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Carlos Alcaraz mandó este miércoles un mensaje de optimismo tras su llegada a París para disputar Roland Garros. Después de tres semanas de parón competitivo y ser baja en el Masters de Roma por su lesión en el antebrazo derecho, el murciano cree que estará «al 100%» en el segundo Grand Slam de la temporada: «Las cosas van bien últimamente, estoy muy contento con todos los progresos», aseguró en declaraciones a la agencia de noticias PA Media recogidas por Europa Press.
El murciano pisó por primera vez la arcilla parisina por la tarde junto al joven francés Luca Van Assche, con el que entrenó en una Philippe-Chatrier con gran presencia de público. Tras diez días de preparación entre el Club de Campo de El Palmar y el Real Murcia Club de Tenis, las sensaciones físicas son positivas. Otro asunto diferente son las expectativas sobre el nivel de tenis que puede mostrar Alcaraz en el Bois de Boulogne tras una gira de tierra arruinada por su antebrazo derecho. El murciano fue baja en dos Masters 1000 (Montecarlo y Roma) y en el Conde de Godó, tres de los cuatro torneos a los que tenía previsto acudir.
«En tierra batida necesitas estar muchas horas en la pista solo para coger el ritmo, para saber cómo moverte. Perderme los tres torneos y no jugar puntos, sets o partidos antes, va a ser difícil», reconoció el pupilo de Ferrero, pero cree la semana que queda por delante en París servirá para pulir su puesta a punto. «Tengo tiempo para practicar con los mejores jugadores, para jugar sets de práctica, y creo que me será muy útil para estar listo para Roland Garros».
Alcaraz parece al fin liberado de las molestias en el antebrazo, que se alargaron más de lo previsto y le han atromentado durante los dos últimos meses. «Estaba lidiando con el dolor, con cómo enfocar mis entrenamientos a la lesión. Jugar el Mutua Madrid Open sin estar al 100% también fue difícil», admitió, pero al fin ha recuperado la confianza. «Las cosas están yendo muy bien últimamente y eso es lo que importa», concluyó.
El caso es que hay margen para soñar y ser candidato al título porque el torneo se presenta como el Roland Garros más abierto de las últimas dos décadas. Jannik Sinner también llega entre algodones, el estado de Rafa Nadal es una incógnita y Novak Djokovic ha tenido que recurrir al ATP 250 de Ginebra para coger ritmo sobre arcilla. La ausencia de favoritos abre las opciones para secundarios como Zverev, Tsitsipas y Ruud. Y entre este amplio abanico, Alcaraz llega sin certezas, pero también con menos presión que nunca.
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