Desde que Javier Marías nos dejó, un triste 11 de septiembre, son muchos los lectores murcianos que me han escrito, llamado o enviado mensajes, conociendo ... mi relación con él, quizá como forma indirecta de decirme a mí la gratitud que le guardaban. Hay un vínculo especial del que apenas se habla, pero es fundamental: el que se da entre un escritor y sus lectores, que en el caso de Marías alcanza a ser incluso más fuerte en las lectoras. Algunos de los que escribían o llamaban habían sido alumnos míos, y quizá muchos habían llegado a él por lo oído en mis clases, o bien en las críticas que en ABC Cultural iba publicando (reseñé todo cuanto publicó en el siglo XXI), algunos incluso lo habían conocido cuando vino a Murcia, invitado al ciclo 'Voces de la literatura de hoy', que la Fundación Cajamurcia viene celebrando cada año (desde que los inauguró Francisco Ayala) y que honró con su presencia. Ocurrió poco después de haber publicado su obra maestra 'Tu rostro mañana', sobre la que versó una conferencia abarrotada de un público más agradecido porque era consciente de que Javier Marías rara vez aceptaba invitaciones. Si esta vez lo hizo se debía a que poco antes yo había presentado junto a Alexis Grohmann (que colabora en estas páginas de ABABOL) y Maarten Steenmeijer, el volumen que reunía los tres tomos de 'Tu rostro mañana' en el Circulo de Bellas Artes de Madrid.
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Los tres nombrados habíamos publicado sobre su obra y también éramos amigos. Javier Marías nunca atendió otra cosa que a la amistad y al encuentro por y desde los libros. Era lo que más respetaba. Habría querido ser libro, y en buena parte de su obra, sobre todo en el denominado 'Ciclo de Oxford' (que comprende 'Todas las almas', 'Negra espalda del tiempo', 'Tu rostro mañana' y que continuaron 'Berta Isla' y 'Tomas Nevison'), asomó disfrazado, refigurado, metamorfoseado en un profesor español o en alguien que adopta otros nombres para ser testigo de algunos de los horrores del siglo, y contarlos. Precisamente el llamado 'Ciclo de Oxford' había sido otro vínculo mío con él, pues en un doctorado impartido en la Universidad de la Ciudad de Nueva York en 2010, en que analicé las figuraciones de su narrativa, alcancé a considerar ese ciclo. Por tal motivo en la dedicatoria del libro 'Huellas dispersas', que reunía textos escritos sobre el 'Ciclo de Oxford', cariñosamente me llamó su «bautizador».
Pero vuelvo al inicio. ¿Qué puede explicar que con Marías muchos lectores piensen que se ha muerto alguien especial y hayan necesitado contactar para decir ese sentimiento? La respuesta es sencilla y alcanza al corazón mismo de la literatura: los lectores le están agradecidos y saben que con Marías han perdido a aquel que los decía, en pensamientos, elaborados en el interior de María, Teresa, Berta, Juan Deza o Tomás, dichos por personajes profundos, nada convencionales, en cuyo discurrir interior fluye complejo el río de la vida y de la muerte, ese destino en el que todos nos reconocemos y que a todos une. Cada persona alberga toda la condición humana, nos recordó Montaigne, pero muy pocos escritores alcanzan a decirlo. Y entre los españoles de hoy, Marías el primero.
Hay otro vínculo entre Murcia y Javier Marías que en estas páginas de ABABOL se representa. En junio de 2019 tuvo lugar en la Universidad de Oxford, organizado por los profesores Alexis Grohmann y Santiago Bertrán, un Congreso Internacional en Homenaje a Javier Marías con motivo de cumplirse los cincuenta años de la publicación de su primera novela. Los cuatro profesores que en este suplemento ABABOL escribimos participamos en el libro que acaba de publicarse en Nueva York y Ámsterdam con aquellas ponencias, coordinado precisamente por Alexis Grohmann, catedrático de Edimburgo y actual director de la Catedra Pérez-Reverte que la UMU y la Fundación Cajamurcia crearon. Grohmann comparte con la profesora Elide Pittarello cima en los estudios europeos dedicados a Javier Marías. El profesor Antonio Candeloro, que enseña en la UCAM, leyó una tesis doctoral en Italia sobre la obra de Marías y le invité a publicar en la colección que dirijo en EDITUM su libro 'Javier Marías y el enigma del tiempo'.
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En el caso de Carmen María López, actualmente profesora permanente en la UNED de Madrid, realizó bajo mi dirección en la Universidad de Murcia una excelente tesis de la que han derivado dos importantes libros: 'El discurso interior en las novelas de Javier Marías. Los ojos de la mente', publicado en Ámsterdam, y otro dedicado al cine en la obra de Javier Marías. De tal forma que varios de los mejores especialistas en la obra de Marías están relacionados de una u otra forma con Murcia y de la mejor manera, leído, estudiado y enseñado luego en las aulas el resultado de tales investigaciones.
Los profesores que de Marías escribimos somos conscientes de que es algo más que un gran novelista, representa la literatura en estado puro, esa condición que solo unos pocos cumplen. junto a Shakespeare, Sterne, Dinensen, Conrad, Dickinson, Nabokov, Lampedusa, Marías es monarca de ese reino del tiempo que únicamente el gran arte alcanza a representar. Sus lectores lo saben, por tal cosa le lloramos.
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