Javier Ruibal.

Javier Ruibal: «Hasta el más albino de los noruegos fue moreno en algún momento»

El prestigioso artista gaditano presentará su nuevo trabajo, el libro-disco 'Ruibal', el jueves 10 en Cartagena y el viernes 11 en El Palmar

Jueves, 3 de diciembre 2020, 02:02

Como él mismo afirma, Javier Ruibal no juega en la superliga de la industria discográfica, pero en la de la credibilidad es un auténtico líder. También en la del reconocimiento, como prueba que este año haya recibido el Premio Nacional de Cultura –en realidad otorgado ... en 2017– y el Goya a la mejor canción por 'Intemperie' (Benito Zambrano). Pero además este mismo año ha publicado un libro de poemas, 'Coraza de barro' y más recientemente el disco-libro 'Ruibal', que presentará el 10 de diciembre en El Batel de Cartagena y el 11 en el Teatro Bernal de El Palmar (Murcia). Madrid, donde reside, bien vale una llamada telefónica.

Publicidad

–Un año desastroso, pero a usted no le ha ido nada mal.

–No está mal, la verdad. Para ser un año tan catastrófico, a mí en ese sentido me ha sonreído mucho, aunque también me he llevado el mismo disgusto que tenemos todos con lo que está ocurriendo, claro. Me han caído unos cuantos premios pero no he podido pasearlos [ríe, risa franca].

«Me da mucha pena que haya gente que se vaya a quedar por el camino y vaya a abandonar»

–¿Se siente reconocido? Mire que tiene hasta una calle en su Puerto de Santa María.

–Los halagos siempre se reciben bien. Tienen el peligro de poder soliviantarte la soberbia y la vanidad, pero los estoy llevando bastante bien y muy agradecido.

–La veteranía ayuda en este sentido, supongo.

–El tiempo transcurre a favor. No me hubieran premiado ninguno de esos méritos al principio, cuando seguramente era bastante matraca y lo hacía mucho peor [ríe].

Publicidad

–El confinamiento le agarró en un estado creativo prolífico.

–Digamos más bien que me defendí de la depresión generalizada circundante con trabajo y con concentración. Me ha cundido y me ha mantenido ocupado. Y al mismo tiempo haciendo ejercicio, comiendo sano e intentando, pese a estar totalmente solo, sentirme bien acompañado porque tenía una motivación para centrar mis horas y mis días.

«A los patrioteros, mercachifles y sinvergüenzas que solo sueltan bilis, a esos ni agua»

–¿Por qué un disco-libro?

–Es un formato que me gusta. A mí de adolescente me costaba mucho esfuerzo comprarme un disco, tenía que decidirlo muy bien y luego saborearlo y disfrutarlo mucho. Poder tenerlo en las manos y demostrarle cierta devoción al artista de mi predilección teniendo ese disco como algo importante en mi vida. He querido devolverle al disco, en la medida de lo posible, esa relación de tú a tú con el disfrutador de mi música. Que tenga las letras, que tenga unos relatos, fotografías, acuarelas y que de alguna manera sea un objeto con alma, y no un simple mp3 o un WAV, que tienen muy poco glamour y muy poca sentimentalidad.

Publicidad

Annus horribilis

–De todos modos, lo de este año ha sido un desastre para la música. ¿Nos recuperaremos?

–Difícilmente volveremos a lo que esto fue. También he de decir que hay diferentes ligas, yo no juego en la superliga, donde todo se hace a golpes de una economía muy gruesa. Yo trabajo a unos niveles muy razonables y espero mantenerme. Me da mucha pena que hay mucha gente que se va a quedar por el camino y va a abandonar, pero sobre todo me preocupa que hay mucha gente que ahora mismo no tiene medio económico alguno para sostenerse y lo poco que cae de las ayudas ministeriales, no alcanza.

–Luego ya, la cuestión creativa dependerá de cada cual.

–Así es. Yo creo que hemos llegado hasta aquí como especie casi pandémica, nosotros sí que somos un virus pernicioso en este planeta que estamos destrozando y, sin embargo, hemos llegado hasta aquí. Espero que esto sirva como una pequeña o gran reflexión y desandemos algunos de los pasos que hemos dado para que sobrevivamos. Porque el planeta va a seguir, nosotros si seguimos en esta actitud no tardaremos mucho en desaparecer.

Publicidad

Devolver la dignidad

–No sé si nos hacían o no libres, pero la música y el arte siempre tienden a salir adelante, ¿no?

–Sí que nos hacen libres, porque si no todo sería rendir cuentas, trabajar, cobrar para pagar. Nosotros tenemos esa función, somos entretenedores, no hay que darle mayor rango. Eso sí, luego hay entretenedores de altísima alcurnia, como los grandes literatos, los grandes cineastas o los grandes músicos, pero en realidad lo único que hacemos es entretener, salvar un poco a la gente de lo tedioso que es el mundo laboral y este mundo de tanto consumo y tanta búsqueda de prestigio social. Ahí estamos nosotros para aliviar esas penas y espero que sigamos adelante.

–Mire que hay veneno en las redes sociales, pero lo cierto es que Internet ha sido un salvavidas cultural estos meses atrás.

–Indudablemente. Se decía que esto de las redes y la cibernética acabaría con la sensibilidad humana. No lo creo. No solo sirven para entretenernos, sino también para estar en comunicación. Espero que también hagamos un buen uso a partir de ahora de esta cibertecnología, que se ha mostrado tan útil en este tiempo.

Publicidad

–Oiga, la canción 'Yo soy africano', ¿es un directo a la mandíbula de estos que dicen que nos quitan el trabajo y esa onda?

–Por supuesto [rotundo]. Pero como buen africano, no lo haría disparando ni haciendo una llave para someter al contrario. La razón asiste a los pueblos que están llenos de nobleza. En 'Yo soy africano' lo que reivindico es que todos venimos de ahí, que el más albino de los noruegos también fue moreno en algún momento y hay que llevarlo a mucha honra. Y ya que no podemos devolverles los bienes que les hemos robado, por lo menos devolverles un tantito de la dignidad que cada día les quitamos. Y a todos los mercachifles, los patrioteros y todos esos sinvergüenzas e inútiles que no sirven más que para jalear, para soltar bilis y conseguir el aplauso de la chusma, a esos ni agua.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Infórmate con LA VERDAD: 1 año x 29,95€

Publicidad