Carlos Alcaraz no para de ganar en California

Visitaba el jardín de Alcaraz un Denis Shapovalov ilusionante en este arranque de 2025. El tenista canadiense, flamante campeón de Dallas, venía de pisar las semifinales en Acapulco. A sus 25 años, Shapovalov ha dado muestras en estas últimas semanas de ser el tenista al que muchos señalaron hace un lustro como el máximo exponente de su generación. Siempre es difícil cumplir con la presión extra de expectativas y a él le han pesado a lo largo de su carrera.

Alcaraz, cuatro años más joven que Shapovalov, también ha tenido que cargar con esa mochila desde que irrumpió en la escena al máximo nivel, pero la lleva con muchísima naturalidad. La misma con la que abrió la búsqueda de los octavos de final en Indian Wells. Nada más pisar la pista ya acumulaba dos roturas de ventaja el murciano, al que la pelota le va con una marcha más cuando pisa tierras californianas. La siente especialmente bien allí donde ya ha campeonado dos veces.

Sometió de partido a su rival Alcaraz. A los 20 minutos de partido ya pintaba un 4-0 a su favor en el marcador del Estadio 1. Era incapaz Shapovalov de responder los cañonazos procedentes de la derecha del murciano. Una de ellas llegó a alcanzar los 181km/h. Un obús detrás de otro. Resbalaban incontrolables los tiros del palmareño cuando llegaban a la raqueta de Shapovalov. Una apisonadora en la primera manga Alcaraz, solo sufrió para cerrar el set.

Ingobernable Alcaraz desde el fondo de pista, también con el servicio. Va añadiendo más y más matices a su juego, enriqueciéndolo para hacerlo cada vez más impredecible. Le costó leer la dirección de sus saques a Halys el sábado, también hoy a Shapovalov. Se le dan especialmente bien los tenistas que juegan con el revés a una mano a Alcaraz y el caso de Shapovalov no es una excepción a pesar de ser zurdo.

Más fino el canadiense con el servicio en la segunda manga para equilibrar el partido. Elevó su porcentaje de primeros Shapovalov para evitar sustos como los de la primera manga. Ya con la noche cerrada en el Valle de Coachella llegó el primer grito de Alcaraz. Muestra de que el nivel del partido crecía y aparecían más obstáculos que en la primera manga. Tardó, pero la rotura para el murciano llegaría mediado el segundo set, cuando más fiable parecía Shapovalov. Cerró el puño y abrió la boca Alcaraz, ya con pie y medio en la siguiente ronda.

Ha ganado Alcaraz 28 de los últimos 30 sets que ha disputado en Indian Wells. El último de ellos, para meterse en octavos de final por cuarto año consecutivo. No dio ninguna opción a un Shapovalov en gran estado de forma, que llegaba de ganar nueve de sus últimos diez partidos. Pero hoy jugaba en casa Alcaraz, arropado incluso por aficionados vestidos de abejas para recordar el curioso episodio con esos insectos del año pasado. Una abeja llegó incluso a picar en la frente a Alcaraz, como en una especie de bautismo en la que hoy es como una casa para el de El Palmar. Disfruta el murciano, que no para de ganar en California, creciendo en confianza con cada triunfo.