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Vendimia en un viñedo de la Región de Murcia. Joaquín Zamora
La enfermedad en Francia y el gurú detrás del éxito de los vinos de la Región
Historias de los pioneros

La enfermedad en Francia y el gurú detrás del éxito de los vinos de la Región

A finales del siglo XIX llegó un 'boom' vitivinícola como consecuencia de las dificultades que atravesaba el sector en el país vecino. Hace unos años, las palabras de un crítico norteamericano replicaron el fenómeno

Martes, 29 de octubre 2024, 00:11

Las altas calificaciones que el gurú del vino mundial Robert Parker puso a varias marcas jumillanas, recién estrenado el nuevo milenio, en su revista 'The Wine Advocate', y su afirmación de que esta Denominación de Origen murciana llegaría a ser una de las tres más importantes de España, fueron la espoleta para su éxito en el mercado internacional. El enorme avance que las palabras escritas por el norteamericano obraron en estos productos (en la primera década del siglo XXI Estados Unidos pasó de ser el octavo destino de los de vinos jumillanos a situarse en cabeza, por ejemplo) apenas tienen comparación con el empujón, todavía más definitivo, que el sector vitivinícola experimentó más de un siglo antes igualmente con origen externo a nuestras fronteras. En aquella ocasión fue Francia y una enfermedad vegetal, la filoxera, las que provocaron el prodigio.

No fue la convicción de que aquí se producían buenos vinos, sino ante todo la necesidad lo que llevó a los comerciantes franceses a demandar enormes cantidades de caldos provenientes del Mediterráneo español a partir de 1868. La plaga filoxérica destrozó previamente los cultivos galos, de modo que hubo que echar mano de las producciones españolas, muchas de ellas del sureste del país, para cubrir la demanda del vecino del norte e incluso sus exportaciones. Así lo relatan el historiador José Martínez Carrión y el economista Francisco Medina Albadalejo en un artículo publicado hace ya años en la revista 'Historia Agraria' de la Universidad de Murcia.

«En Alicante y Murcia la prosperidad se mantuvo hasta la década de 1930, por la alta gradación de los vinos de monastrell», que es la variedad propia de estas tierras, y «que resultaron ideales para el 'coupage'», como se denomina en francés la técnica de mezclar varios taxones para obtener un buen vino. Se trata de una práctica para la que la monastrell sigue resultando ideal, por lo que los franceses la siguen empleando, adquiriéndola aquí, «para arreglar algunos de sus vinos», según contó a este periodista un antiguo alto representante del sector regional.

La monastrell, propia de estas tierras, resultó ideal para el 'coupage', en el que la mezcla de variedades mejora el producto

«En general, las exportaciones de vinos tuvieron un peso determinante en el comercio exterior español de fines del siglo XIX, y, aunque luego disminuyeron, no dejaron de tener importancia en el Levante español durante el primer tercio del siglo XX», recoge el citado artículo. A partir de entonces, distintos problemas limitaron su fuerza en los mercados exteriores hasta finales del siglo XX. En ese momento, la competencia surgida del 'Nuevo Mundo', de donde comenzaron a llegar buenos productos, sirvió de acicate para recuperar los viejos días de gloria que Robert Parker acabó de bendecir ya en el siglo XXI. Los nuevos tiempos del sector murciano, más tecnificado y moderno, «han permitido la creación de vinos de extraordinaria calidad y el reconocimiento internacional».

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