El artista plástico Alfonso Albacete, en el templo japonés de los mil budas. M.G. Galnares
La semana de...

Alfonso Albacete: imágenes fugaces de pintura inevitable

Hipnótico en el diálogo y nada amigo de lanzar consejos, el artista plástico malagueño de cuna, murciano de crianza y madrileño de vida, ultima una muestra pictórica retrospectiva que inaugurará en Las Claras en octubre

Domingo, 15 de septiembre 2024, 07:55

Con cada imagen fugaz que su memoria atrapa, cabalgando en un trayecto de ida y vuelta entre la figuración y la abstracción, Alfonso Albacete ofrece al público su naturaleza inevitable, de vibrante e inconfundible cromatismo, desde hace más de medio siglo. Nacido y criado en ... un entorno agrícola en la malagueña Antequera, hace ya 74 años, continuó su hermandad con lo vegetal en la murciana y entonces silvestre La Alberca. En Murcia comenzó la enseñanza artística de manos de Juan Bonafé, y no vivió en una ciudad hasta los 17 años. Con su familia como cálida madriguera, tener hijos le modificó lo intempestivo del horario del arte, y la búsqueda de la sabiduría y el ancla de la amistad le han servido, como a Epicuro, para encontrar el equilibrio en la desequilibrante Madrid.

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Arquitecto de formación y doctorado, grabador y escultor que también coqueteó con la acción callejera, se define a sí mismo como un pintor que además estudió Arquitectura, nunca como arquitecto que pinta. Sabedor de que sus altibajos anímicos están directamente ligados a la creación, a su alma de viajero poco o nada le interesan los que se ganan la vida hablando de otros o humillando al que tiene menos capacidad o poder. Vanguardista que se embebió del expresionismo abstracto americano a través de Matisse, con los paisajes de Diebenkorn, las figuras de De Kooning o Pollock y los árboles de Mondrian en la retina, hizo su propio camino con sus composiciones de interiores, estudios y paisajes.

Desde su primera muestra individual en la Galería Chys (Murcia) en 1972 hasta la más reciente, 'P.L.O.D.', expuesta en la madrileña Marlborough entre abril y mayo de este año, su obra ha embellecido los fondos de colecciones como la del Banco de España, el Senado, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, los Museos de Arte Abstracto de Cuenca y de Bellas Artes de Bilbao o la White House de Washington. Series emblemáticas como 'En el estudio', 'El mar de la China' o 'Cueva Negra' tienen mucho que ver con su merecido ingreso como académico de número por la sección de Pintura de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, que formalmente tuvo lugar el año pasado. Pedro Almodóvar atesora también su arte, aunque sin duda su comprador más inesperado fue él mismo. Una década después de vender un cuadro de gran valor sentimental en la galería Egam, a principios de los años 80, y tras pasar por dos colecciones diferentes, la pieza volvió a sus manos. Comprarse a sí mismo, cuenta, le produjo una sensación «rarísima». Pero lo hizo.

Lunes

10.00 horas. Llevaré a Las Claras de la Fundación Cajamurcia 'Pintura inevitable', título que nace de mi discurso de ingreso en la Academia. Tendrá cierto carácter retrospectivo. Junto a la comisaria, Isabel Tejeda, he seleccionado mi obra más unida a Murcia y al Levante.

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Martes

18.00 horas. En los últimos años he ido muy poco a Murcia, ciudad muy paseable en la que castigué mucho los bancos de la Glorieta, donde nos sentábamos Enrique Carbonell y yo cuando teníamos 13 años. El próximo viernes [20 de septiembre, a las 16.00 horas] volveré para ofrecer una conferencia en la apertura del curso del Máster Universitario de Producción y Gestión Artística (MUPGA) de la Universidad de Murcia. Bajo el título 'Hablar de pintura', contaré cuáles han sido mis procesos artísticos, sin dar consejos en una u otra dirección. La gente que desarrolla una trayectoria se cree lo que está haciendo, y es él o ella quien tiene que buscar qué le interesa.

Miércoles

17.00 horas. La actividad que me hace vivir es pintar, y lo que más me cuesta es la parte social una vez que sacas el pie del estudio. Las galerías son fundamentales para un artista plástico. Ahora mismo, en España, tenemos un nivel bastante internacional. Quien sacó para adelante a mi generación fue el coleccionista privado. Empecé en Murcia y entonces, curiosamente, había varios movimientos de vanguardia. Eso pasaba por un montón de gente que se sentía en la obligación de comprar para que esa obra siguiera produciéndose. En los últimos años noto que se ha caído mucho en manos de la oficialidad, que la acción privada se ha retraído. Hay menos galerías en Murcia y ese público, orgulloso de sus artistas, se ha diluido.

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Jueves

20.00 horas. He pintado toda mi vida a diario salvo por exposiciones o viajes. Antes pintaba por las noches; desde que tuve hijos me amoldé a pintar durante el día, y ahora pinto solo por las mañanas, pero todos los días. En mi tiempo libre soy bastante versátil, veo cine, escucho música, leo. Me atraen todos los campos de creación. Ahora estoy leyendo 'Memorias de ultratumba' de [François-René de] Chateaubriand. También estoy releyendo unos libros que tenía mi padre de un geógrafo anarquista francés del XIX, Élisée Reclus. Otra cosa que me encanta es la botánica. Mi padre era ingeniero agrónomo, un hermano mío también... Tengo una terraza y procuro cultivar lo más posible.

Viernes

16.00 horas. A finales de octubre me voy de nuevo a Japón. Los viajes me han provocado muchas imágenes fugaces que he pillado mentalmente como 'polaroids' que me han servido para desarrollar series enteras de pintura. 'El mar de la China' nació de una vista por la ventanilla de un avión. Muchos cuadros que he pintado cuando viajaba más a Murcia nacen de vistas desde la ventanilla del tren.

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Sábado

12.00 horas. La amistad es fundamental en mi vida. Una persona me interesa cuando desarrolla un discurso, un trabajo o un afecto que me llega. Así como la grulla se cría en la charca, mi hábitat es el mundo del arte, y de él es gran parte de la gente con la que me relaciono.

Domingo

14.00 horas. Lo que más veo en televisión son programas de cocina. Sale alguien que sabe hacer algo y no habla de los demás. Me leo las cartas de los restaurantes como si fueran pequeñas novelas, pero no cocino mucho. En Murcia, Los Toneles ha sido siempre un sitio de peregrinación para mí por sus sesos a la plancha.

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