enric gardiner
Sábado, 2 de julio 2022, 00:04
Carlos Alcaraz nunca había terminado un partido de Grand Slam en tan poco tiempo como este viernes. En apenas una hora y 39 minutos, el joven jugador de El Palmar destruyó al germano Oscar Otte (6-3, 6-1 y 6-2) y firmó su victoria más rápida en un grande para colarse en octavos de final de Wimbledon por primera vez en su carrera. Desde 2011, con el australiano Bernard Tomic, no había un tenista de menor edad entre los 16 mejores del 'Major' británico.
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El murciano se estrenará en la segunda semana del Grand Slam londinense después de su mejor actuación del torneo. Ante Otte demostró que no es exceso de confianza cuando asegura que puede jugar bien en hierba y que le gusta esta superficie. El partido ante el alemán, que pecó de nervios y de tener enfrente a uno de los mejores del mundo, rozó la perfección, lo impecable. Fue una hora y media de vapulear al germano, considerado un verdadero peligro en estas pistas y uno de los hombres a evitar en el cuadro por su estado de forma.
Semifinales en Halle y Stuttgart y un ascenso meteórico desde principios de año para un hombre que toca el 1,93 de altura y que a los 28 años ha llegado por fin al techo de su carrera. Una hoja de servicios para poner nervioso a un Alcaraz que venía 'in crescendo', pero al que aún le faltan, o faltaban, muchas tablas en hierba. Al menos sobre el papel, porque en cuanto Otte comenzó a servir, se olvidó la juventud e inexperiencia de Alcaraz en la superficie. Fue un recital en toda regla del pupilo de Juan Carlos Ferrero.
El primer juego marcó de forma evidente lo que se avecinaba. Por muy especialista que sea y ostente un juego tremendamente peligroso, Otte vio confirmadas sus sospechas más pesimistas: iba a ser imposible sorprender a Carlitos. Si el murciano está inspirado no hay prácticamente nadie que pueda hacerle frente, algo que se puso de manifiesto desde el arranque de la primera manga.
Estuvo sublime Alcaraz al resto, prácticamente incontestable, con un 50% de puntos ganados al resto y con más de un 70% puestos en juego. Esto, ante un sacador de la talla de Otte, es impresionante. Como lo es también romperle siete veces el saque, forzarle 20 pelotas de rotura y cometer solo siete errores no forzados. Todo perfecto.
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El triunfo de ayer se coloca como el más veloz de su carrera en Grand Slam, por encima del que se apuntó en primera ronda de Roland Garros hace unas semanas contra Juan Ignacio Londero en una hora y 54 minutos. El murciano, además, ya puede presumir de haber alcanzado los octavos de final en las tres superficies (hierba, tierra y cemento) antes que los mismísimos Nadal, Federer, Djokovic y Murray.
Después de salvar un duro estreno contra Jan-Lennard Struff y de dar el miércoles un salto adelante frente a Tallon Griekspoor, el murciano sigue cogiéndole el punto a los requisitos de una superficie que exige un lenguaje completamente diferente a todas las demás. Ayer se gustó e hizo lo que quiso con Otte, un juguete en sus manos. El de El Palmar lo cosió a dejadas y además le tiró varios globos siderales que acabaron por hundir al teutón.
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Los registros lo dicen todo: Alcaraz solo cometió ocho errores, hizo 37 golpes ganadores y únicamente cedió cinco puntos (35/40) con el primer servicio. Moldeó la victoria con seis roturas y al alemán, 36º del mundo, no le dio la más mínima opción de soñar con ganar un set. Mejor imposible para Carlitos. «Ha sido el mejor partido que he jugado nunca en hierba», confesó al acabar. «Hasta ahora, al menos», añadió. Puede crecer y crecerá. Seguro.
Si lo de Alcaraz fue una exhibición, lo de Novak Djokovic no se le quedó atrás. El serbio, en su tónica habitual en estas primeras rondas, fue un rodillo ante su compatriota Miomir Kecmanovic, al que tiene bien tomada la medida y al que desintegró (6-0, 6-3 y 6-4) camino de los octavos de final número catorce en su carrera.
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De menos a más durante el torneo, Djokovic ya está en la segunda semana con su favoritismo confirmado por su juego. Si su raqueta quiere, el cuarto Wimbledon consecutivo puede ser coser y cantar, porque en hierba, sus rivales son pocos. Al nivel del primer set, en el que infligió su primer 'rosco' del torneo, casi nadie puede hacerle frente.
Con 24 triunfos consecutivos en Wimbledon y 35 en la pista central (cuando perdió en 2017 fue en la pista 1), Djokovic está a cuatro encuentros de firmar su Grand Slam número 21. El siguiente obstáculo tiene como nombre Tim Van Rijthoven, que viene con ocho victorias consecutivas y el título de s'Hertogenbosch bajo el brazo. El neerlandés, ubicado fuera de los 170 primeros del mundo hace dos semanas, ganó el título en su país y fue invitado a Wimbledon. Ha dejado por el camino a Federico Delbonis, Reilly Opelka y Nikoloz Basilashvili.
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Al serbio le preguntaron al acabar el encuentro si tiene miedo a contagiarse de Covid-19. «Antes de que comenzara el torneo visité la ciudad un par de días, pero ahora solo voy del club a casa y estoy con mi familia y equipo, únicamente, No estoy demasiado preocupado por nada y no pienso en si voy a contagiarme, pero está claro que ser cauteloso es necesario después de lo que hemos pasado los dos últimos años», comentó el balcánico tras los positivos de Berretini, Cilic y Bautista.
«He jugado de una forma increíble hoy. Ha sido mi mejor actuación hasta ahora. Estoy realmente feliz con el nivel y trataré de mantenerlo en la próxima ronda», dijo Carlos Alcaraz tras su triunfo frente a Otte en tres mangas. «Me he sorprendido a mí mismo por el nivel que he mostrado en tan poco tiempo. No venía con muchas expectativas a Wimbledon, con pocas horas en pista, pero me veo muchísimo mejor y cada vez me siento más preparado», se animó el de El Palmar en la sala de conferencias del All England Club.«Estoy más cómodo. Ya sé cómo jugar, cómo moverme. Me siento ya como un jugador de hierba, pese a haber jugado muy poco aquí. Tengo que seguir en esta línea», comentó Alcaraz, quien sabe que el nivel aumenta en octavos de final. Mañana le toca medirse al italiano Jannick Sinner. «Somos amigos fuera de la pista. Es muy agresivo y todos sabemos el nivel que tiene. Va a ser divertido y complicado. Quiero disfrutar del partido contra Sinner», indicó Alcaraz. El italiano también elogió a Alcaraz. «Nos llevamos muy bien. Él me habla en español y yo le respondo en italiano. Es un chico increíble y un jugador excepcional», apuntó el transalpino.
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