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Lote de zanahorias de destrío comercializado en la plataforma Foraviler. UPCT
La solución en internet para el destrío

La solución en internet para el destrío

Una plataforma digital creada al amparo de la UPCT y el Info enlaza agricultores e industria para aprovechar los productos que el mercado deshecha

Lunes, 25 de diciembre 2023, 23:53

La obtención de una nueva variedad de fruta o de hortaliza de buen aspecto, como las que habitualmente encontramos en las estanterías de los supermercados, lleva detrás un ingente trabajo de investigación y pruebas. Se estima un coste medio de un millón de euros y diez años de desarrollo para poner cada uno de estos impecables productos en los comercios. En el camino para formar parte de esta élite de manzanas, limones o pimientos quedan muchos aspirantes que no alcanzan los mínimos de apariencia, uniformidad y perfecto estado de revista exigidos para acabar en el cesto de la compra.

Esos perdedores, a menudo arrugados, contrahechos y feos, forman parte del llamado destrío, y su destino es con frecuencia el vertedero. No hay piedad para los inadaptados a las férreas exigencias del supermercado. Sin embargo, se trata de alimentos perfectamente válidos que ahora han encontrado un hueco en internet. Los emprendedores Mateo Quinde y Yuli Andrea Herrera han creado la plataforma digital Foraviler.com, una suerte de ejército de salvación de esos renegados del mercado. Su misión es rescatarlos de su oscuro sino para darles una nueva oportunidad como productos de consumo. De momento, «ya han conseguido salvar del vertedero 15.000 kilos de zanahoria», como explica elocuentemente la información facilitada por la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), impulsora de esta empresa de nueva creación, o 'startup', como se conoce esta fórmula habitualmente.

Conectar agricultor e industria

Mateo Quinde, titulado del máster en Agronegocios de la UPCT, expuso este mes junto a su socia Yuli Andrea Herrera, en la jornada de demostraciones de programa Murcia Open Future 2023, su solución «con la que conectan a agricultores e industrias para dar uso a los alimentos que no se comercializan por su aspecto, el llamado destrío». Se trata de una web en la que cualquier proveedor puede ofrecer sus productos descartados (también por considerarlos restos o sin salida al mercado un exceso de producción) para su aprovechamiento industrial, por ejemplo. «Durante las prácticas del master vi que se podía reducir mucho el desperdicio alimentario», cuenta Quinde, satisfecho de haber recibido «orientación para hacer despegar el negocio y lograr las primeras transacciones».

El 26% de los alimentos producidos se desperdician en Europa entre el proceso que va de su manipulación a la comercialización

«Juntos contra el desperdicio alimentario», reza en su página de portada la plataforma que han creado. Justo debajo se ofrece a los usuarios la alternativa de vender o comprar. Si se clica en la primera aparece un formulario para detallar qué producto se pretende poner en este mercado de segunda oportunidad y dejar los datos precisos de contacto. «La comida no se tira, la comida es dinero», se recuerda poco más abajo.

La opción de «comprar excedentes de producción», como se apunta textualmente, lleva estos días dos ofertas: una de «limón de destrío» procedentes de la pedanía murciana de Torreagüera, apto para industria y consumo humano, de primera y segunda categoría, a 0,16 euros el kilo, siempre y cuando se adquiera al menos media tonelada.

Estos días, la plataforma ofrece lotes de limón de destrío a 16 céntimos el kilo y de zanahorias, a 18 céntimos el kilo

La propuesta contempla «destrío de zanahoria» procedente de la localidad alicantina de Villena, también apto para la industria y el consumo humano, de primera y segunda categoría y disponible por 0,18 euros el kilo en sacas de una tonelada. Dos imágenes muestran el aspecto del género, que la verdad es que no pintan demasiado mal, aunque sí están lejos de los limones y zanahorias que se presentan implecables en los anaqueles de las tiendas, especialmente si se trata de supermercados.

«Aquí no se tira nada», recuerda un poco más abajo la plataforma, y a continuación, más pequeñito, dice: «Tu labor, generar un impacto positivo para un futuro más sostenible». El remedio planteado por Quinde y Herrera para conseguirlo incide en un problema grave. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, conocida comúnmente como FAO, estima que el 26% de los alimentos producidos se desperdician durante los procesos de manipulación, almacenamiento, procesamiento, distribución y comercialización en Europa.

Conseguir reducir esa enorme cuota es un asunto mayúsculo que requiere de medidas factibles como la desarrollada por los artífices de esta empresa. Detrás han contado con el impulso del programa Open Future 2023 de fomento del emprendimiento que desarrolla la UPCT junto al Instituto de Fomento de la Región de Murcia (INFO), y «con apoyo de la Cátedra de Emprendimiento Santander-UPCT y cofinanciación del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER)».

Los creadores de la 'starup' prometen un «máximo precio de venta con una evaluación previa del género para alcanzar la mayor valoración de mercado»

«Aumenta la circularidad de tu negocio, incorporando materia prima provenientes de destríos y/o excedentes de producción, te garantizamos suministro constante, calidad y costes», proponen los artífices de Foraviler. Otro argumento de esta plataforma, que brinda «georreferenciación estratégica que permite la búsqueda rápida de compra y venta del excedente», es el ofrecimiento de asistencia para medir «el impacto ambiental y social que aportas al ayudar en la reducción del desperdicio alimentario».

Ley de prevención

La solución que plantean, resumen, consiste en «ofertar de forma rápida tu excedente de producción y/o destrío alimentario a empresas que lo utilizan para la transformación de productos», de modo que, además, «te ayudamos a cumplir con la Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario», en un proceso que busca la obtención del «máximo precio de venta con una evaluación previa de tu destrío para alcanzar la mayor valoración de mercado». Y, como salida extrema, «podrás donar los productos que no son aptos para la venta pero sí para el consumo humano, garantizando la desgravación del 35% en tu declaración anual».El lavado de conciencia es otro beneficio de este punto de encuentro entre proveedores, con productos tan poco agraciados como aprovechables, y operadores capaces de sacarle su debido aprovechamiento. «Aquí todo es ganancia», es otra de las positivas citas que jalonan este portal junto a imágenes de frutas y hortalizas arrugadas, irregulares y magníficas para consumir. Aquello de «Que se mueran los feos» está bien para que lo cantasen Los Sirex en los años 1960, pero ya no vale para la nueva agroalimentación responsable del siglo XXI. «Dale una segunda vida», es otra de las lapidarias frases de la plataforma.

Yuli Andrea Herrera y Mateo Quinde, creadores de la plataforma digital Foraviler.com. UPCT

Dos usos singulares para que aquí no se tire nada

El anuncio de venta de limón de destrío procedente de Torreagüera que ahora se muestra en el portal creado por Mateo Quine y Yuli Andrea Herrera, se detalla que ofrece cítrica, y apunta un posible uso. De «la pulpa y los caldos que quedan después del procesamiento de la fruta», explica el texto, «se pueden separar sus jugos para luego ser vertidos en una gran burbuja o biodigestor donde unas levaduras van consumiendo la materia sólida y la convierten en dióxido de carbono y metano, obteniendo biocombustible». En cuanto al descarte de zanahoria que también se oferta, la plataforma de esta 'startup' impulsada por el programa Murcia Open Future 2023 recuerda que el 30% de la producción de esta hortaliza no llega al consumidor, «por no cumplir con los requisitos de forma y tamaño impuestos por el mercado».

Una opción de aprovechamiento singular en este caso, es «extraer los carotenos que le dan a la hortaliza su característico color naranja». Se trata de una sustancia que actualmente se emplea como insumo por parte de la industria alimenticia (como colorante) y también en farmacia y cosmética.

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