Carlos Alcaraz y la brillantez

Este 2023 que enfila su recta final ha sido el de su consagración. Sus números son mareantes. Solo están al alcance de los elegidos. Decir que ha disputado 65 partidos y que solo ha perdido doce da vértigo, pero aún es más notorio el premio logrado este año con su jugoso botín de victorias. El tenista de El Palmar ha engordado su brillante palmarés con seis títulos. Arrancó el año frunciendo el ceño porque no pudo pelear por el Open de Australia por culpa de una lesión. Ya repuesto inició una carrera que fue de menos a más. Se proclamó campeón en Argentina, Indian Wells, Conde de Godó, Mutua Madrid Open, Queen's y elevó el listón imponiéndose a un gigante en Wimbledon.

El murciano tenía una deuda pendiente con el serbio, quien frenó a Carlitos un mes antes en las semifinales de Roland Garros, y se la cobró en Londres. Fue el 16 de julio, día en el que los dos mejores jugadores del mundo volvieron a verse las caras. Con 20 años casi recién cumplidos, apagó las velas apenas dos meses antes (el 5 de mayo), el pupilo de Juan Carlos Ferrero firmó una obra de arte. Se repuso a un 1-6 en contra en el primer set para destronar en cinco sets al rey de los Grand Slam y dar aún más color a su colección de trofeos con el segundo gran título de su carrera, que colocó junto al que ganó en el Open USA en 2022.

Alcaraz está en boca de todo el tenis mundial. Destaca su desparpajo a su corta edad y cómo domina a sus rivales con su derecha. Lo comparan con los más grandes y en su corta carrera, ya ha sido número uno del mundo (2022) y ha peleado hasta el último momento con Novak Djokovic por repetir hazaña este año. «Aún no soy lo suficientemente maduro», dijo tras caer en semifinales del Open USA de este año ante Medvedev. Sus rivales sonríen, conscientes de que el ciclón murciano puede pasar por encima del rival que sea. Lo mejor está por llegar.

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