiéndose así en su nueva familia.
«Ramón Gaya, sumido en la tristeza, retomó la pintura gracias al apoyo de Hall. Sin embargo, tuvo que emigrar a México, mientras Alicia se quedaba al cuidado de los Hall. No se reencontrarían hasta 1952, tras doce años de separación y tres años después del fallecimiento de Cristóbal Hall. En palabras de Gaya, aquel reencuentro no fue fácil: «Me siento muy contento y muy raro, con esa joven al lado, que es Fe y no lo es, que soy yo sin serlo, que es un ser nuevo y tan conocido». Con el tiempo, padre e hija mantuvieron una relación cercana, aunque llena de contrastes», sostiene el director del Museo Ramón Gaya.
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