Roberto Lifante, el joven que al final hizo las cosas bien

El tiempo parece transcurrir a otra velocidad -más deprisa o más despacio- para Roberto Lifante Fernández que para el resto de mortales. Con solo 25 años, este joven de Barinas (Abanilla) es propietario de dos empresas tecnológicas, TK Analytics y Tecnologics 3D, y tiene participación en otras compañías que, entre todas, van a cerrar este año con una facturación cercana a los doce millones de euros. Forbes lo incluyó a principios de septiembre en la lista '30 Under 30' de menores de 30 años más influyentes de España, donde representa a la Región junto al tenista Carlos Alcaraz.

Su vida cambió cuando hizo la Primera Comunión y sus padres le regalaron un ordenador portátil. Desde entonces, reconoce que pasaba la mayor parte de su tiempo delante de la pantalla, «leyendo, probando cosas, desarrollando servidores de videojuegos, de páginas webs, ideas». Procedente de una familia empresarial -sus padres tienen una fábrica de mármol en Abanilla-, desde niño tuvo vocación emprendedora y con solo quince años fundó su primera empresa, en un pequeño local del Barrio del Progreso de Murcia en el que todavía tiene su cuartel general TK Analytics, una consultoría informática especializada en soluciones 'blockchain', ciberseguridad y marketing digital. Una década después, esta firma cuenta con una sede en Madrid y tiene intención de abrir próximamente en Barcelona. Además de su faceta emprendedora, también realiza una destacada labor filantrópica, pues es presidente de Rotary Club Murcia, realiza donaciones a la Fundación Never Surrender y patrocina al Real Murcia y al UCAM.

«He hecho tantas cosas mal y tantas veces que, al final, he terminado haciendo algunas cosas bien. Porque lo único que yo hago es trabajar sin mirar la hora hasta que salen adelante las cosas», comentó a LA VERDAD este joven empresario, quien confiesa que su secreto no es otro que «la perseverancia y la dedicación de todo mi tiempo a desarrollar ideas y luchar por ellas». A los jóvenes que quieran seguir sus pasos, aconseja «que no pierdan nunca la cultura del esfuerzo».