AFP
Sábado, 30 de julio 2022
Carlos Alcaraz suma y sigue. Ocurra lo que ocurra este domingo en la final del ATP 250 de Umag (Croacia) ante Sinner, el tenista murciano volverá a hacer historia, ya que con 19 años y dos meses, su triunfo de este sábado ante el italiano Zeppieri (7-5, 4-6 y 6-3) le asegura ser el cuarto mejor del mundo más joven diecisiete años después de que Rafa Nadal lo lograra en junio de 2005.
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El joven tenista murciano alcanza su segunda final consecutiva en el torneo de Umag ante un rival que le dio más guerra de la que se esperaba, pero el pupilo de Juan Carlos Ferrero está en racha. Encadena dos finales en una semana [el domingo pasado disputó y perdió ante Musetti la de Hamburgo] y este sábado superó al italiano Giulio Zeppieri (168 de la ATP) en 2 horas y 55 minutos.
Alcaraz ganó un larguísimo primer set por 7-5, pero Zeppieri se sobrepuso en el segundo, que se llevó por 6-4 después de que el murciano se viera obligado a superar una torcedura de tobillo. Con el partido empatado arrancó la tercera manga, que se preveía también muy igualada, pero unos calambres del italiano lo impidieron y finalmente Carlitos se impuso por 6-3.
El rival de Alcaraz en la final de este domingo (20 horas) es el italiano Jannik Sinner, quien derrotó a su compatriota Franco Agamenone, procedente de la fase previa, con un contundente 6-1 y 6-3 en 1 hora y 24 minutos de partido. Pese a un pequeño momento de desconexión a la hora de cerrar del encuentro, el número 10 del mundo confirmaba su plaza en la final de Umag 2022. Alcaraz se vio las caras con Sinner en los octavos de final del pasado Wimbledon. Entonces ganó el italiano (6-1, 6-4, 6-7 y 6-3). El jugador de El Palmar buscará este domingo devolver la moneda al italiano.
Por otro lado, el castellonense Roberto Bautista, tercer favorito, conquistó este sábado con solvencia el torneo de Kitzbühel (Austria) sobre tierra batida al derrotar en la final al austriaco Filip Misolic, número 205 del mundo, por un doble 6-2 tras una hora y 34 minutos de partido. El español suma su segundo título del año tras el logrado en Doha sobre pista dura, no levantaba un torneo en polvo de ladrillo desde hace ocho años (Stuttgart 2014) y volvió a sonreír sobre una superficie en la que no jugaba una final desde la que perdió en 2018 en Gstaad frente al italiano Matteo Berrettini. La de Kitzbühel ha sido la vigésimo primera final de su carrera, de las cuales solo tres de ellas han llegado en arcilla, una más en hierba, y las 17 restantes las reparte sobre pista dura (cinco en pista cubierta).
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