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Esperanza Meseguer. Antonio Gil / AGM
La buena docencia

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Esperanza Meseguer | Maestra ·

Méritos: incluida en los premios Educa entre los diez mejores maestros de Infantil de España

Jueves, 24 de diciembre 2020, 00:12

«Ahora ya no me siento tan sola en mi isla». Si el año de la pandemia ha sido para muchos el del aislamiento, para Esperanza Meseguer ha supuesto una oportunidad para conectarse con miles de profesionales que comparten sus mismas inquietudes. Esta maestra de Infantil del Colegio Público Nuestra Señora de Loreto de Santiago en la Ribera (San Javier) ha ido llenando durante su carrera botellas y botellas con su pasión por una enseñanza innovadora y de calidad. Tras años flotando a la deriva, el mensaje encontró destinatario en el jurado de los Premios Educa, que la incluyó entre los diez mejores educadores de España en su etapa formativa.

Y aunque parezca una paradoja, no pudo ocurrir en mejor momento. En febrero recogía su distinción y una semana después viajaba a Finlandia para participar en un seminario formativo. Entonces, la irrupción de la pandemia puso en cuarentena buena parte del trabajo por el que había sido reconocida. Lejos de frustrarse, se tomó como un reto el mantener la actividad docente en pleno confinamiento. Ella ya conocía bien lo que las nuevas tecnologías podían aportar a la educación de sus alumnos. Esto facilitó la transición hacia una enseñanza a distancia, marcada por brechas sociales que ha tratado de salvar con imaginación y tirando del móvil de papás y mamás.

Un verano sin prácticamente vacaciones dio paso a un inicio de curso lleno de incertidumbres, en el que el miedo al coronavirus no ha podido hurtarle el necesario abrazo a sus pequeños. Óptica optometrista de formación, las cartas de navegación familiares siempre trazaron rumbo hacia la docencia. A ella 2020 le ha dado para mucho: la creación de la asociación Adopta a un Maestro, un programa de radio, una 'app' solidaria y un cuento; la admisión en un máster en Neurociencia; colaboraciones con revistas internacionales o dar formación 'online' a educadores de todo el mundo han contribuido a dotarla de una estimulante red de trabajo. Y como todo maestrillo tiene su librillo, ha comenzado a escribir un ensayo en el que volcar sus años de estudio. La isla ya es archipiélago.

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