Ababol | Atanor

Piel invisible

La tartrazina es un colorante sintético monoazoico, soluble en agua, que presenta enlaces N=N y C=N como gruposcromóforos, y ácido sulfónico como grupo auxocromo. Es protagonista los últimos días por una información que, exagerada, parece dar carta de naturaleza a lo que el cine nos propuso en 'El hombre invisible' de James Whale (1933); 'El invisible Harvey' de Henry Koster(1950); 'Depredador' de John McTiernan (1987); 'Memorias de un hombre invisible' de John Carpenter (1992) o 'El hombre sin sombra' de Paul Verhoeven (2000). Nada más lejos de la realidad, pero resulta ser un tema atractivo.

Publicidad

La tartrazina(E-102) o amarillo 5, es uno de los colorantes artificiales más usuales en la industria alimentaria y preparados culinarios. Pertenece a la familia de colorantes azoicos, por el grupo químico fundamental que soporta y confiere color amarillo, algo anaranjado, según la concentración. Lo encontramos en postres y dulces, helados, productos de repostería, caramelos, chicles, gominolas, gelatinas, yogures aromatizados, fideos, snacks, patatas fritas, queso industrial aromatizado, natillas, flanes, mermeladas, cereales para desayuno, sopas, marisco enlatado, ciertos licores, conservas vegetales y un largo etc., así como en preparados culinarios domésticos como los arroces o guisos.

Un material se considera opaco si no deja pasar la luz a través de él y es causada principalmente por la dispersión, absorción y reflexión de la luz. Cuando un material dispersa la luz de manera significativa, los rayos de luz no pueden atravesarlo directamente, lo que genera opacidad. Por el contrario, si la dispersión es mínima, el material será más transparente. La dispersión de la luz ocurre cuando las ondas de luz inciden en un objeto y se desvían en diferentes direcciones. Esta desviación se produce como consecuencia de irregularidades en la superficie del material o diferencias en la estructura interna del mismo. La dispersión puede ser causada por partículas, defectos o cambios en el índice de refracción dentro del material. En un material translúcido, la luz es dispersada de manera parcial. El vidrio esmerilado dispersa la luz de forma que no se puede ver claramente a través de él, pero sí se puede notar la presencia de luz. En los materiales transparentes, como el vidrio o el agua limpia, la luz se dispersa mínimamente, lo que permite que los fotones pasen a través del material casi sin desviarse. Esto hace que el material sea transparente y permita ver claramente a través de él.

Su navegador no admite iframes

Los materiales que contienen partículas o irregularidades del tamaño de las longitudes de onda de la luz visible tienden a dispersar más la luz. Además de la dispersión, la absorción de luz también es una causa importante de opacidad. Los materiales negros, por ejemplo, son altamente absorbentes. Por otro lado, la reflexión de la luz también contribuye a la opacidad.

La piel de los órganos vivos es un medio de dispersión. Al igual que la niebla, la piel dispersa la luz, provocando que no se pueda ver a través de ella. La propuesta de los investigadores de Stanford consiste en contrarrestar la opacidad de la piel combinándola con el colorante amarillo denominado tartrazina, que es una molécula que absorbe la mayor parte de la luz, especialmente la azul y la ultravioleta. Por separado, tanto la piel como la tartrazina bloquean la mayor parte de la luz que les llega, pero juntashan permitido hacer transparente la piel de ratón, según relata Zihao Ou, autor principal del trabajo publicado en 'Science'. El método ya existía, pero lo han mejorado, volviéndolo diez veces más transparente, con efectos muy rápidos desde que se aplica, reduciendo el tiempo para volver transparentes los tejidos de días a minutos. Por la naturaleza de los elementos que intervienen, la resolución que se alcanza es también mucho mayor situándose en la escala de micras y profundizando más de un milímetro en los tejidos analizados.

Publicidad

Nada mágico, sino porque al disolver en agua las moléculas que absorben la luz (tartrazina) se cambia el índice de refracción de la disolución, de forma que coincide con el índice de refracción de los componentes de los tejidos, como los lípidos. Al igualar los índices de refracción fuera y dentro de la piel no se produce la dispersión.

Se abre una ventana a la experimentación. En todo caso, la utilidad preclínica y clínica es evidente. La visión del interior del organismo a efectos de localizar elementos o manipular órganos o músculos, es un gran avance, frente a las actuales técnicas.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Infórmate con LA VERDAD: 1 año x 29,95€

Publicidad