Viñedo de corte tradicional en un campo de Jumilla. CRDOP JUMILLA
Historias de los pioneros

Aquella vieja agricultura que murió el siglo pasado

A mediados de 1950 se reiniciaron una serie de cambios, que la Guerra Civil había interrumpido, y «que provocaron una modificación radical del paisaje agrario murciano»

Martes, 25 de febrero 2025, 00:05

El actual modelo agrícola de la Región de Murcia fue bautizado con agua del Trasvase Tajo-Segura, que comenzó a verter a alimentar los sistemas de riego de estas tierras en 1979. Sin embargo, la crisis de la agricultura tradicional, a la que estas aguas pusieron la puntilla, comenzó varias décadas antes. A principios de los años cincuenta del pasado siglo, la agricultura del país comenzó una serie de importantes transformaciones que incidieron de lleno en el esqueleto que sustenta el campo de la Región de Murcia, en el que se adoptaron nuevas formas de producción que acabaron con la sociedad agraria tradicional. En realidad, se trató de la continuación de un proceso que comenzó a finales del siglo XIX y que quedó interrumpido por la Guerra Civil y los primeros años del franquismo.

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La catedrática de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad de Alicante, y anteriormente profesora de la Universidad de Murcia, María Inmaculada López Ortiz, explicó hace unos años estas transformaciones en un extenso artículo publicado en la revista 'Historia Agraria', editada en la Región por la Universidad de Murcia.

«Las modificaciones introducidas en el uso del suelo, la aplicación de nuevas tecnologías, la utilización intensiva y despilfarradora de energías no renovables, los importantes trasvases de mano de obra del sector primario a las restantes actividades económicas, los incrementos de la productividad y el aumento de la inversión y de los gastos corrientes del sector», detalló la historiadora, condujeron «hacia una progresiva y continua integración del sector agrícola con el resto de sectores económicos, que se manifestó en una fuerte dependencia de esta actividad respecto a estos últimos, sobre todo el industrial».

En todo caso, advierte la autora en su artículo, titulado 'Entre la tradición y el cambio: la respuesta de la Región de Murcia a la crisis de la agricultura tradicional', esa respuesta aquí «distó mucho de ser homogénea», ya que, de hecho, tampoco se practicaba en aquel momento una agricultura regional homogénea. Al contrario, se contabilizaban «diferentes tipos», básicamente definido por el acceso o no al agua de los cultivos, lo que originaba en buena medida los sistemas extensivos o intensivos en los que estaba dividido básicamente el modo de cultivar la tierra.

Desde los años 1960, López Ortiz diferencia cuatro grandes tipos de agricultura en la Región de Murcia. Una es la de los regadíos tradicionales de la cuenca del Segura y sus afluentes, de carácter familiar y en profunda crisis, que derivó en la agricultura a tiempo parcial que sigue existiendo. Otra estaba conformada por los secanos tradicionales, en áreas del Altiplano, el Campo de Cartagena y la comarca del Noroeste, entre otras, y que se mecanizó y buscó cultivos más productivos.

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Un tercer tipo, el de los nuevos regadíos, situados en áreas de ampliación de los tradicionales (eje del Segura y nuevas fincas regadas por aguas subterráneas), dio origen a medianas y grandes explotaciones muy capitalizadas y con vías propias de comercialización. Y, por último, en el área litoral del Campo de Cartagena y el eje Mazarón-Águilas, prosperó la fórmula más tecnológica y avanzada, caracterizada por el uso de elementos como invernaderos, cultivos forzados y modernos sistemas de riego alimentados por recursos subterráneos.

Las medidas liberalizadoras adoptadas desde los años 1950 y la tendencia hacia una política exterior más abierta facilitaron la entrada de los productos agrícolas a los mercados extranjeros. Al mismo tiempo, el campo fue perdiendo mano de obra mientras sustituía cultivos tradicionales por otros más rentables y se aplicaban usos y recursos capaces de incrementar los rendimientos.

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La catedrática recuerda que, en todo caso, los niveles alcanzados durante el periodo republicano aún no se habían recuperado a mediados de esa década de 1950. Fue después, durante los años 1960 y 1970, «cuando se desencadenó de forma definitiva la crisis de la agricultura tradicional y cobraron auge las modernas formas de producción, lo que provocó una modificación radical del paisaje agrario murciano». El uso del suelo, las técnicas de cultivo, la estructura de la población activa y las estructuras agrarias ya no fueron las mismas. La llegada del Trasvase Tajo-Segura, a continuación, acabó impulsando el proceso.

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