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Úrsula Ruiz. Jaime Insa / AGM
Tokio, la guinda de un hermoso pastel

Tokio, la guinda de un hermoso pastel

Úrsula Ruiz ·

La mejor atleta de España en lanzamiento de peso desde 2010 se acerca a su retirada

fernando perals

Miércoles, 25 de diciembre 2019

Lorca vio nacer en pleno agosto del 83 a una atleta que dejaría el nombre de la Ciudad del Sol y de la Región de Murcia en lo más alto durante mucho tiempo. Lorca vio crecer a Úrsula Ruiz, una deportista que huyó de las modalidades más populares para calzarse un maillot y luchar por ser la mujer que más lejos lanzara una bola de 4 kilos y más de 100 milímetros de diámetro. Y no solo pugnó por ello, sino que lo consiguió. Y no solo una vez. Lo logró durante 10 años de forma ininterrumpida. Úrsula Ruiz es campeona de España en lanzamiento de peso al aire libre desde 2008 hasta 2018 y en pista cubierta desde 2010 hasta la actualidad sin dejar resquicio a que nadie le quite su trono.

Su dominio ha sido tal que en su palmarés también figura el récord de España femenino de esta modalidad. Nada más y nada menos que a 18,28 metros mandó la bala el 22 de julio de 2017 en el Nacional de Barcelona. Desde entonces, casi dos años y medio después, nadie ha podido arrebatar su excepcional conquista. Perseverante. Con la ilusión por bandera, y «como buena Leo, cabezona», la deportista confiesa que fue el atletismo y el lanzamiento de peso los que la eligieron a ella, y no al revés.

Ahora corren tiempos de cambio para Úrsula Ruiz. La atleta es recelosa a poner una fecha para despedirse del atletismo: «Aquí he encontrado mi lugar. Escucharé a mi cuerpo y mis sentimientos para decidir el momento de decir adiós». Su retirada queda en el aire, no quiere ni oír hablar de ella, pero es cristalina cuando habla de su «último cartucho». Y este, no es otro que estar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, «mi final de carrera soñado». Para intentar clasificarse, la atleta abandonará su ciudad natal y aterrizará en Málaga tras las navidades para reunirse con su entrenador, Tomás Fernández, porque una cita como esta requiere de una preparación específica. «Tengo la corazonada de que lo puedo conseguir», suspira esperanzada. No sabe, ni tiene intención, qué será de ella cuando el peso no ocupe sus días. Pero como los sueños, sueños son, mantiene un deseo especial para el futuro: «Volver a ser olímpica como entrenadora».

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